La Razón (1ª Edición)

Benzema no se cansa

Corrió diez kilómetros, dio 32 pases y se inventó un gol para frenar al Chelsea

- José Manuel Martín -

Si en los días en los que todos están a un nivel alto, Benzema se nota, en esas noches en las que algunos compañeros no están del todo finos o el cansancio aprieta, que esté Karim es imprescind­ible. El francés nunca se cansa e hizo magia para empatar el partido ante el Chelsea y convertirs­e, otra vez, en la mayor certeza de este Real Madrid que busca fuerzas de donde sea para seguir peleando por todo. El

«9» blanco es la clarividen­cia en medio de la tormenta, y cuando más descargaba la lluvia sobre Valdebebas, como de costumbre en los últimos partidos en el Di Stéfano, se inventó un gol que mantiene las esperanzas de una nueva final europea para el Madrid.

Su control con la cabeza en mitad de un área atestada de futbolista­s fue de cuento, como si lo hiciera en su jardín una tarde libre jugando con sus dos hijos. Pinchó la pelota y la dejó girando en el aire el tiempo suficiente para descoserla sin dejarla caer y fusilar a Mendy. Fue un poco de luz en mitad de la borrasca que era el juego del Chelsea, que en la primera media de la eliminator­ia tuvo ocasiones y superiorid­ad incluso para sentenciar.

Perdonaron los ingleses y eso no lo hizo Benzema, que ahora además de magia tiene pólvora y mala leche en el área. No negocia en la zona de definición y por eso sus cifras de goles siguen creciendo camino de sus mejores registros históricos. Suma ya 28 goles este curso y el de ayer fue el sexto en la Liga de Campeones. Ya hizo el que inició la remontada hasta el empate en Mönchengla­dbach y los dos ante los alemanes en el cierre de la fase de grupos para certificar el primer puesto. También marcó al Inter y a la Atalanta, porque Karim siempre es protagonis­ta en esta temporada en la que ha alcanzado la plenitud.

Cuando Marcelo se fue sustituido cogió el brazalete de capitán,

Pinchó la pelota con la cabeza, fusiló a Mendy y el Real Madrid volvió a creer en mitad de la tormenta

aunque no necesita la banda en el bíceps para ser el que tire del equipo. Él fue el que hizo creer al resto cuando el Chelsea apretaba. Y no sólo hizo el gol. Corrió 9,6 kilómetros, dio 32 pases de los que completó el 79 por ciento. Chutó cuatro veces a puerta y le hizo el cuarto tanto en esta Champions al rocoso Chelsea. Sólo lo cambió Zidane en el tiempo de prolongaci­ón y el técnico se fue hacia él para darle un abrazo y un toquecito cariñoso en la cara. Su partidazo lo merecía.

 ?? RUBÉN MONDELO ?? Zidane, en el partido de ayer
RUBÉN MONDELO Zidane, en el partido de ayer

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