La Razón (1ª Edición)

Ley anticorrup­ción en el Vaticano: no a regalos de más de 40 euros

Francisco exige a los jefes de la Curia que declaren no tener condenas por blanqueo

- Ismael Monzón

Papa no quiere mercaderes en su templo. Y si los hay, está dispuesto a echarlos. Con un nuevo «motu proprio»–decretovat­icano–, acaba de imponer nuevas reglas para impedir los negocios sucios en el interior de la jerarquía de la Iglesia. La Santa Sede se adhiere así a la Convención de las Naciones Unidas contra la corrupción con el fin de evitar este tipo de prácticas.

El listado de normas es extenso. En primer lugar, los funcionari­os deben firmar una serie de condicione­s. Se les pide asegurar que no han sido condenados de forma definitiva en ningún Estado, no haberse beneficiad­o de indultos o amnistías, ni haber sido absueltos por la prescripci­ón de algún delito. Además, tampoco es posible estar pendiente de juicios o «investigac­iones por participac­ión en una organizaci­ón criminal, corrupción, fraude, terrorismo, blanqueo de capitales de actividade­s criminales» u otros delitos.

Los trabajador­es están obligados a declarar que no poseen, ni siquiera a través de intermedia­rios, dinero en paraísos fiscales, ya sea en efectivo o en acciones. Tendrán que demostrar que sus remuneraci­ones o bienes inmuebles proceden de actividade­s lícitas. Y no será posible invertir en sociedades que «operen con fines contrarios a la doctrina social de la Igleel sia». Este último aspecto abre un espectro bastante amplio, que no queda del todo definido. Por último, se prohíbe aceptar regalos con un valor superior a 40 euros, ya que serían considerad­os cohechos.

Las medidas se dirigen a los cargos de responsabi­lidad de la Curia –con excepción del coto a los regalos, que afecta a todos los trabajador­es del Estado de la Ciudad del Vaticano–, desde los cardenales jefes de los dicasterio­s hasta los vicedirect­ores con contratos de al menos cinco años. También se incluyen los empleados con funciones de administra­ción jurisdicci­onal o supervisió­n. Todos deberán firmar una declaració­n al ser contratado­s, que se renovará cada dos años. El Vaticano se reserva el derecho de comprobar las declaracio­nes de los implicados, como cualquier Hacienda, y en caso de falsedad podrá reclamar daños y perjuicios, además del despido.

«La fidelidad en las cosas de poca importanci­a está relacionad­a, según las Escrituras, con la fidelidad en las cosas importante­s», dicta el encabezado del «motu proprio». El nuevo decreto completa otras actuacione­s anteriores para impedir la corrupción en el Vaticano, como el endurecimi­ento de las condenas o el sometimien­to a auditorías externas para vigilar el estado de las finanzas. La Santa Sede se encuentra inmersa en un escándalo por la compra de activos inmobiliar­ios en Londres, que provocaron un enorme agujero contable.

 ?? EFE ?? Los trabajador­es tendrán que declarar que no poseen dinero en paraísos fiscales
EFE Los trabajador­es tendrán que declarar que no poseen dinero en paraísos fiscales

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain