La Razón (1ª Edición)

Pedro Sánchez, la decepción

- Ahmed Charai Ahmed Charai es editor marroquí

ElEl jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha recordado en repetidas ocasiones la profundida­d de las relaciones entre Marruecos y España y, sin embargo, ha fracasado en todos los frentes abiertos entre ambos Estados. La relación entre los dos países vecinos ha llegado a una situación de tensión, que segurament­e acabará por calmarse, en pro de los intereses de los dos pueblos. El Gobierno de Pedro Sánchez brilla con su inacción sobre el asunto del Sáhara Occidental. Tras el reconocimi­ento estado unidense de la soberanía marroquí, la diplomacia europea avanza discretame­nte hacia una solución de amplia autonomía en la región, en el marco de la soberanía marroquí.

España se ha puesto de lado, pese a que en su calidad de antigua potencia colonizado­ra, conoce la historia, sabe que Marruecos se levantó contra el proyecto franquista de crear un Estado títere en el Sáhara Occidental, a pesar de que en ese momento no existía el Frente Polisario. madrid sabe que no colonizó una «terra nullius», sino un territorio cuya población era leal y fiel a la monarquía marroquí.

El Sáhara era parte del territorio marroquí antes de la colonizaci­ón francesa y española. Incluso durante el período del protectora­do español, Tetuán fue la verdadera capital del Sáhara. Esto es comprensib­le porque los khalifas, caids y los jueces que estaban en Tánger y Tetuán tenían sus respectivo­s diputados en Tarfaya y Laâyoune y todos estos nombramien­tos dependían del sultán de Marruecos. Dependían de esta autoridad porque el territorio del Sáhara formaba parte de Marruecos. Estas son verdades históricas. Pero Pedro Sánchez ha preferido hacer caso omiso a estas evidencias, porque tiene un aliado engorroso a la izquierda, Podemos, y prefiere enterrar los problemas debajo de la alfombra. La historia del jefe del Frente Polisario, Brahim Ghali, ahora ingresado en un hospital de Logroño, es controvert­ida. Este caballero ciertament­e tiene derecho a ser atendido. Pero el hecho de que las autoridade­s españolas acepten un pasaporte falso, para evitar que se haga justicia, es una violación del Estado de derecho. Desde 2012, se han llevado a cabo acciones contra veinte miembros del Frente Polisario ante la Audiencia Nacional española. Los delitos de los que se acusa a Ghali y otros integrante­s del grupo son genocidio, asesinato, lesiones, terrorismo, detención ilegal, tortura y desaparici­ones. Fue llamado a declarar el 19 de noviembre de 2016, pero nunca compareció.

Son hechos graves y es un problema que socava la credibilid­ad del Gobierno. Pero sobre todo, se trata de un atentado al poder judicial español y Sánchez tendrá que responder ante sus conciudada­nos.

Económicam­ente todo está parado. La covid-19 tiene mucho que ver con eso, pero la deficienci­a política es clara y su efecto en los intercambi­os económicos ya lo está sufriendo la comunidad empresaria­l española. La peligrosa inmovilida­d es tal que el Grupo Parlamenta­rio del Partido Popular (PP) está preocupado y acaba de pedir a las autoridade­s españolas que acuerden, de forma urgente, con Marruecos, una fecha para la celebració­n de una reunión de alto nivel entre los dos países. Al mismo tiempo, los parlamenta­rios han recordado al presidente Sánchez el papel que podría desempeñar en el tema del Sáhara Occidental. También lamentan que aún no haya hablado con Joe Biden. Desde su elección, el presidente estadounid­ense ya ha mantenido contacto con 23 líderes extranjero­s, pero no con el presidente español. Los populares se preguntan entonces si España no ha perdido ya su influencia en la escena internacio­nal. La inacción criticada supone también una ventaja a movimiento­s terrorista­s al dañar considerab­lemente la excelente relación entre los servicios españoles y sus homólogos marroquíes. También es gracias a esta relación ejemplar que se han evitado actos terrorista­s en suelo español, pero Pedro Sánchez parece olvidarlo.

Incluso en temas más mundanos, el presidente español no está allí. Marruecos permite las aplicacion­es industrial­es y farmacéuti­cas del cannabis, lo que resuelve el problema de los agricultor­es en el Rif y ayuda a mantener a los traficante­s alejados de este recurso. Uno podría haber imaginado el entusiasmo de Madrid a la hora involucrar a las empresas españolas y tener una cuota de mercado en el negocio de la región. Sin embargo… ¡Nada!

Es cierto que el movimiento de protesta del Rif planteó muchas cuestiones socioeconó­micas. Este es un caso probado de mala gestión y fracaso de la regionaliz­ación sin la aportación de los recursos humanos adecuados.el rey Mohammed VI despidió a cuatro ministros porque sus departamen­tos no cumplieron con los objetivos anunciados. Pero en este magma también hay movimiento­s separatist­as, lejos de ser mayoría, pero que existen. He defendido la unidad de España frente al separatism­o catalán, que goza de un apoyo real entre los votantes. Apoyar el desmoronam­iento de Marruecos desde las institucio­nes españolas me resulta insoportab­le.

«El pasaporte falso de Ghali supone una violación del Estado de derecho»

«Gracias a la relación ejemplar se han evitado actos terrorista­s en ambos países»

«El presidente del Gobierno ha fallado en todos los frentes con Marruecos»

 ?? EFE ?? Vista general de las tiendas en un campo de refugiados saharauis en Tifarti, en el Sáhara Occidental
EFE Vista general de las tiendas en un campo de refugiados saharauis en Tifarti, en el Sáhara Occidental

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain