París y Berlín exigen acelerar la ayuda europea
Alertan de que la UE quedará relegada en la recuperación frente a EE UU y China
Francia presenta hoy en Bruselas su plan de reconstrucción, una etapa básica para percibir los 40.000 millones de euros de ayudas europeas que suponen el 40% del total de 100.000 millones con los que París pretende revitalizar la salida de la crisis sanitaria. En la víspera, y en un claro ejercicio simbólico para visualizar el eje francoalemán, el titular de Economía galo, Bruno Le Maire, presentó las líneas básicas del plan junto a su homólogo alemán, Olaf Scholz. París aprovechó la ocasión para exigir a Bruselas que el examen de los planes de relanzamiento se haga «lo más rápido posible», ya que la UE «ha perdido demasiado tiempo», mientras otras potencias mundiales, como EE UU y China, ya se encuentran sumergidas en plena fase de relanzamiento con velocidad de crucero.
El tirón de orejas para Bruselas para «no perder más tiempo» y pasar a las fases de implementación de los planes se hace con un objetivo: disponer de los fondos antes del fin del verano. «La Comisión Europea debe examinar los planes nacionales de estímulo lo antes posible para que puedan ser aprobados a más tardar en el Consejo Europeo de julio», apremió Le Maire a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Tanto Berlín como París consideran que cada día cuenta en el impacto que puedan desarrollar los 750.000 millones del plan de recuperación.
Al igual que las líneas básicas de Italia, presentadas un día antes, el proyecto francés sigue un patrón similar, respondiendo a las exigencias de la Comisión de dar prioridad a la digitalización y a la protección del clima. Las normas de la UE exigen que el 37% del dinero se gaste en la lucha contra el cambio climático y el 20% en digitalizar la economía. Pero la principal diferencia entre los proyectos alemán y francés es que Berlín planea volver al déficit cero en 2022, mientras que París pretende un plazo mayor y no piensa empezar a reducir la deuda hasta 2027. «Hoy la prioridad es claramente invertir masivamente, no consolidar las finanzas públicas. Hemos sacado lecciones del pasado. Volveremos a unas finanzas públicas saneadas en cuanto la crisis de la covid-19 quede atrás», insistió el ministro de Finanzas francés.
Le Maire recalcó la necesidad de que Europa blinde su independencia tecnológica frente a China y Estados Unidos y por ello, urgió que los europeos inviertan «juntos» en tecnologías como hidrógeno, telecomunicaciones, inteligencia artificial, baterías y electrónica, porque «o estamos en la carrera con China y EE UU, o somos completamente dependientes de China y EE UU, y desapareceremos».
Francia y Alemania coinciden en la necesidad de establecer un impuesto global a las multinacionales durante esta fase de reconstrucción, iniciativa que la secretaria del Tesoro norteamericana, Janet Yellen, está discutiendo con sus pares del G-20. Le Maire señaló que «la gente está harta de que las grandes empresas no paguen la parte que les corresponde de impuestos» durante una entrevista con los diarios «Le Figaro» y «Die Zeit».
«Por primera vez tenemos una posibilidad histórica de lograr un compromiso en julio», señaló el ministro francés en relación a un a acuerdo en la OCDE sobre la fiscalidad a las multinacionales. «Soy muy optimista y creo que tendremos una buena solución en verano», aseguró Scholz, quien mostró su satisfacción por la posibilidad de poner fin a la «competencia a la baja» y «sin sentido» entre países.
El Gobierno alemán confía en que el buen comportamiento de la industria y las exportaciones lleve a la economía nacional a crecer un 3,5% este año, cinco décimas porcentuales por encima de su previsión de enero. El nuevo pronóstico gubernamental, presentado ayer, bosqueja
Mientras que Alemania planea volver al déficit cero en 2022, Francia no contempla reducir la deuda pública hasta 2027
una economía resiliente, pero con una creciente dualidad porque los servicios y el comercio minorista permanecen muy afectados por las restricciones, algunas en vigor desde noviembre- y que no recuperará los niveles precrisis hasta la primera mitad del año que viene.
La evolución será progresiva, explicó en rueda de prensa el ministro de Economía, Peter Altmaier. Avanzó que se espera que el producto interior bruto (PIB) se contraiga en el primer trimestre –la cifra se publica este viernes–, pero que la economía recuperará dinamismo en el segundo semestre gracias a la campaña de vacunación. «Estoy convencido de que en los próximos meses tendremos razones para el optimismo», aseguró Altmaier, «seguro» de que «a partir del verano» se podrá avanzar «de forma progresiva» en la desescalada: «Este año vamos finalmente a lograr el cambio de tendencia».
La evolución alemana, reconoció el ministro, se basa en el «crecimiento de la economía global», que el Fondo Monetario Internacional y la OCDE esperan que crezca un 5,7% este año. La rápida recuperación en algunos de los principales mercados para los productos industriales alemanes, como China y EE UU, está tirando de la primera economía europea vía sector exterior.