La sabia fuerza madrileña
Los madrileños somos seres contradictorios. No hay en España nadie más urbanita, pero tenemos un campo único, lleno de atractivos y despensas. Los vinos gatunos viven hoy un momento de ascenso indudable. Y como somos los cañís, no echamos cuenta de las bondades y singularidades de muchos ejemplares. Unos viñadores de mucha raza, etiquetan un vino como Fuerza Bruta, cuando paradójicamente está lleno de sutileza y amabilidad. En el entorno de Aldea del Fresno, trabajando la garnacha madura se elabora este tinto de poca capa y extracción, que tiene aspecto casi de Beaujalois. La trazabilidad, respetuosa con el viñedo, la crianza igualmente equilibrada, conducen a un vino en el que perderse. Tanto como cualquiera que quiera ser alguien en la enopatía y no zascandilee por la Sierra de Gredos y sus estibaciones. Vino directo, franco y con el toque chic de lo chipén e internacional a partes iguales.
Desde la bodega A Pie de Tierra se concentra esta paradoja de la condición humana en la esencia de la Fuerza Bruta: junto al cauce del río Alberche se vendimia de manera manual, con la vigorosa impetuosidad de una consciencia cambiante para lograr el equilibrio perfecto característico de los taninos complejos. Convirtiendo sueños en realidades, Aitor Paul y David Millamiel, siempre fieles a su filosofía, han configurado este vino de tremendo potencial.