Talavera mantiene viva la tradición de sus Mondas a pesar de la pandemia
Talavera celebra sus Mondas lastrada por la pandemia, pero con el espíritu de mantener viva una tradición cuyo origen se pierde en el tiempo
«Talavera no tiene Dios ni Rey ni Semana Santa... Y las tres cosas son verdad», dice Ángel Ballesteros, historiador, profesor jubilado y Mantenedor de las Mondas. «Y es que la ciudad se consagra a Nuestra Señora del Prado, que es la patrona; como su propio nombre indica, Talavera es de la Reina (el Rey Alfonso XI regaló la ciudad en sus desposorios a María de Portugal en el siglo XIV); y la Semana Santa es un pórtico o preámbulo de las Mondas. Así que lleva razón el refranero», sonríe.
Y es que las Mondas que hoy comienzan con la Pascua de Resurrección es una de las fiestas ancestrales más arraigadas no solo de Talavera de la Reina, sino de las Antiguas Tierras de Talavera, como gustan llamar los historiadores locales. Una semana de celebración durante la que los pueblos del entorno se preparan para realizar su ofrenda –llevar la monda– a la Basílica de Nuestra Señora del Prado, advocación mariana de gran devoción en la comarca.
«La fiesta se pierde en el tiempo –dice Ángel Monterrubio, otro de los grandes estudiosos y entusiasta de las Mondas–. Puede decirse que ya los pueblos vetones, antes de Roma, rendían culto en primavera a la que consideraban diosa de la fecundidad. La primavera es la época del año en la que la tierra despierta. Se instituyen después los Ludi Cereali, que organiza la plebe y protege a la gente común, en honor de la diosa Ceres, ya en Roma. Apuleyo habla en sus textos de munda cerealis, una especie de cestas místicas en honor a la diosa donde se colocaban frutas, tortas o pasteles... Hasta se cuenta que daba mala suerte mirarlas, por eso van tapadas».
La cuestión es que esta festividad ancestral ha llegado a nuestros días y constituye una de las manifestaciones más primitivas de celebración de la primavera que existe en la Península Ibérica. «Con la llegada de los visigodos, la fiesta se cristianiza y es Nuestra Señora del Prado la que se hace merecedora de todas las ofrendas de la comarca». Verdaderamente, es un milagro que la tradición haya resistido el paso del tiempo. Pero lo ha logrado y Talavera puede sentirse orgullosa de ello.
Se trata además de una fiesta con una liturgia verdaderamente asombrosa por lo rica en símbolos y ritos. Comienza ya en la misma Pascua de Resurrección con el Pregón del Leño Florido. «Antiguamente –explica Monterrubio– Monterrubio– también se bajaba la leña necesaria para el Hospital de Talavera. Se hacía en carros engalanados, de ahí el adjetivo florido. En realidad, se trata de un anuncio de la fiesta que se desarrollará a lo largo de la semana».
Porque las Mondas duran una semana entera. De hecho, será el próximo fin de semana cuando vivan su apogeo. Aunque este año, debido a la pandemia, con evidentes limitaciones. «Se ha preparado un minicortejo que sustituirá al de todos los pueblos de la comarca pasando por la Plaza del Pan, aunque se conserva el intercambio de bastones con Gamonal y el paso de los carneros por la basílica, entre otros motivos», dice Ángel Ballesteros.
Y es que la tradición también posibilita otra de las estampas más asombrosas de esta fiesta milenaria. El paso de dos carneros –Pajarito y Chiquitín, de la familia Gómez– a una basílica religiosa. Esto es posible, entre otras cuestiones, porque el lugar donde se encuentra la Virgen es municipal. También son muy emotivos los intercambios de bastones entre los alcaldes de la comarca. Aunque especialmente significativo es el que se produce con Gamonal.
«Talavera sufrió una peste de devastadoras consecuencias en el siglo XVI», explica Monterrubio. «Y en agradecimiento a lo bien que se portó el pueblo vecino de Gamonal, ese día el alcalde de Talavera otorga el bastón de la ciudad al de Gamonal y viceversa, de tal forma que por ese día, el primer sábado de Pascua, la primera autoridad municipal es el alcalde de Gamonal». En esta ocasión, serán dos alcaldesas, Tita García Élez y Marta Garrido las protagonistas.
Ángel Monterrubio, también docente de largo recorrido, propone que en los colegios de Talavera se realicen esta semana las Mondillas, para que cale la tradición entre los pequeños. Y es que ellos serán los responsables de que mañana la Ciudad de la Cerámica pueda continuar diciendo con orgullo que conserva una de las fiestas ancestrales más genuina que llegó de tiempos de los vetones, atravesó romanos, árabes y cristianos hasta alcanzar este siglo XXI.