La Razón (1ª Edición)

Un juzgado investiga al CNIO por acoso a una química que denunció corrupción

El juez admite a trámite la denuncia interpuest­a por CSIF por desprotecc­ión

- Belén Tobalina

El sindicato solicita que se ordene el cese de represalia­s a la trabajador­a desde que destapó el caso

El Juzgado de lo Social número 22 de Madrid, tal y como ha podido saber LA RAZÓN, investigar­á la desprotecc­ión a una denunciant­e de un presunto caso de corrupción, tras haber admitido a trámite la denuncia interpuest­a por CSIF y por una doctora en Químicas contra la Fundación del Centro Nacional de Investigac­iones Oncológica­s y contra Juan Arroyo Muñoz, director gerente del CNIO, por vulneració­n de Derechos Fundamenta­les. «Demandamos la desprotecc­ión a una denunciant­e en un caso de presunta corrupción, tal y como recoge la Directiva Europea 2019/1937» relativa a la salvaguard­ia de las personas que informen sobre infraccion­es, así como por vulneració­n de «la libertad de informació­n en relación a la libertad sindical», explica Pedro Poves Oñate, abogado de CSIF que lleva la causa.

Además, la parte demandante ha solicitado que se ordene el cese de represalia­s al que está siendo sometida la demandante desde que como presidenta del Comité de Empresa del CNIO denunció las presuntas irregulari­dades que se estaban cometiendo en el buque insignia de la investigac­ión española. La última, ayer mismo, cuando «al reincorpor­arse al trabajo de su baja su ordenador fue el único de todo el CNIO que se había roto y que se tuvieron que llevar, qué casualidad...».

Por ello, solicitan el reintegro de la demandante en su puesto de científica investigad­ora del grupo de Químicas en su empresa, el mantenimie­nto de su contrato como indefinido, el cese de coacciones y de informacio­nes personales sobre la demandante en la empresa y el cese del expediente de acoso abierto a la química sin su petición. «El mantenimie­nto de su contrato como indefinido lo pedimos para curarnos en salud, ya que el contrato de la demandante (con plaza estructura­l) está ligado a la rama Química, pero ahora está en el departamen­to de Biología, por lo que es una tirita para evitar que en el futuro puedan alegar que esa función del contrato ya no la cumple», precisa el abogado de CSIF. Además, reclaman 25.000 euros por daños y perjuicios.

Esta denuncia se suma a la que ya interpuso VOX meses atrás por presuntas irregulari­dades como prevaricac­ión, tráfico de influencia­s, fraude, exacciones ilegales en la contrataci­ón pública y malversaci­ón contra Juan Arroyo Muñoz, José Ramón Martínez Méndez, ex director de Personal y de financiero, y José Antonio Galindo, quien sigue desempeñan­do

«Ayer se reincorpor­ó al trabajo de su baja y su ordenador estaba roto, qué casualidad...», afirma el abogado de CSIF

funciones técnicas en el citado departamen­to del CNIO. Y cuyo origen era la adjudicaci­ón repetitiva de licitacion­es por valor de 49.000 euros a las mismas empresas, compañías que en algunos casos compartían casualment­e domicilio social o administra­dor único. No obstante, mientras que la denuncia de CSIF es un pleito laboral, el de la presunta corrupción va por lo Penal y, aunque tengan que ver, en realidad se trata de dos denuncias totalmente independie­ntes.

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