La Razón (1ª Edición)

No es Tarradella­s, es Sánchez

- Jorge Vilches

y las de 2021, cuando quedó tercero, por detrás de los republican­os.

Ahora, cuentan los suyos, sale a «matar» para recuperar el control del espacio independen­tista, y la ley de amnistía es un apoyo fundamenta­l fundamenta­l porque ya está lo suficiente­mente suficiente­mente encarrilad­a, más tarde o más temprano se hará realidad, para que su parroquia pueda considerar que es verosímil su discurso de que volverá volverá a la Generalita­t para terminar el trabajo no acabado con la declaració­n declaració­n unilateral de independen­cia y el «procés». Puigdemont no hablara hablara de unilateral­idad, pero frente a la pancarta de la reconcilia­ción del Gobierno él esgrimirá la exigencia de una consulta, del pacto fiscal y del reconocimi­ento nacional definitivo definitivo de Cataluña.La vía de la gestión gestión por la que apostó ERC no es una ► PSOE y de Junts mantuviero­n ayer su cuarta reunión en Suiza tal y como marca el acuerdo de investidur­a entre ambos. La cita se produce tan solo dos días después de que el Congreso diera luz verde a la ley de amnistía. amnistía. También llega la cita en la misma semana que el Govern ha convocado el adelanto electoral en Cataluña. En la cita, ambos partidos constataro­n constataro­n que la ley de amnistía permitirá «poner en marcha los equipos de trabajo en los dos grandes ámbitos acordados», que, se añadirán a los que ya «existen en el ámbito de la lengua catalanas y de la ley de delegación de competenci­as en inmigració­n», según explican fuentes socialista­s, así como «asegurar el cumplimien­to cumplimien­to del acuerdo de Bruselas». suma definitiva para los de Junqueras Junqueras porque los agujeros en el balance balance son visibles, a pesar de que hayan adelantado las elecciones para tapar tapar la sequía y el desgaste que generará generará este problema para quien esté al frente de la Generalita­t en los próximos meses. Y quiera o no quiera, quiera, Aragonès se verá obligado a mover mover el balón en el terreno de juego que marque Puigdemont. Ya se está viendo en las primeras horas, en la rivalidad entre ERC y Junts por ver quién levanta con más fuerza la voz en la construcci­ón de la Nación catalana, catalana, teniendo de apoyo una amnistía amnistía que el independen­tismo venderá venderá en Cataluña como la prueba de que «el Estado represor» actuó de manera ilegal contra ellos y con el escudo que supone que, de volver a dar pasos imitando el «procés», ya hay un precedente, impulsado por el Gobierno de Sánchez, sobre la extinción de responsabi­lidades que puedan atribuirle­s las Fuerzas de Seguridad del Estado y los jueces

Habrá que ver si lo que dice ahora ahora Junts sobre la disponibil­idad de Puigdemont a romper con su cinturón cinturón de prudencia y regresar a Cataluña para defender los derechos derechos de los catalanes como candidato candidato a la Generalita­t se correspond­e correspond­e con la realidad. Pero, más allá de sus mensajes cruzados y contradict­orios, contradict­orios, la realidad es que su vuelta, vuelta, o al menos la amenaza de su regreso, es lo que más descoloca a ERC y lo que más fuerza da a la candidatur­a candidatur­a de Junts porque es una bala segura para movilizar al electorado electorado independen­tista.

Una vez que la ley de amnistía se publique en el BOE, finales de mayo-principios de junio, el juez Llarena quedará obligado a levantar levantar la medida cautelares contra Puigdemont, lo que le abrirá la puerta a regresar con garantías de no ser detenido, ni siquiera, según los análisis que hacen en Junts, aunque aunque haya un recurso ante el Tribunal Tribunal Constituci­onal o el Supremo presente un cuestión prejudicia­l ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Su deuda por el «procés» quedará saldada con la amnistía, o así lo proclaman en su entorno, si bien sí le queda el problema problema de la causa por terrorismo, ante la que su principal defensa es la impunidad que le otorga su condición condición de europarlam­entario, que, en principio, pretende mantener.

A su favor utilizará el mensaje de que hay una conspiraci­ón en la que supuestame­nte participan el PSOE y ERC para retener fuera de Cataluña «al president en el exilio». exilio». Y para que a Sánchez le salga bien la apuesta necesita que Illa sea el nuevo presidente de la Generalita­t. Generalita­t. El tripartito que desean algunas élites catalanas, con ERC, PSC y En Común, dejaría a Junts fuera de juego y a Puigdemont dispuesto dispuesto a utilizar sus siete escaños en el Congreso para derribar a Sánchez porque lo que pueda conseguir a partir de las elecciones de mayo, si no controla la Generalita­t, Generalita­t, no tiene manera de rentabiliz­ar rentabiliz­ar a medio y casi largo plazo.

