Dijo la sartén al cazo
más significativas al proyecto popular. La reagrupación y el ensanchamiento del centro-derecha, con la vuelta al modelo bipartidista, aunque sea atenuado, es una consecuencia visible de estos comicios madrileños y una carta de presentación para las próximas elecciones generales. Lo que parecía inimaginable ha ocurrido: figuras del ámbito socialdemócrata, hartas del «sanchismo», de su política y sus aliados, van a votar esta vez al PP. Algunos, como Fernando Savater o Joaquín
Leguina, han tenido la gallardía de anunciarlo públicamente. Es lógico. No deja de ser esperpéntico que un comunista recocido como Pablo Iglesias, amigo de Maduro, Otegui y compañía, se erija en el inquisidor que reparte salvoconductos de demócrata, con la complacencia de Sánchez y Gabilondo.
Esta es precisamente la otra evidencia de este final de campaña. El bloque de izquierdas van a dar la matraca con Vox. Es su gran argumento, su guía de ruta. Tratan de demonizar a los de Abascal y denunciar cualquier apoyo suyo a Isabel Díaz Ayuso para gobernar Madrid. De paso, procuran presentar al partido de Casado como próximo a la extrema derecha, sembrando así cizaña en el ancho campo conservador. No es probable que en Madrid, que Dumas padre llamó ciudad de los prodigios, impresionen semejantes argumentos a la hora de votar. En mi pueblo le soltarían a la cara a Pablo Iglesias aquello de «dijo la sartén al cazo: apártate que me tiznas».