Elisa Beni, la vida inmortal de las mujeres
La escritora y periodista publica una novela ambientada en Madrid y que homenajea a las féminas de la época franquista, pero también de ahora y de siempre
En pocos lugares se respira tanta libertad como en Madrid. Sus calles rezuman independencia y su gente, tolerancia. Las oportunidades son mayores y quien llega suele hacerlo para quedarse. Así lo ve Elisa Beni, periodista y escritora, que vive en la capital desde hace 30 años: «Tiene la atracción de ser un sitio donde no se piden cuentas, en el que puedes vivir más libremente, y eso creo que también ocurría durante el franquismo». Publica «Una mujer no muere jamás», una novela en la que la joven Lara, desde Madrid, investiga la vida de Maixabel, que murió en el piso que acaba de comprar. La historia también se desenvuelve en Bilbao, ciudad que juega un importante papel en la novela, pues Maixabel «es originaria de Bilbao y al llegar a la gran capital notas esa sensación de libertad», explica Beni a LA RAZÓN.
La elección de los escenarios no es casual, sino que poseen algo de autobiográfico: «Soy de familia vasca y de alguna manera investigo en esos orígenes que a veces tenemos dormidos». Pero, quizá, lo más personal de la novela «es el hecho de que yo me hice periodista periodista porque me quería ganar la vida escribiendo». Actualmente, Beni colabora en «Julia en la onda», «Más vale tarde», «La Sexta Noche» y «Tot es mou», en TV3. Y su carrera la plasma en la obra a través de los personajes: «Se ve la decepción de cómo es el periodismo actual. Llevo 35 años de profesión y hay un momento en que se queda pequeña, no termina de llenar», confiesa.
Conexión intergeneracional
El argumento también incluye «una preocupación personal». El cuerpo de Maixabel, cuya juventud disfrutó en los 50, permanece momificado diez años en el piso que más tarde compra Lara. Y es entonces cuando la periodista empieza a investigar quién era y qué pudo ocurrir para que nadie la echara en falta. «La generación a la que pertenece Maixabel, que nace en 1938, entregó mucho, y ahora vemos que los jóvenes no la respetan en absoluto, es un fallo como sociedad», lamenta.
La obra hace un retrato de las voces femeninas en la sociedad a lo largo del tiempo. Un homenaje a todas aquellas vidas que el franquismo ignoró y que continúan vivas en sus hijas o nietas. «Hay una cierta conexión intergeneracional intergeneracional entre las mujeres», continúa Beni, «virtudes, potestades y fortalezas que fluyen de generación en generación. Y cosas de nuestras abuelas que siguen viviendo en nosotras, no solo por el recuerdo que tenemos de ellas o por sus enseñanzas, sino también porque nos ayudan a conformarnos como mujeres».
En el libro, fundamentalmente, «quienes hablan, opinan, las voces principales, son las mujeres», apunta Beni, aunque «claro que aparecen hombres, pero desde una perspectiva femenina». «Soy lectora voraz desde los 8 años y he leído muchísimas obras que tenían voces de hombres y las de las mujeres eran secundarias», continúa, y «me apetecía escribir una en la que la vida de todos fuera relatada desde un punto de vista femenino».