«CUANDO TODO ESTÁ MAL, APARECE AHÍ UN TÍO Y DICE QUE TODO ESTÁ BIEN Y QUE EL FUTURO ES COJONUDO»
ConvendremosConvendremos en que Felipe González no es la personalidad más popular y querida en Ferraz y Moncloa, los que otrora fueran sus feudos. No es un secreto que el expresidente del Gobierno, que va por libre desde hace lustros, no es un fervoroso admirador de la obra de Pedro Sánchez. Para una militancia socialista homologable con lo que había sido la tradición del partido desde la recuperación de la democracia, las palabras de Felipe serían las Tablas de la Ley, pero los hooligans sanchistas las despachan como renglones torcidos de un mero traidor. Las sectas giran en torno a conductas sociópatas de sometimiento emocional y obediencia indiscutida al redentor que llegó para guiarlos y liberarlos. Claro que Felipe, rebelde según los días, con su cuota de soberbia correspondiente a quien ocupa unas cuentas páginas de la historia del país, es un jarrón chino dispuesto a tocar la moral sanchista con fruición conforme a su agenda y sus deseos. En el avance del primer episodio de su podcast, titulado «Sintonías Infrecuentes», el histórico líder socialista ha resuelto la entrega con un trastazo inspirador en la crisma institucional de Pedro Sánchez, al que, sin duda, le ha hecho un traje a la medida de su talla política, psicológica y humana. «Cuando todo está mal, aparece ahí un tío y dice que todo está bien y que el futuro es cojonudo. Oiga, pero usted no está viviendo la realidad de sufrimiento que estoy viviendo». Y la respuesta a la pregunta retórica es obviamente que no. O que sí, pero no. Sánchez se ha esmerado en sus sermones televisivos durante el contagio en predicar que, efectivamente, el futuro es cojonudo, que salimos más fuertes, ya saben, y que para eso ha salvado 450.000 vidas. Si en el paraíso estalinista no existía el crimen, aquí el líder y su abrasador aparato de propagandahandispuesto que el padecimiento y muerte de decenas de miles de personas son una suerte de bulo, una de esas fake news orquestadas por los poderosos contra el gobierno de la gente que nos quiere bien. Lamenta González la falta de un líder y el advenimiento de un tipo que sólo busca mantenerse en el poder. Felipe ya es un fascista más.