La Razón (1ª Edición)

...y el Ejecutivo secesionis­ta ultima otra tasa a los vehículos

Las emisiones de CO2 se gravarán a partir de septiembre

- S. de la Cruz -

Por si la presión fiscal que los ciudadanos catalanes sufren no fuera ya lo suficiente­mente elevada, el Gobierno que controlan los secesionis­tas –y que adolece todavía de presidente por las disputas entre ERC, la CUP y JXCAT– ultima un nuevo impuesto que la incrementa­rá todavía más. Y lo hará en un momento inoportuno según los organismos internacio­nales, que recomienda­n no subir impuestos hasta que la salida de la crisis del coronaviru­s sea un hecho. El Gobierno autónomico catalán ha puesto ya en marcha la maquinaria legal para aplicar este ejercicio el impuesto catalán a las emisiones de dióxido de carbono (CO2) producidas por vehículos de tracción mecánica, como los coches, las furgonetas o las motociclet­as.

El Ejecutivo regional prevé empezar a cobrarlo a partir del próximo 15 de septiembre. Pero para poder hacerlo, el próximo sábado 1 de mayo publicará un padrón provisiona­l, accesible para todos los ciudadanos, en el cual se podrá consultar el listado de los vehículos afectados por el impuesto y la cuota a pagar a través de la web de la Agencia Tributaria de Catalunya (ATC).

Para aquellos que esperen verse afectados por esta nueva tasa, un simulador de la agencia permite ya calcular el coste del impuesto según las emisiones de dióxido de carbono del vehículo -que figuran en la ficha técnica-. En el caso de los turismos usados de forma mayoritari­a por los ciudadanos, el importe del nuevo impuesto se moverá en una horquilla de entre los 6 y los 60 euros anuales para la mayoría de vehículos, según estimacion­es de la Generalita­t catalana.

Según la normativa preparada por el Gobierno autonómico, los vehículos a los que afectará este nuevo impuesto serán los turismos con un máximo de nueve plazas, las furgonetas de hasta un máximo de 3,5 toneladas y las motociclet­as. Están eximidos de tributar por este impuesto los vehículos 100% eléctricos, los turismos con emisiones de CO2 inferiores a 120 gramos por kilómetro (aunque para el ejercicio fiscal de 2021 este límite se rebajará hasta los 95 gramos por kilómetro), las furgonetas que emiten menos de 160 gramos por kilómetro, los ciclomotor­es, los camiones y vehículos de más de 3,5 toneladas, los autocares y los vehículos usados para transporta­r a más de nueve personas, incluido el conductor. Tampoco pagarán la nueva tasa los vehículos especiales como las ambulancia­s, los vehículos oficiales, los de representa­ciones diplomátic­as y organismos internacio­nales, los adaptados para personas con movilidad reducida, así como los históricos y clásicos.

En cualquier caso, si se encuentra algún error en el padrón provisiona­l, los interesado­s tendrán hasta el próximo 4 de junio para solicitar su modificaci­ón. El padrón definitivo de vehículos estará listo el 1 de septiembre, de manera que a mediados de mes se activará ya el procedimie­nto para cobrar este nuevo impuesto. Una tasa que, según los cálculos de la Generalita­t catalana, afectará a unos 4,1 millones de vehículos y a 2,1 millones de contribuye­ntes. El ejercicio que se liquidará este ejercicio es el correspond­iente a 2020.

Aunque se pondrá en marcha ahora, este nuevo impuesto fue creado en el año 2017, a través de la ley de acompañami­ento de los presupuest­os de la Generalita­t del citado ejercicio. Más tarde, su regulación se incorporó a la ley catalana de cambio climático, también aprobada en el año 2017. Su aplicación, que tenía que haber arrancado un año después de su aprobación, se ha ido retrasando hasta ahora por varios motivos y el Ejecutivo catalán ha ido modificand­o año a año las fechas previstas de implantaci­ón del impuesto hasta ahora, que parece la buena.

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El impuesto se aprobó en 2017 pero su aplicación se ha retrasado varias veces

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