«RATIFICO QUE EN DIEZ DÍAS MADRID TENDRÁ UNA INCIDENCIA ENORME»
EstoEsto de atizar a Isabel Díaz Ayuso se ha convertido en el deporte nacional entre la izquierda, los nacionalistas y los satélites que medran al calor del astro monclovita. No hay un minuto para el hastío. Siempre hay un mamporro al madrileño irresponsable irresponsable (que así los pintan) con que llenar esos instantes tontos de modorra a falta de mejorar la gestión. Y como en este país parlar es una actividad gratuita en la que las gansadas no cotizan a la baja porque parecen inodoras, incoloras e insípidas para el sentir del pueblo aletargado, pues ancha es Castilla. A Miguel Ángel Revilla nunca se le podrá señalar por no colaborar en esto de la verbena mediática. Siempre demuestra una disposición espléndida a comentar cualquier sucedido venga o no a cuento. Igual te habla de quesucos, orujo, anchoas, PIB, Trump o Kim Hong Un. Si le dejan diserta sobre el urbanismo en Ulán Bator. Sigue las modas y el punching ball contra la Puerta del Sol es lo que pita. Como vale para un roto y un descosido, se ha erigido en emulo de Simón, el jefe de las alertas y emergencias sanitarias que pasó por alto la mayor alerta y emergencia sanitaria del presente siglo. «Ratifico que en diez días Madrid tendrá una incidencia enorme». Unos días antes, había avanzado otro augurio tan de su gusto. El 22 de marzo vaticinó un pico de contagios tras Semana santa ,« sobretodo en madrid », que será una« bomba ». Lo de la bomba vírica no es cosecha propia, ya lo soltó García-page. Y, por lo que parece, la Comunidad sigue en su sitio, en pie. No hay que ser un lince para sumar dos y dos en esto de las olas pandémicas del covid y sus dinámicas. Llevamos ya unas cuantas y la experiencia empírica así como los modelos y simulaciones dan lo que dan. Europa sufre ahora datos devastadores con toda clase de restricciones que al jefe montañés no le inquietan pese a que nuestras fronteras son un coladero. Tampoco le preocupa el alza semanal de la incidencia en País Vasco (+21%), Navarra (+69,3) o La Rioja (65,9%), territorios vecinos, frente a la de Madrid (+15,6%). Lo de Cantabria (+11,9%) no es baladí. Siempre es mejor agitar el espantajo ajeno que rendir cuentas propias.