Clara Lago, una periodista en medio del chaparrón
El engranaje de las redacciones se parece a veces a una definición que ya señalaba García Márquez en 1996, y que acotaba su significado a esos «laboratorios asépticos para navegantes solitarios, donde parece más fácil comunicarse con los fenómenos siderales que con el corazón de los lectores» y a esa robotización de los procesos de escritura periodística recurre Mariana Barassi para estructurar las bases de su ópera prima, «Crónica de una tormenta».
Basada en la obra de teatro de Sabina Berman, «Testosterona», la cinta de la argentina narra la historia de dos periodistas (Clara Lago y Ernesto Alterio) cuyas luchas de poder, tensiones sexuales acumuladas y filosofías de trabajo dispares explotan de forma durante una larga noche de lluvia en el interior del periódico para el que trabajan. Lago asegura que cuando le llegó el guión, el sí se materializó en cuestión de segundos: «No todos los días tienes una oportunidad como esta de darle vida a un personaje difícil como Macarena, en una situación compleja y en donde ya ves que vas a tener todo ese recorrido para poder mostrar un gran rango de matices». La manipulación mediática es otro de los aspectos que pone de manifiesto la propuesta de Barassi.
«Hay mucha gente que piensa que lo que dicen en la tele va a misa. También otra mucha que ya desconfía por completo y compara noticias y se informa sobre lo que le interesa saber para intentar llegar a lo que más se acerque a la verdad y generarse una opinión propia. La saturación de información sin contrastar y las “fake news” han hecho mucho daño en este sentido», reconoce la actriz. Sobre la competitividad laboral, otro de los temas del filme, subraya: «Nos han vendido que el éxito da la felicidad y que está directamente relacionado con los logros profesionales, económicos y materiales. Quizás habría que revisar esto».