EE UU envía un barco de ayuda a Gaza para construir un puerto
► con material para levantar una plataforma temporal que permita llevar comida mientras Netanyahu carga contra Biden
Estados Unidos anunció la pasada semana su plan para establecer una plataforma naval en la costa de la Franja de Gaza con el fin de garantizar entregas regulares de ayuda humanitaria. Y fletó ayer un barco en dirección a Oriente Medio con el material inicial para comenzar a construir el muelle temporal prometido que busca hacer llegar a los gazatíes bienes de consume diario, alimentos, agua y medicación.
«El buque general Frank S. Besson abandonó la base conjunta Langley-eustis en Virginia menos de 36 horas después de que el presidente Biden anunciara que Estados Unidos proporcionaría asistencia humanitaria a Gaza por mar», comunicó el Comando Central de los EE UU (CENTCOM). El Pentágono estima que la planificación y construcción de la plataforma llevará varias semanas y tendrá más que implicaciones simbólicas. La presencia de trabajadores estadounidenses cerca del enclave palestino, quizás acompañados por militares, probablemente obligue a Israel a actuar con mayor cautela, según los analistas.
El anuncio de Joe Biden en su discurso sobre el Estado de la Unión del jueves pasado retomaba las advertencias de la ONU sobre una hambruna generalizada entre los 2,3 millones de palestinos de Gaza, cinco meses después de que Israel lanzara una ofensiva en la estrecha Franja en respuesta al peor ataque sufrido en el país por parte de Hamás el 7 de octubre.
Gaza no tiene infraestructura portuaria. Está bajo bloqueo naval israelí desde 2007, cuando Hamás tomó el control del enclave. Desde entonces, ha habido pocas llegadas directas por mar. Por eso, EE UU planea desembarcar inicialmente en Chipre, que ofrece la posibilidad de implementar el proceso de inspección de cargamentos que incluirá a funcionarios de Israel, eliminando la necesidad de controles de seguridad en Gaza, donde se crean los embudos y obstáculos físicos, burocráticos y de prácticas corruptas.
La mayoría de la población de Gaza se encuentra desplazada internamente y la dificultad de hacer llegar la ayuda es real. Desde la tragedia en la que más de 100 civiles palestinos murieron alrededor de un convoy de ayuda en la ciudad de Gaza a finales de febrero, ►A los esfuerzos de la Administración Biden para hacer llegar más ayuda humanitaria a la castigada Franja de Gaza se suma el inicio del Ramadán, el mes sagrado musulmán en el que durante el día se medita y reza ayunando, y por la noche se rompe el ayuno, un mes particularmente proclive a las escaladas de violencia, lo que implica que las capacidades ofensivas israelíes se concentrarán en el punto álgido.
Washington ha cambiado su tono con Israel. Ha criticado públicamente a su aliado y le ha exigido que mejore la transferencia de ayuda humanitaria. Sugiere también que puede obstaculizar que el Estado hebreo amplíe su ofensiva militar en la Franja.
El Ejército israelí publicó el pasado jueves algunos detalles de una investigación interna sobre el incidente del convoy, en la que señaló que la mayoría de las muertes fueron causadas por los camiones de ayuda que atropellaron a las personas y por el hacinamiento, pisotones y aplastamientos, mientras que los disparos de los soldados fueron relativamente limitados.
Muchos dentro y fuera de Israel acusan a las autoridades políticas y militares de haber utilizado la falta de alimentos y bienes básicos en Gaza como método de presión contra Hamás, con resultados catastróficos para la población civil y, como se puede comprobar también, para la guerra de narrativas entre Hamás e Israel.
La organización civil mixta israelo-palestina Omdim Beyajad («Unidos», en hebreo), que existe desde 2015 con el objetivo de lograr la igualdad para todos los ciudadanos israelíes, mandó el viernes un convoy con ayuda humanitaria a Gaza que no logró hacer pasar dentro del enclave por el puesto fronterizo porque el Ejército les impidió el paso. Ayer, setecientos treinta académicos israelíes firmaron una petición titulada: «Tomar medidas urgentes para evitar el hambre en la Franja de Gaza». Estas personas, conocidas en el ámbito universitario nacional pidieron al Gobierno israelí que tome «medidas urgentes para evitar el hambre en la Franja de Gaza» antes de que «la catástrofe humanitaria se salga de control».
Mientras tanto, el tono de reproches entre EEUU y Tel Aviv subió un peldaño más. El primer ministro Benjamín Netanyahu rechazó los «falsos» intentos de Biden de separar a los dirigentes israelíes de su pueblo mientras la administración de EEUU agudiza sus críticas a la gestión de la guerra de Gaza. «Estas no son solo mis políticas privadas, son políticas apoyadas por la abrumadora mayoría de los israelíes», dijo Netanyahu. Biden había afirmado el día antes que las políticas de Netanyahu en Gaza están «dañando a Israel más que ayudando a Israel».
En parte puede ser un error porque precisamente estimula la indignación del 70% de los venezolanos que apoya a la candidata unitaria de la oposición. Ella, por su parte, tiene tiempo de designar alguna sustitución que le permita superar el escollo tramposo del régimen. Algo que debe acompañarse por la presión de la comunidad internacional en contra del madurismo, por ejemplo.
El optimismo sugiere ver el 28 de julio de este año como una oportunidad, no solamente como una trampa anticipada. Para la oposición venezolana, llegó la hora de la unidad, de la estrategia, de la creatividad y del trabajo constante hasta que ese día llegue. A diferencia de otros eventos, la claridad de salir a votar es unánime en todas las fuerzas opositoras. Solo le queda a la oposición ganar por «knockout» para que el «árbitro madurista» no tenga ninguna injerencia en la decisión final.