Plan de Recuperación: el trabajo empieza ahora
El Gobierno ha remitido a la Comisión Europea, dentro del plazo previsto, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, a través del cual se canalizarán los fondos de ayuda a la reconstrucción acordados por Bruselas, pero sujetos a una serie de condiciones que nuestro país, al menos de momento, está lejos de cumplir. En efecto, Europa exige profundas reformas estructurales que, como en el caso de la unidad de mercado, tropiezan con la realidad de nuestro sistema autonómico; otras que conllevan la revisión del sistema de pensiones, para el que se carece de consenso político y social, o la racionalización del modelo fiscal, con el objetivo de reducir el déficit público, que no puede descansar exclusivamente en el incremento impositivo, sino, también, en la reducción del gasto gasto de las administraciones. Finalmente, la Comisión pone el acento en la digitalización de la economía, la transformación energética y las tecnologías avanzadas de la información. Sin ánimo de despreciar el trabajo del Gobierno, puesto que a todos nos interesa la pronta llegada de los fondos europeos, aunque sólo sea por la oportunidad de modernización que suponen, lo cierto es que falta mayor definición en unos proyectos con demasiadas generalidades. El trabajo de fondo comienza, pues, ahora y debe ser, fundamentalmente, político, en la acepción más amplia del término. Es decir, debe ser el fruto de la inteligencia colectiva de una nación que, como España, tiene debilidades estructurales, pero que también presenta grandes ventajas por el impulso de su tejido empresarial.