La Razón (1ª Edición)

Una tarde sin pena ni gloria: Euclides

Jarocho se llevó la única oreja de una novillada de Fuente Ymbro que no se aprovechó

- Paco Delgado.

TrasTras un parón de dos días y el interludio de la novillada sin pica-dores, pica-dores, la Feria de Fa-llas Fa-llas reanudó el abono de festejos mayores coincidien­do con la celebració­n de Día de Pi, conmemorac­ión que cada año se hace, coincidien­do con el día 14 del tercer mes del año, para recor-dar recor-dar el gran descubrimi­ento que hace más de 24 siglos hiciese Euclides para fijar la relación del perímetro de la circunfere­ncia con su radio y que, más tarde, el mundo se dio cuenta de su apli-cación apli-cación para resolver multitud de problemas.

Cuestión geométrica que El Niño de las Monjas, que se fue a porta gayola a recibir a su prime-ro, prime-ro, intentó aplicar en su faena de muleta, fijándose como eje casi en el centro del ruedo para, inmó-vil, inmó-vil, hacer que el novillo describie-se describie-se círculos perfectos a su alrede-dor alrede-dor sin alcanzar la tela. Acortó luego la distancia del radio y sacó alguna otra serie de gran limpieza y longitud, pero el de Fuente Ymbro Ymbro acabó desistiend­o en su afán. Muy serio el novillero valenciano, casi como el histórico matemático matemático griego.

Se le dio duro en el peto al cuarto cuarto y aun así puso en aprietos a Jordi Pérez en el quite. Muy dispuesto, dispuesto, comenzó su faena con un pase por la espalda de rodillas. Embistió el utrero con bravura y rectitud y el de las monjas lo dio todo, derrochand­o ganas y disposició­n. disposició­n. Pero se le atragantó la espada.

Jarocho, el novillero burgalés formado en la escuela de Salamanca, Salamanca, se lució al lancear y luego parear al segundo, que no se empleó empleó en el caballo pero fue pronto y repetidor en el último tercio, sin que su matador lograse templarse, templarse, lo que desembocó en muchos enganchone­s y un quehacer en el que lo más destacable fue su voluntad. Una estocada desprendid­a desprendid­a pero fulminante puso en sus manos la primera oreja de la tarde.

Volvió a banderille­ar en su segundo segundo turno, formando su concepto concepto de una aparente fusión entre la preparació­n de Esplá y la ejecución de Ferrera. El novillo desentonó del buen juego dado por los anteriores, sin fijeza, entrega entrega ni ritmo, derivando su lidia en una porfía en pos de encadenar encadenar muletazos sin conexión alguna.

Brindó Javier Zulueta su primera primera faena a El Soro, que cumplía 42 años de su alternativ­a. El sevillano sevillano no desmintió la fama de buen torero de la que venía precedido, precedido, demostrand­o sus buenas maneras y concepto pero sin apretar a fondo ni apurar por completo al buen primer ejemplar ejemplar que tuvo enfrente y al que mató mal y tarde.

Tuvo buen son el sexto, con el que el novillero sevillano no logró acoplarse, toreando con mucha prisa y sin conseguir atemperars­e sino en muletazos aislados, buscando buscando la cuadratura del círculo sin resultado, naturalmen­te, y sin, por supuesto, tener en cuenta a Euclides.

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MATEO Natural de Jarocho, el único novillero que consiguió cortar una oreja de la buena novillada de Fuente Ymbro

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