El Rey reivindica el papel del Consejo de Estado
De la Vega defiende la imparcialidad del organismo
«La historia de esta institución nace y evoluciona con la Corona», subrayó el Rey durante su primera visita como Monarca al Consejo de Estado en la que hizo un encendido elogio del papel que cumple este órgano –presidido por Teresa Fernández de la Vega– en la estructura del Estado, que calificó de «central no en virtud de un principio de jerarquía sino de su competencia».
«La historia de esta institución nace y evoluciona con la Corona» subrayó ayer el Rey durante una visita al Consejo de Estado en la que realizó un encendido elogio del papel que cumple este órgano en la estructura del Estado, un papel que el Rey calificó de «central no en virtud de un principio de jerarquía sino en virtud de su competencia».
«El Consejo es un observador privilegiado del funcionamiento de nuestra administración», dijo también el Rey, ya que «si algo debe reconocerse es su apoyo constante velando por la observación de la constitución» y asimismo la «irremplazable» labor que ha tenido en el «afianzamiento de los principios» del Estado.
Felipe VI comenzó su intervención recordando las dos veces que había visitado el Consejo – «una casa que siento como propia», dijo– como Príncipes de Asturias en 1990 y 2000 y se sumó al recuerdo del consejero permanente Landelino Lavilla, fallecido hace ahora un año.
«Quiero subrayar la fundamental contribución del Consejo de Estado a España como el Estado social y democrático de derecho que proclama nuestra Constitución. En su dedicación y saber para hacerlo efectivo, para perfeccionarlo siempre», afirmó también el Jefe de Estado. Recordó también que el Consejo de Estado «no decide nunca», pero «por su independencia y competencia, tiene la autoridad que se corresponde con su alta función».
Es pertinente recordar que a finales de enero, uno de los dictámenes de la institución, el relativo al decreto del Gobierno sobre los fondos europeos, se vio envuelto en la polémica porque el PP denunció que el Ejecutivo lo ocultó cuando se convalidó en el Congreso a finales de enero. Semanas después, se divulgó su contenido, en el que se hacían algunas objeciones sobre la falta de control del decreto.
A pesar de que sólo en contadas veces sus informes son vinculantes, Felipe VI insistió en que la opinión del Consejo de Estado genera doctrina y «siempre es de gran utilidad y de un extraordinario valor» al dar «seguridad jurídica a los ciudadanos y orientación a los gobernantes».
El Rey llegó a la sede del Consejo de Estado, muy cerca del Palacio Real de Madrid, a las 12:00 donde fue recibido por la presidenta del máximo órgano consultor, María Teresa Fernández de la Vega, acompañada de la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo. Durante la visita se presentó al Monarca y a la vicepresidenta la memoria anual del Consejo en el que se especifica la labor realizada por este órgano a lo largo del 2020.
Antes de que hablara el Rey, tomó la palabra la presidenta Fernández de la Vega, que calificó la sesión que presidió ayer el Rey de «histórica» y que subrayó los orígenes de la institución que preside y los lazos que la unen a la Monarquía. «Depurar el arte de aconsejar» fue la expresión que utilizó Fernández de la Vega para describir la labor que realiza este «supremo órgano consultivo del Gobierno». «El consejo de estado democrático ha realizado su labor de manera discreta», dijo la presidenta, que también reafirmó la determinación de la institución a «no permitir que nos ensordezca el ruido» y de mantener el temple necesario «para realizar nuestra labor en defensa del ordenamiento jurídico y la Constitución». Fernández de la Vega definió el Consejo como un «templo para la palabra y el pensamiento» en el que se dialoga «sin partidismos» en un «extraordinario despliegue de inteligente colectiva». «Esta institución queda al margen de la crispación y del sectarismo», afirmó también la presidenta en su brillante discurso en el que se dirigió al Rey como «Señor» y «Majestad».
Durante el acto tomó también la palabra el padre de la Constitución Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, consejero permanente y presidente de la sección primera del Consejo. Herrero recordó el artículo 56 de la Carta Magna que señala al Monarca como «símbolo de la permanencia y unión del Estado» y elaboró: «Un símbolo eficaz como se ha demostrado desde la Transición democrática».
Aunque tiene como antecedentes el Consejo Supremo de la Corona de Aragón y el Consejo Supremo de la Corona de Castilla en la época de los Reyes Católicos, fue el Rey Carlos I quien decidió crear un consejo propio para los asuntos externos de la Monarquía Hispánica debido a la gran actuación fuera de sus fronteras que marcó su imperio. Fue el único Consejo que no tenía presidente, pues era el propio Rey quien asumía esa función. Hoy un descendiente directo de Carlos I visitó siglos después el Palacio de los Consejos que sirve de sede a este órgano del Estado en la Calle Mayor de Madrid. Y se sentó además justo debajo del retrato que Tiziano hiciera de su antepasado en una imagen que, más allá del cliché, vale más que mil palabras.
LAS FRASES
El Consejo está al margen de la crispación y el sectarismo y trabaja sin partidismos en defensa del ordenamiento jurídico y de la Constitución»
Teresa Fernández de la Vega Presidenta del Consejo de Estado
La Monarquía ha demostrado ser un símbolo eficaz de la continuidad del Estado desde la Transición democrática»
Miguel Herrero Padre de la Constitución