RAMOS NO LLEGÓ A TIEMPO: CADUCÓ LA OFERTA DEL MADRID
El Real Madrid le despidió en un acto emotivo y dio explicaciones del proceso de no renovación. Dice que aceptó la oferta, pero le dijeron que había caducado
El central reconoció que sí le había dicho a Florentino Pérez que planificase la temporada sin él
Cuando en Natural Science se estudian los árboles, se distinguen entre las hojas caducas y las hojas perennes. Las hojas caducas son, más o menos, aquellas que caen por la estaciones; las perennes son las que se mantienen pese al paso del tiempo. «Pureza» fue la palabra con la que Ramos, al contestar a la primera pregunta de su conferencia de Prensa de despedida, quiso resumir su estancia en el Real Madrid. Seguro, pero su despedida, durante ayer y unos cuantos días se va a definir por la palabra caducidad. Ahí está el nudo de todo, lo que desencadenó ya el final de la obra. La oferta del Real Madrid, pues Ramos reconoció que había habido oferta, era de naturaleza caduca. Así que cuando el futbolista, apenas hace una semana, dijo que sí, que aceptaba el año y la rebaja del diez por ciento, que renunciaba pues a los dos años que antes habían roto las negociaciones, ya era tarde: había caído la hoja.
«Nunca me he querido ir del Real Madrid, siempre me he querido quedar aquí», decía Ramos. «Tras ganar Laliga del confinamiento, el club me ofrece ampliar mi contrato, pero por el covid se fue retrasando y llegada a esta situación, me hace una oferta de un año con bajada de salario», explicó.
«El dinero no fue un problema, lo mío es un tema de años, eso es lo único que he pedido. Quería dos años y el club me daba uno. Ésa es la única diferencia con el club. El club, desde hace meses, sabe que no es por dinero. Era por tranquilidad y por continuidad», aseguraba. Esa diferencia de años es lo que separaba a ambas partes, según la versión de Ramos en su despedida. El Madrid no iba a cambiar su postura y Sergio Ramos debió pensar que con la cercanía del fin de contrato, sí la cambiaría. Pero esta vez, tras seis meses lesionado, el buen papel de Militao en este final de temporada y la llegada de Alaba, Ramos no tenía cartas ganadoras en esta larga partida de póker. Lo que pasa es que no lo sabía.
Al final, su entorno le convenció para que diera marcha atrás y aceptara la oferta. Un año es un año y después, pues ya se vería. Y lo hizo: «Acepto la oferta con la bajada de salario y se me dice que ya no hay oferta», contaba ayer. Lo repitió varias veces, con cierta sorpresa: «Aún habiendo dado ese ok, se me comunica que tiene fecha de caducidad y no me había enterado, ésa es la verdad».
Hay un momento clave para el Real Madrid en ese proceso de reuniones y encuentros más o menos casuales en hoteles de concentración y pasillos o vestuarios. En una de esas conversaciones a dos entre Florentino Pérez y Sergio Ramos, el presidente le dice: «¿Entonces planificamos
Fue una despedida en dos partes. La primera, emotiva y sin rencores. Después, Ramos contó su versión de lo sucedido
planificamos la temporada sin ti?». Y Ramos contesta: «Sí».
En sus explicaciones, el central no negó que esa conversación sucediera. Eso sí, a su manera. «Sí he dicho que planificaran sin mí porque entiendo que nadie está por encima de la planificación del Real Madrid. Lo mío era una negociación independiente a la planificación del equipo», aseguraba, aunque la reestructuración de la defensa pasaba por su continuidad.
La conferencia de Prensa fue la revelación de Ramos de estos
meses de rumores y filtraciones, pero, para su memoria, seguro que con el tiempo se quedara con lo que sucedió antes.
Porque hubo dos partes bien diferenciadas en la despedida. La primera emocionante, con perspectiva de todo lo que ha sido, con el sentimiento de quienes llevan 16 años juntos peleando y rejuntándose. Y la segunda, ésa más cruda, con Ramos exponiendo su versión de lo que ha pasado durante los últimos meses y semanas, con algo de dolor, que sólo el tiempo puede ir curando.
No se pueden romper, de repente tantos hilos que unen. «Ha llegado el momento más difícil de mi vida. Nunca estás preparado para decir adiós», fueron las primera palabras de Ramos, antes de que la emoción le asaltase. Dejó de hablar, escondió la cabeza y se limpió los ojos y la nariz, mientras la voz le temblaba. «Llegué de la mano de mi padre», intentó continuar, pero los 16 años le cayeron encima, la nostalgia por todo lo que no va a pasar más. «Nada volverá a ser como lo he vivido aquí», dijo.
«Para los madridistas siempre serás el hombre de la Décima, tu gol es un símbolo de lo que representa este club para millones de personas», le había dicho antes Florentino Pérez. «Has sido especial para mí, hemos sufrido, luchado y vivido juntos la exitosa historia reciente del Real Madrid. Ésta es tu casa, serás siempre un embajador del Real Madrid», acabó su discurso el presidente, que no acompañó después a Sergio Ramos ante la Prensa. La primera parte de la despedida ya había caducado.