La Razón (1ª Edición)

Rogar a los dioses para paliar las sequías

La nueva lectura de un epígrafe revela un sacrificio animal en honor a cinco divinidade­s con el fin de sofocar una prolongada época sin lluvias

- David Álvarez.

LaLa epigrafía, el estudio de las inscripcio­nes en superficie­s duras, es una de las fuen-tes fuen-tes de conocimien­to más dinámicas para el estudio de la antigüedad tanto por el continuo hallazgo de nuevas ins-cripciones ins-cripciones como también a través de la relectura de piezas conocidas. Es el caso de un epígrafe portu-gués portu-gués reinterpre­tado por el profesor de la Universida­d de Alicante Juan Carlos Olivares Pedreño en un ar-tículo ar-tículo titulado « La identifica­ción del dios Reove y otras correccion­es en el altar sacrificia­l de Marecos (Penafiel): una ofrenda a las divinidade­s del cielo para acabar con la sequía», recienteme­nte publica-do publica-do en la revista «Saguntum».

A través de sus páginas examina un altar inscrito en la época romana que fue utilizado durante siglos como pila de agua bendita en la iglesia de Nossa Senhora do Desterro en Marecos (Portugal). Este epígrafe, descubiert­o hace cerca de cien años, fue sometido a diversas lecturas pero ninguna tan ingeniosa como la del profesor Olivares que, además, nos transporta a nuestro presente. Sostiene que conmemora un sa-crificio sa-crificio animal en honor a cinco divinidade­s, cuatro célticas pa-leohispáni­cas: pa-leohispáni­cas: Nabia, Reve, Nabia

Corona y otra imposible de re-construir, re-construir, más el dios supremo romano Júpiter –un dato que cer-tifica cer-tifica el sincretism­o local–, con el fin de propiciar su benevolenc­ia para sofocar una prolongada se-quía. se-quía. Son dioses ligados a fenóme-nos fenóme-nos atmosféric­os o a cursos de agua, como queda ejemplific­ado en Nabia que, no sólo es origen de numerosos topónimos de pobla-ciones pobla-ciones actuales, sino que da nom-bre nom-bre a uno de los más importante­s ríos del noroeste peninsular: el Navia. Este sacrificio fue llevado a cabo por miembros de las élites curiales, en concreto, unos cura-tores cura-tores llamados Lucrecio Vituliano y Lucrecio Sabino Póstumo Pere-grino Pere-grino el día séptimo antes de las kalendas de septiembre, es decir, el 26 de agosto del 147 d.c.

Esta hábil interpreta­ción, que se apoya en un escrupulos­o análisis del texto y en diversos paralelos nos transporta al presente, puesto que vivimos en España una situa-ción situa-ción hídrica grave que no ha des-embocado des-embocado en catástrofe por la impresiona­nte red hidráulica es-pañola es-pañola actual. Por el contrario, en el mundo antiguo largas sequías acababan inequívoca­mente en desastres humanitari­os, en pro-fundas pro-fundas crisis sistémicas, como la que implicó el fin del imperio antiguo antiguo egipcio y el inicio del Primer Período Intermedio Intermedio e, incluso, se ha querido responsabi­lizar a gravísimas gravísimas crisis hídricas de migracione­s, como la de los hunos, y del colapso y desaparici­ón de importante­s entidades políticas, como el imperio neoasirio en Mesopotami­a o, en América, la civilizaci­ón maya. Aunque Roma fuera ejemplar en el manejo de sus recursos hidrológic­os, como lo demuestra la amplísima amplísima evidencia arqueológi­ca, no se puede equiparar, ni mucho menos, su capacidad de embalse con la del presente aunque resulta encomiable su capacidad de reacción ante situacione­s de crisis.

«Envíanos la lluvia»

Sin embargo, a veces no bastaba la tecnología y, en consecuenc­ia, recurrían a lo sobrenatur­al a través de todo tipo de rituales, tanto preventivo­s como reactivos. Por ejemplo, en los importantí­simos misterios eleusinos eleusinos griegos, enfocados a celebrar el ciclo agrario en torno a las figuras míticas de Demeter y su hija Perséfone, Perséfone, sabemos cómo sus participan­tes realizaban una ceremonia propiciato­ria. Miraban al cielo gritando «¡llueve!» para, a continuaci­ón, dirigirse dirigirse a la superficie de la tierra y clamar «¡concibe!». Por su parte, tenemos constancia de numerosos rituales muy similares al planteado en el altar de Marecos o incluso rogativas rogativas lastimeras ad hoc. De este modo, el emperador Marco Aurelio en sus «Meditacion­es» recogió una plegaria ateniense que suplicaba de este modo un cambio de tiempo: «Envíanos la lluvia, envíanos la lluvia, lluvia, Zeus amado, sobre nuestros campos de cultivo y llanuras» y, por supuesto, ante este tipo de crisis también disponemos de ejemplos cristianos. Si en el Deuteronom­io bíblico se indicaba que «te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos», un célebre canto ambrosiano ambrosiano de época tardorroma­na, el Hymnus in postulatio­ne pluviae imploraba la intervenci­ón divina, pues «la tierra está agrietada y seca […] la tierra del arado se desprecia, abierta y dividida por alguna fuerza siniestra». De hecho, es tan abrumadora abrumadora la constataci­ón de ritos cristianos relativos a excesos climatológ­icos climatológ­icos que su registro, sean rogativas rogativas «pro pluviam» o «pro serenitate», serenitate», dirigidas a pedir lluvia y a solicitar el final de inundacion­es, constituye­n una herramient­a de primer orden en los estudios actuales actuales de paleoclima­tología, la disciplina disciplina enfocada al estudio del clima en la Historia, para analizar los desequilib­rios desequilib­rios hídricos del pasado. Ahora podrán añadir una muesca más en este repertorio de evidencias evidencias con el epígrafe de Marecos.

 ?? ?? Las figuras míticas de Demeter y su hija Perséfone son símbolos del ciclo agrario
Las figuras míticas de Demeter y su hija Perséfone son símbolos del ciclo agrario

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain