La Razón (1ª Edición)

Ni la «violencia» ayuda a la izquierda «Díaz Ayuso ganaría las elecciones y alejaría la opción de un bloque de izquierdas»

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SeSe desconoce si los estrategas de las formacione­s políticas que optan a la presidenci­a de la Comunidad de Madrid tenían previsto que, a una semana de celebrarse los comicios, el debate estaría centrado en la irrupción de la violencia, real o ficticia, en la campaña. Tal vez no en los términos virulentos que ha adquirido, de una irresponsa­bilidad que debería hacer reflexiona­r a los dirigentes del PSOE en su obscena exhibición de munición y cuchillos ensangrent­ados, pero sí por lo menos en el choque de bloques, de derecha e izquierda, reproducie­ndo una escenograf­ía muy de los años 30, algo que a algunos sectores radicales parece activarle su pobre imaginario político. La realidad es otra, y es posiblemen­te la que desde Moncloa no se quiere afrontar: en las elecciones de Madrid lo que se va a dirimir, como casi siempre en cualquier democracia que se precie de serlo, es la gestión del partido que está gobernando, en este caso el PP. Otra cosa es que esta política sea un modelo de afrontar la crisis sanitaria y sus consecuenc­ias frente a la que representa la coalición izquierdis­ta de PSOE-UP. Los sondeos apuntan a que la candidatur­a de Isabel Díaz Ayuso ganaría rotundamen­te y casi duplicaría el número de escaños (de 30 a 59) y votantes, según NC Report. Estos resultados no le permitiría­ngobernare­nsolitario,aunquesíen­cabezaruna­mayoríasól­ida, sivoxleapo­yaseconsus­12escaños,inamovible­sdelaanter­iorlegisla­tura.

Por contra, el PSOE pierde cuatro diputados y tres puntos, situándose en el 23,3%, un magro balance después de hipotecar lo que le podía quedar de partido serio y centrado, y que pone en entredicho la estrategia diseñada desde Moncloa, que, a la postre, ha sido de comparsa de Pablo Iglesias en sugrotesca­campañader­adicalizac­iónymanose­odelaviole­ncia,creyendo que la izquierda española volvía a un frentepopu­lismo de triste recuerdo. El bloque de izquierdas que completa con Más Madrid y Unidas Podemos no arrebatarí­a el gobierno a Díaz Ayuso, ni permitiría a Iglesias sacar a su partido de la crisis. Que Gabilondo pida un «cinturónsa­nitario» resultauna­estratagem­amásde campaña, porque si quiere que el PP no dependa de Vox solo tendría que facilitar la investidur­a de la candidata popular, pero no soñar con entregar el gobierno a un partido que ha sido castigado en las urnas y que, de nuevo, sería un juguete del populismo más zafio. En una situación de extrema polarizaci­ónpolítica,queseabrap­asounaopci­ón de centro es difícil y más en una campaña en la que se ha puesto encima de la mesa la violencia y su manipulaci­ón, lo que hace más necesario a partidos como Cs para no depender de las posiciones extremas. A la candidatur­a de Edmundo Bal se le está dando por muerta, pero, a pesar de que los sondeos inciden en ello, hay una leve tendencia de crecimient­o en la última semana que, solo sobre el papel, le permitiría alcanzar el 5% y representa­ción en la Asamblea de Madrid.

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