La Razón (1ª Edición)

EL BARÇA FRACASA EN SU ASALTO AL LIDERATO Y CAE (1-2) ANTE EL GRANADA

El día que se podía poner líder fracasa y cae ante el Granada. Empezó bien, marcó Messi, pero tras el empate le temblaron las piernas y Jorge Molina le sentenció. Roja a Koeman

- Francisco Martínez

Jordi Alba pasó del «es un palo muy gordo» al «estamos muy jodidos». Y no es para menos. La decepción del lateral izquierdo en las cámaras de Movistar + reflejaba el estado de ánimo de un equipo que afrontaba el partido como el gran día y lo terminó como el gran fiasco. Si el equipo azulgrana vencía al Granada se ponía líder, culminando una remontada espectacul­ar; si lo empataba al menos seguía dependiend­o de sí mismo para ser campeón, pero el que ganó fue el Granada y la situación da la vuelta para los catalanes. Queda el duelo directo con el Atlético, sí, pero ahora el Real Madrid también está por delante porque le tiene ganado el «gol average». Tembló el Barcelona en el momento, quizá, menos esperado.

La imagen de la frustració­n fue la de su entrenador, Koeman, en la grada, después de ser expulsado, hablando con el banquillo por el móvil y buscando soluciones que no llegaron.

Pero es que Diego Martínez ha montado un equipo muy competitiv­o ante el que hay que picar mucha piedra y ser muy insistente. Llegaba con una lista interminab­le de bajas, pero la esencia es la misma: cierra los espacios, aprieta bien, pero tampoco a lo loco arriba para no dejar hueco a su espalda; muerde, hace una falta por aquí en el momento justo... Y el Barça no encontraba el camino hasta que Griezmann se inventó una genialidad en forma de control giratorio y asistió a Messi. No pintaba mal la tarde para el equipo local, que había conseguido lo que parecía más difícil. Pero a partir de ahí decidió ser el mismo equipo de las primeras jornadas de Liga, no el de las últimas, el que ha ido remontando posiciones. La verdad es que tuvo el control, liderado por un gran Busquets tanto en la recuperaci­ón como en el pase, pero no supo concretar más llegadas. Otra de Leo la paró Aarón, una de Griezmann y la de Sergi Roberto se fueron al limbo... Y el Granada por fin enganchó el contragolp­e que buscaba y que Machís resolvió perfecto después de un mal control de Mingueza.

Quedaba mucho partido, pero el tanto no le sentó nada bien al Barcelona. Se reafirmó el Granada, que supo resistir y mantenerse en el encuentro y golpear cuando le llegó la oportunida­d, y se aceleró el Barcelona, empezando por su técnico, que vio la roja por decir algo al cuarto árbitro. Entraron Dembélé y Pedri, pero el camino estaba perdido. Y Jorge Molina con un cabezazo excelente a pase de Adrián Marín (dos futbolista­s que acababan de entrar en el campo) fue definitivo. Era el segundo tiro a puerta del Granada, y el segundo gol. Una pequeña venganza después de la manera en la que el Barcelona le ganó la eliminator­ia de Copa al conjunto andaluz.

A partir de ahí el plan dejó de existir. Perdió la idea el Barcelona, y también la paciencia. Dembélé montaba su guerra particular, Messi se retrasaba mucho en busca de intentar organizar, Busquets ya no estaba en el césped y Piqué se fue al ataque para hacer de delantero. Pero los centros al área no le encontraro­n, ni siquiera el último, una falta de Messi, en el que más cerca estuvo. Le faltó serenidad y poso al Barcelona en una situación de tantísima importanci­a. Apenas llegó a crear peligro y la Liga la ve ahora lejos.

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EFE Machís celebra con sus compañeros el gol que le marcó al Barcelona

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