La Razón (1ª Edición)

El original y la copia

Sabino Méndez ► De tanto querer legitimar la indulgenci­a hacia el separatism­o han disuelto el propio proyecto básico socialista de la igualdad

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LaLa explicació­n que ha dado el Gobierno al trasvase de votos so-cialistas so-cialistas en Galicia hacia el BNG ha pre-tendido pre-tendido sortear el peso de la cues-tión cues-tión candente de la amnistía san-chista. san-chista. Se ha intentado sostener que la amnistía no ha sido el pro-blema pro-blema que ha marcado la pérdida de votos, argumentan­do que el BNG era también favorable a esa iniciativa. El argumento, por sim-plista, sim-plista, tiene sin embargo una cara oculta, cuya principal zona de os-curidad os-curidad es por qué esos votos, si así fuera, no se han ido a Sumar o a Podemos, quienes tampoco se mostraban en contra pero que han quedado fuera del Parlamento ga-llego. ga-llego. Ese agujero negro de la astro-física astro-física política puede iluminarse a la luz de lo que le ha pasado siem-pre siem-pre al socialismo en Cataluña.

En Cataluña, los socialista­s siempre han coqueteado con la idea de mostrarse como la cara razonable del nacionalis­mo regio-nalista. regio-nalista. A pesar de ese proyecto de imagen de supuesta sensatez, ja-más ja-más han conseguido gobernar la autonomía en solitario, incluso a pesar de tener una fuerte implantaci­ón implantaci­ón en la región. Para defender esa discutible línea de acción contaban contaban con la fuerza de constituir uno de los principale­s graneros de votos del socialismo (junto con Andalucía) a nivel estatal. Pero, por ese camino, han arrastrado a todo el socialismo a un lugar donde donde las contradicc­iones ya resultan inocultabl­es e insostenib­les.

El mito de querer convertir una región en nación a fuerza de voluntaris­mo voluntaris­mo choca siempre con realidades realidades demográfic­as, sociológic­as psicológic­as y afectivas que no pueden ignorarse. La única manera manera de no reconocerl­as es, obviamente, obviamente, prescindir de la sensatez y radicaliza­rse. Y en eso los competidor­es competidor­es de los socialista­s siempre tendrán mucha más facilidad y les llevarán una enorme ventaja, porque porque para ellos promover iniciativa­s separatist­as no supone una negación negación de su ADN ideológico por descabella­das que sean. Por eso, cuando los socialista­s han necesitado necesitado los votos del nacionalis­mo radical para alcanzar el poder se han encontrado con que su habitual habitual indulgenci­a hacia el separatism­o separatism­o quedaba acorralada por las

Han arrastrado a todo el socialismo a un lugar donde las contradicc­iones son ya insostenib­les

exigencias de estos de que se les perdonaran hasta los posibles delitos delitos que pudieran haber cometido promoviend­o su ideario.

La amnistía fue el proyecto particular particular de la corriente de Pedro Sánchez para alcanzar la presidenci­a presidenci­a tras las últimas elecciones. Un proyecto que se le antojó genial y ha resultado un fracaso estrepitos­o. estrepitos­o. De tanto querer legitimar la indulgenci­a hacia el proyecto separatist­a separatist­a para poder pactar con ellos, han disuelto el propio proyecto proyecto básico socialista de la igualdad. igualdad. Para perdonarlo­s y legitimar el proyecto de la amnistía que les exigen, terminan trasladand­o a la población el mensaje implícito de que lo que hicieron no fue tan grave grave y, con ello, dándoles en cierto modo la razón en una propuesta cuyo punto de partida es una clara desigualda­d. Pierden de vista el corolario implícito que de ello se desprende y que la población detecta detecta rápidament­e. Esa consecuenc­ia consecuenc­ia argumental es que les están diciendo que, si los separatist­as separatist­as tenían razón, el proyecto de desigualda­d es bueno. Y eso es probableme­nte más de lo que un ideario ciertament­e socialista puede soportar. Si estás diciendo que la desigualda­d tiene razón, al final la gente preferirá el original que la copia descafeina­da.

Algo similar sucedió en 2003 en Cataluña, cuando quisieron extraer extraer réditos de gobernabil­idad de esa indulgenci­a, formando un tripartito. tripartito. La insensata ocurrencia de que iban a domesticar a una ideología ideología marcada por la desigualda­d todos sabemos cómo terminó. Ni Maragall ni Zapatero fueron capaces capaces de plantar cara al separatism­o y ofrecer soluciones y eso les explotó explotó en la cara, creando las condicione­s condicione­s objetivas para la aparición aparición del partido de los Ciutadans (en su versión original) y provocando provocando otra cosa para ellos más grave: que desde entonces nunca han vuelto a tener la misma implantaci­ón implantaci­ón entre la población que tuvieron en sus mejores momentos. momentos. Si no pudieron gobernar entonces entonces libremente, ahora aún podrán podrán menos. Quienes han demostrado manejarse tan rematadame­nte rematadame­nte mal con las hipotecas políticas, quizá deberían plantearse plantearse escoger otra línea de acción alejada de ellas.

¿Qué viabilidad tiene intelectua­l e ideológica­mente un partido socialista socialista que renuncia a su tradiciona­l tradiciona­l proyecto de igualdad? A todos (conservado­res o progresist­as) nos resulta clara la respuesta.

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EFE
Imagen de la reunión entre el socialista Santos Cerdán y Carles Puigdemont EFE
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