La Razón (1ª Edición)

Vestidos de ensueño para un año de pesadilla

Hollywood quiso hacernos disfrutar más que nunca con los Oscar y el glamour de la edad de oro del cine regresó a la alfombra roja

- José Luis Díez-garde LA PEOR DE LA GALA

- Madrid

Margot Robbie se ha convertido en un símbolo del Hollywood del siglo XX. Es la mujer que siempre va perfecta. Algunos de sus papeles, como el que interpreta­ba en «El lobo de Wall Street», explotaban su lado más sexual, pero incluso en esos momentos conseguía aportar un aura de diva del cine clásico que mantiene en todas sus aparicione­s. Y en estos Oscar, los más raros de todos los que hemos visto hasta la fecha, no podía ser menos. Así, volvió a confiar en Chanel, la firma de la que es embajadora, y, en particular, en un diseño de la colección de alta costura del año pasado y, como era de esperar, volvió a cautivar. El poder magnético que tiene la elegancia de Robbie es algo que nos va a acompañar durante mucho tiempo.

Desfile internacio­nal

Dejando de lado a la que posiblemen­te sea la actriz más elegante de los últimos tiempos, sobre la alfombra roja pudimos ver el que podríamos considerar como el primer desfile internacio­nal. París y Milán no pudieron celebrar sus pasarelas, así que algunas firmas decidieron aprovechar la plataforma en que se convierte la ceremonia para presentar sus credencial­es como marcas a tener en cuenta esta temporada.

El pasado domingo quien triunfó sin lugar a dudas fue Pierpaolo Piccioli, el director creativo de Valentino, quien vistió a tres de las mujeres más elegantes de la gala. A su amiga Laura Pausini le confeccion­ó un diseño en negro (siguiendo los consejos que en su día le dio a la cantante Giorgio Armani: «Viste siempre de ese color», cuentan que le dijo) que combinó con unos espectacul­ares pendientes de Bulgari. Zendaya y Carey Mulligan optaron por dos creaciones de alta costura en amarillo y dorado que dejaban el estómago al aire, una de las tendencias que está marcando la nueva silueta de los últimos años. Y es que no fueron las únicas que se apuntaron a eso de enseñar

La afroameric­ana más nominada de la historia suele interpreta­r a mujeres de gran carácter y esto le suele llevar a elegir trajes con mucha personalid­ad. Es lo que vimos el pasado domingo, pero si bien la pieza, en blanco, era maravillos­a, el diseño de Alexander Mcqueen no terminaba de encajar al cien por cien con el propio personaje de la americana. Suspenso para Viola Davis. algo de tripa: Andra Day, con un diseño de Vera Wang, y Vanessa Kirby, con un modelo de Gucci, también jugaron a «romper» el cuerpo de sus vestidos.

Los dramáticos diseños de la alfombra roja también estuvieron muy presentes en el Dolby Theatre de Los Ángeles, que junto con la estación Union Station compartía el honor de ser la sede de la gala del cine americano. La invitación pedía «looks» inspirador­es y aspiracion­ales, y Laura Dern se lo tomó al pie de la letra. Su vestido con falda de plumas de avestruz que firmaba Oscar de la Renta resumía a la perfección esas dos máximas, lo mismo que el fluido diseño de Dolce & Gabbana que supo mover muy bien Halle Berry (que además estrenó corte de pelo, muy comentado, por cierto). Amanda Seyfried, si bien iba espectacul­ar con el diseño rojo de Armani Privé, pecó de repetitiva: la actriz, a la que no sé ustedes, pero yo veo como la versión americana de Michelle Jenner, apostó por el mismo tipo de vestido al que recurre siempre.

Las silueta sencillas están muy en boga, como le vimos a Reese Witherspoo­n, de Christian Dior, o a Celeste White, con un «look» que firmaba Gucci, y también tuvieron su hueco en esta breve alfombra roja propuestas que se salían de lo habitual, como la de Glenn Close, que lució un diseño dos piezas de Armani Privé.

Alan Kim, de Thom Browne

En el sector masculino, y dejando de lado la estelar y esperada aparición de Brad Pitt con el esmoquin de Brioni que él mismo había diseñado para la firma italiana, quien se llevó todos los aplausos fue el más joven de la noche, Alan Kim, que sorprendió con un esmoquin creado por Thom Browne con pantalón corto y las míticas rayas en la manga que forman ya parte del ADN del diseñador estadounid­ense. No busquen a nadie mejor vestido en la gala ni a ningún nominado menor de 18 años en la historia 1. Zendaya apostó por un diseño de Pierpaolo Piccioli en amarillo flúor

2. Laura Pausini, con vestido negro de Valentino, escote bardot y falda con volumen

3. Carey Mulligan lució un dos piezas de lentejuela­s de Valentino Alta Costura

4. Margot Robbie volvía a confiar en Chanel para triunfar con un «slip dress»

5. Halle Berry, con vestido fucsia de Dolce & Gabbana y escote de corazón de los Oscar. El pasado domingo vimos al actor infantil mejor vestido de todos los tiempos. Cierto es que tampoco lo tuvo difícil: la ausencia de grandes estrellas dejó paso a opciones bastante desafortun­adas, como el esmoquin fucsia de Colman Domingo, más apropiado para unos Grammy. La gala fue extraña, como lo es la situación, aunque Hollywood puso todo de su parte para hacernos soñar otra vez y lo cierto es que gracias a la ceremonia nos evadimos un rato de una realidad que parece más bien una película de terror en la que solo queremos que aparezcan las palabras «The End».

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