PSOE y Junts se reúnen en Suiza tras la amnistía

En su círculo avisan que «no es un juego», ante los movimiento­s para torpedear su candidatur­a

QuienQuien debería salir al balcón de la plaza de Sant Jaume, alzar la mano como pidien-do pidien-do un taxi y soltar un «Ja sóc aquí» es Pedro Sánchez. Puigdemont no está para esos trotes, ni es rival. El del PSOE ha hecho más por la independen­cia de Cataluña que todo el clan Pujol, Artur Mas y el fugado de voz cascada. Las deci-siones deci-siones de Su Sanchidad han acer-cado acer-cado más la independen­cia que el terrorismo de Tsunami, la ANC, los CDR o Junqueras. Sin él, hoy el independen­tismo sería como esa música de ascensor que sabes que está de fondo, con músicos dándolo todo, pero que no te impide leer el móvil.

Nuestro presidente está po-niendo po-niendo más baldosas en el cami-no cami-no amarillo del independen­tis-mo independen­tis-mo que nadie hasta el día de hoy. Es una máquina de empedrado rápido que ya quisiera tener Fe-rrovial. Fe-rrovial. No lo supera ni Zapatero, que en uno de sus arranques, allá por el 2003, dijo que aceptaría lo que aprobara el Parlamento de Cataluña. Aunque por lo menos ZP no es profesor de Derecho Constituci­onal, como la jurista de reconocido prestigio sanchis-ta sanchis-ta que preside el Consejo de Es-tado. Es-tado. Lo digo porque esta semana ZP soltó que el Código Penal no puede detener a la «Política». Es-cribo Es-cribo este sintagma con mayús-cula mayús-cula porque todo lo que hace el PSOE es tan superlativ­o como interlocut­or de la Providenci­a progresist­a que está por encima de cualquier legislació­n, de la justicia, de la Constituci­ón y de la ley de la gravedad si siete diputa-dos diputa-dos se lo exigen.

¿Qué más puede pedir el inde-pendentism­o inde-pendentism­o que un Gobierno que considera que el cumpli-miento cumpli-miento de la ley es un obstáculo? Unos y otros coinciden en tantas cosas que enternece al más frígi-do. frígi-do. Están hechos para seguir jun-tos jun-tos hasta que un tribunal o las elecciones del 12-M los separe. De cumplirse el plan sanchista de «concordia» con la amnistía los golpistas estarán en la calle reforzados moralmente y henchidos henchidos de independen­tismo. Ya han dicho que la siguiente temporada temporada se estrena con un episodio episodio sobre la autodeterm­inación.

El PSC irá a las elecciones del 12-M sin identidad. Salvador Illa dirá lo que ordene Sánchez, que está al dictado del fugado. El candidato candidato socialista hará una campaña campaña insultando a la derecha y hablando, cual Miss, de la paz universal, pero el resto va a sacar al ex ministro de Sanidad los casos casos de corrupción que se hicieron en su mandato. Recibirá más tortas tortas que el muñeco de la calle Ferraz, Ferraz, y dará igual porque quien se la juega es el amo del PSOE. El PSC hará lo que interese a Sánchez Sánchez en Madrid, que es el gobierno gobierno de los independen­tistas en Cataluña.

Nunca el nacionalis­mo catalán lo tuvo más fácil. Las encuestas indican que el PSC baja, como ERC, y que sube Junts hasta el punto de casi empatar con los socialista­s. Cualquier opción posterior que se plantee beneficia beneficia a los indepes. Si gana Salvador Illa y sale la suma con ERC y los Comunes no habrá ganado el constituci­onalismo, sino la idea del referéndum. Si vence Junts, buscará un acuerdo con ERC y la CUP para volver a 2017. El debate será entonces si el Parlament se decide por una Declaració­n Unilateral Unilateral de Independen­cia, que ya no es delito, u otro referéndum, que contará con el pagafantas socialista.

La duda es cómo irá Sánchez a la plaza de Sant Jaume para decir «Ya estoy aquí». Los avispados dicen que viajará en Falcon. Otros malpensado­s que arderán en el infierno aseguran que volará a Barcelona en Air Europa con Begoña. Begoña. También hay quien comenta comenta que marchará en tren hasta Sants con el ministro de Transporte­s aprovechan­do las maletas vacías de Delcy. Es lógico, lógico, porque tener cerca a Óscar Puente, el interfecto ferroviari­o, siempre puede valer a Sánchez para distraer al personal con alguno alguno de sus exabruptos torrentian­os, torrentian­os, o con un chiste machirulo sobre Ayuso.

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El presidente del
Gobierno, Pedro Sánchez
y la vicepresid­enta, María
Jesús Montero
EFE El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresid­enta, María Jesús Montero
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