Martin Scorsese: «Mi cine ya no necesita pirotecnia»
► El maestro neoyorquino visitó la Academia de Cine para mantener un encuentro con el director Rodrigo Cortés
AntesAntes de tararear la icó-nica icó-nica banda sonora de «Taxi Driver», y excu-sándose excu-sándose en la presen-cia presen-cia de la Reina –en primera fila– y «El rey de la come-dia» come-dia» en el mismo lugar, Fernando Méndez-leite, director de la Aca-demia Aca-demia de Cine, dio la bienvenida a nuestro país al maestro Martin Scorsese. El director de los dos tí-tulos tí-tulos citados, además de «Toro salvaje», « Infiltrados» y otra dece-na dece-na de clásicos instantáneos de la historia del cine, visitó ayer Madrid para promocionar « Los asesinos de la luna» entre los votantes espa-ñoles espa-ñoles al Oscar, todos ellos acadé-micos, acadé-micos, y charlar con el también director Rodrigo Cortés, para el que ha ejercido como productor en un proyecto, « Escape», que se estrenará a finales de octubre tras un más que previsible paso por el Festival de San Sebastián.
Sincero y dicharachero
« No pienso en términos de años, pienso en términos de películas, pienso en “La invención de Hugo” o “Toro salvaje”, no recuerdo en qué año las hice. He explorado la técnica todo lo que he podido, desde desde los movimientos de cámara hasta los estilos de montaje. Por eso hago varios trabajos a la vez, no puedo estar quieto y me gusta jugar con la estructura del cine como si fuera música, porque es la forma más pura de arte», relató Scorsese sobre la evolución de su proceso creativo. Y siguió, centrado centrado en sus manías personales: « No puedo llevar el hilo de una trama. Todavía no sé qué ocurría en “Infiltrados”, “Infiltrados”, y el guionista tampoco. Mi cine se ha convertido en un ejercicio de estructura, y todo eso está en “El irlandés”, donde la segmentación segmentación nos lleva hasta la determinación determinación final, la redención que el protagonista intenta encontrar. encontrar. Soy un alumno de la escuela montaje soviética, pero ya he explorado explorado eso en mi carrera. Siempre Siempre he admirado lo que hace Brian de Palma en “Los intocables”, por ejemplo, aunque no podría encajarlo encajarlo en mi cine. Ya no necesito pirotecnia», apuntaba sobre el sosiego sosiego que atraviesa su último filme, filme, nominado hasta a 10 posibles estatuillas.
Cómodo y dicharachero ante un auditorio entregado y un entrevistador entrevistador que se centró más en sus propias dudas personales y cinéfilas que en los temas más candentes respecto al bueno de Marty, como su reciente visita al Papa Francisco o su aceptación de los nuevos tiempos audiovisuales convirtiéndose en toda una estrella estrella de Tiktok de la mano de su hija, Scorsese habló también de la culpa culpa blanca, la católica y todos los grises morales que cruza su último último filme para con la memoria de los pueblos nativos americanos: «“Los asesinos de la luna” es una historia de amor. Y, cuando conversamos conversamos con los Osage nos lo dejaron claro. Crecí como un niño que escuchaba la radio, y ello me permitía imaginar más que la televisión, televisión, por ejemplo. De ahí el uso en la película de los ‘‘shows’’ que el FBI hacía para promocionarse. promocionarse. ¿Por qué los elegí para la película? Porque después de todo ese sufrimiento y tragedia, después después del trauma, todo se convirtió en entretenimiento. Es como si, después de eso, todos pudiéramos pudiéramos continuar con nuestras vidas. ¿Es lo que he hecho con la película? película? No, por eso quería incluir el obituario. Fui a la tumba de la Molly Molly real con mi familia y me dio duro, lo que se puede ver en la película. Creo que se puede ver en cómo está hecha. ¿Soy culpable? Puede ser, por eso quise formar parte de la película y no contratar a un actor. Ha sido una manera de pedir perdón, de algún modo», reconoció sincero Scorsese sobre el genocidio Osage.
«Siempre dejo que mis actores se salgan del guion, que hagan lo que quieran aunque no lo vaya a usar. Y se lo digo. Y luego lo uso igualmente, ya en montaje. Si contamos con el ángulo perfecto y el tono adecuado, la escena la vamos a sacar adelante. Recuerdo rodar ‘‘El irlandés’’ con Al Pacino y sorprenderme, porque después de divagar y decir lo que le daba la gana, volvía al guion. Nunca había rodado con él y fue toda una experiencia», confiesa, antes de seguir acerca del uso de la música en sus filmes, normalmente asociada asociada al compositor Robbie Robertson: Robertson: « Me dejo asesorar mucho, mucho, como en “Infiltrados”, donde me convenció para usar música moderna. No tanto en “El irlandés”, irlandés”, por ejemplo, donde yo conocía conocía a todos esos grupos. Pero en la otra me envió tres discos, y la primera canción era “Shipping up to Boston”. De inmediato dije: ¡Esto es la película!», recordó con cariño el director.
Y así, sin el esperado anuncio de que pudiera ser el Goya Internacional Internacional de este año, sucediendo a Cate Blanchett y Juliette Binoche, Binoche, Scorsese se marchó a seguir girando por Europa, continente que le mantendrá ocupado hasta la semana que viene, cuando será homenajeado en el marco del Festival de Berlín, donde se le entregará entregará el Oso de Honor.