El voto joven, llave al Elíseo para Le Pen
Desencantados con Macron, un 29% de los votantes entre 25 y 34 años respalda a la líder de la ultraderecha
Sonia es una joven animalista de 29 años. Trabaja en una protectora de animales en la región de la Provenza, al sureste de Francia, desde que finalizó hace unos años la carrera de Magisterio en la Universidad de Marsella. Joven, universitaria, preparada y activista, no solo en la defensa de los animales, sino también en la de Marine Le Pen. Se muestra muy activa en las redes sociales defendiendo y posteando los mensajes del Reagrupamiento Nacional (RN), la formación política de la ultraderecha francesa liderada por Le Pen.
Su perfil llama la atención por lo inesperado. «Le Pen es la única capaz de sacarnos de la situación de crisis y de todos los problemas de Francia», afirma a LA RAZÓN Sonia sin querer, eso sí, dar su apellido por miedo a la estigmatización. Reconoce su voto de adhesión «y no solo de cabreo» a la formación de extrema derecha, pero todo su activismo lo desarrolla en internet y nunca en el cara a cara, porque en su entorno existe aún tabú a confesar esa adhesión.
Hasta hace poco tiempo, perfiles como el de Sonia eran difíciles de encontrar en Francia, pero algo está cambiando. A un año de las elecciones presidenciales, Sonia representa a una generación de jóvenes desencantados con la gestión del presidente galo, Emmanuel Macron, y azotados en primera línea por las consecuencias de la pandemia de coronavirus. Una generación que se educó en los albores del escenario de la crisis de 2008 y que ahora, en sus primeros pasos laborales, se ven azotados por otra grave situación y por mucha incertidumbre. Lo cierto es que Francia es uno de los países más afectados por el nuevo coronavirus. Desde el estallido de la pandemia en 2020, el país europeo suma 5,47 millones infectados por la covid-19. En la actualidad, las UCIS aún continúan saturadas. Ayer se contabilizó 145 nuevos fallecimientos, en total, ya son 102.858 los muertos por coronavirus.
Los datos son cada vez más claros: entre los votantes de 25 a 34 años, la candidata de Reagrupación Nacional cobra fuerza pasando de un 23% de intención de voto en 2017 a un 29% de cara al año que viene, según un sondeo de IFOP para el diario francés «Le Monde» aparecido hace dos semanas. Se trata de una franja que se decantó por Emmanuel Macron masivamente en la segunda vuelta de las presidenciales del año 2017, pero que ahora muestra un nítido desencanto agravado por la gestión de la pandemia que impactará directamente en los meses previos a la campaña electoral. Y Le Pen lo ha sabido ver.
Sin «frente republicano»
Se trata de una generación de jóvenes que comienza a tener lejos aquellos tiempos en los que el llamado «frente republicano» hacía bloque contra Jean-marie Le Pen, padre de Marine y fundador de una formación que su hija ha renovado por completo para desvincularla de los exabruptos any any xenófobos que le valieron varias condenas judiciales a su padre. «La época en la que los franceses salieron masivamente a las calles» para llamar a la formación de un «frente republicano» contra Jean-marie Le Pen, cuando se calificó para la segunda vuelta de las presidenciales de 2002 ante Jacques Chirac, «se remonta a 20 años atrás», recuerda Jean-yves Camus, director del Observatorio de las Radicalidatisemitas des Políticas en la Fundación Jean Jaurès a la agencia France Presse. Para muchos jóvenes, que no conocieron los combates contra el Frente Nacional (FN), el «tabú» del voto por la extrema
derecha ya no existe y la imagen de Marine Le Pen se ha convertido en aceptable e incluso plebiscitada en tiempos de crisis. «El peligro de una elección para Marine Le Pen se materializa», rezaba en su portada el pasado jueves el diario «Libération», planteando varios elementos que explican que ese «riesgo» nunca ha sido tan «fuerte» en el país. El primero de ellos es el rechazo al presidente Macron, que sería capitalizado en buena parte por la propia Le Pen. Esta circunstancia haría aumentar en votos a una candidata que de por sí, conserva buena parte de su electorado de 2017. Entre los electores que la votaron en la primera vuelta de las últimas elecciones presidenciales, el 89% volvería a hacerlo, según recoge este diario galo basándose en datos de un estudio de la fundación Jean Jaurès. Como resultado, Le Pen registra el 25% de las intenciones de voto para 2022. El presidente francés, en cambio, cuenta actualmente con el apoyo de solo el 71% de los electores que lo votaron en la primera vuelta.
La diferencia entre los dos políticos en una eventual nueva segunda vuelta disminuye significativamente y es ahí donde crecen las posibilidades para Le Pen, impulsadas específicamente por un público joven azotado fuertemente por esta nueva crisis. «¿Cómo evitar este escenario catastrófico?», se pregunta el editorial de «Libération».
El llamamiento moral al voto republicano, que llevó a los electores de diversos signos políticos a votar a Macron y evitar que Le Pen ganara hace cuatro años, ya no parece ser suficiente. Con los partidos tradicionales en plena recomposición de cara a las presidenciales y la izquierda intentando una unidad sumamente complicada, si algo ya parece mínimamente nítido en Francia es que el «todos contra Le Pen» pasó a mejor vida.