Ayusoalmeida

La técnica comunicativa que expresa la mejor idea al principio del discurso y la repite al final se denomina técnica de encuadre. En nuestra Comunidad, la lista electoral que preside Isabel Díaz-ayuso la abre ella y la cierra, nada más y nada menos, que el mejor alcalde de Madrid desde de Carlos III. En Madrid (Comunidad y Ayuntamiento) tendríamos dos puntales de la actual política española. Almeida, un tipo absolutamente genial, y Ayuso, una mujer por la que pocos apostaban (entre ellos, Casado, por mucho que ahora presuma de que él la eligió) y que se ha revelado como una mujer sin complejos ante esta izquierda de salón cuyos líderes son fuegos fatuos.

Veamos. Ángel Gabilondo ha cogido fama por ser catedrático de Metafísica (eso impone a mucha gente, aunque no sabe muy bien de qué va eso). Nunca fue precisamente un buen rector de la Autónoma de Madrid y se lo conoce fundamentalmente por ser el ministro que «casi» logró un consenso para una ley de Educación. «Casi» (y que se ha destapado como un clon de Sánchez).

La de Más Madrid, una anestesióloga (que falseó su currículo) y que enseguida se dedicó a la cosa sindical (¡ay de los liberados!) y que parece tener una deuda de más de diez mil euros por algo que todo el mundo sabe, pero de lo que nadie habla. Y el «ínclita raza ubérrima» del marqués de Galapagar, que, recordando a la sin par Cecilia, quiere ser el niño en el bautizo, la novia en el altar y el muerto en el entierro, y que ya tiene más ex que años de vicepresidente en el Gobierno más mentiroso e inoperante que ha habido en la Democracia. Parafraseando a aquel alcalde socialista de Getafe, de cuyo nombre no quiero acordarme, no sé cómo puede haber «tontos/-as de los cojones/ovarios» que votan a la actual izquierda española y, especialmente, a la madrileña.