Tezanos «baila» los escaños del CIS
Expertos desmontan el sistema de cálculo que daría un empate artificial para el 4-M
La publicación de la encuesta preelectoral del CIS de la Comunidad de Madrid arrojó ayer un empate entre los dos bloques de derecha e izquierda. Pero los expertos en demoscopia cuestionaron la proyección de escaños en función de los porcentajes de estimación de voto ofrecido por el centro que dirige el socialista José Félix Tezanos. La proyección no encaja si se aplica la Ley D’hondt a los porcentajes de cada formación. Si se hiciera bien el cálculo el bloque de la derecha se quedaría en 66 escaños y el de la izquierda en 70 asientos.
Nuevo varapalo a la credibilidad del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). La publicación ayer de la encuesta preelectoral de la Comunidad de Madrid ofreció un titular muy jugoso, desde el punto de vista informativo: empate entre los dos bloques de derecha e izquierda. Así, según el barómetro, a pesar de una holgada victoria del PP, liderado por Isabel Díaz Ayuso –que lograría casi doblar su numero de escaños respecto a las elecciones de 2019 al pasar de 30 a 59 escaños– la gobernabilidad de la Comunidad sería realmente complicada si se cumpliera el pronóstico del CIS ya que tanto los partidos de la derecha (PP y VOX) como los de la izquierda (PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos) sumarían cada uno 68 diputados. Es decir, un escaño menos que la mayoría absoluta.
Sin embargo, rápidamente saltaron las alarmas entre los expertos en demoscopia que cuestionaron la proyección de escaños en función de los porcentajes de estimación de voto ofrecido por el CIS. Desde el centro que dirige el socialista José Félix Tezanos mantuvieron la correción y alegaron que habían utilizado otras variables más allá del recuerdo de voto como los sondeos nacionales que publican cada mes.
El lío, nuevamente está servido. Carlos Fernández Esquer, Investigador en el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, explica a LA RAZÓN que «la propia distribución de escaños era incorrecta. Es decir la proyección de escaños se hace a partir de la estimación del voto que hace el CIS». Por un lado se publica el voto directo que declaran los encuestados –lo que directamente responde la gente cuando le preguntan a quién va a votar– y por otro lado, la estimación de voto –que es lo que se llama la cocina–. «Cada encuestadora tiene un método diferente para hacer la proyección de cuál creen que es el porcentaje real de personas que van a votar a ese partido», define el experto. Es lo que se llama «cocina», pero que en esta ocasión no estaría detrás de la polémica del CIS como sí lo ha estado en otras ocasiones. «Para calcular los escaños, tienes que coger los porcentajes que tiene cada partido y, a partir de ahí, se aplica la fórmula D’hondt», sostiene el experto que recuerda que en este caso es muy sencillo porque
en la Comunidad de Madrid solo hay una circunscripción. «Los datos que han publicado no cuadran con la aplicación de la fórmula», asegura. Preguntado por cuál puede ser el motivo de este error, el investigador subraya que «quiero pensar que ha sido un error y no una cuestión deliberada porque el CIS es una institución de prestigio».
De la misma opinión es Miguel Díaz, director de Electomanía, quien reconoce que el CIS «está cuestionado por el cambio en la metodología». Indica que no se trata de que la modificación de la metodología sea mala, ya que a su juicio, se puede cambiar, sino que «no se explica». De hecho, en los últimos meses han sido varias las mutaciones. «Ha levantado «Los continuos cambios de metodología mal explicados emborronan el magnífico trabajo que hace el CIS» mucha polémica porque no hizo un único cambio de metodología, sino que durante cinco meses hizo un cosa distinta cada mes. Este mes cocino y este mes no. Este mes pondero, al siguiente no, ahora me fío de los nuevos votantes...», explica. Esta falta de homogeneidad es un problema porque rompe las series históricas, una de las principales fuentes de datos para los expertos que se dedican a la demoscopia.
Preguntado sobre cómo afectan estos escándalos a la credibilidad de este organismo público, el director de Electomania señala que «independientemente sigue siendo la encuestadora con la muestra más amplia y con desgloses profundos, ya no solo respecto al voto sino también respecto a las preocupaciones de los españoles». Aun así, reconoce que «cosas como esta emborronan el magnífico trabajo que hacen». De hecho, considera que el empate entre los dos bloques de derecha e izquierda «da que pensar. Se ha intentado jugar con el efecto bomba informativo», concluye.