Adiós, Moncho, hasta siempre, hijo…
En el crematorio del Cementerio de la Almudena, el jueves 14 de marzo de 2024, dimos la última despedida a Moncho, que emprendió emprendió su más largo viaje. Y en este día, sus padres queremos recordar recordar los momentos más felices de convivencia, en su infancia y primera juventud, con sus hermanas hermanas Alicia y Laura.
Todos los que conocisteis a Moncho, sabíais de su carácter siempre entusiasta de muchas cosas y también crítico de tantas otras. Su experiencia en el bachillerato bachillerato del Liceo Francés de Madrid Madrid fue brillante, tanto por la pedagogía pedagogía que allí se dispensaba, como por sus iniciativas y amistades. amistades.
Los estudios que hizo después en la universidad, de Ciencias de la Información, y ya muchos años después de Psicología, colmaron su aspiración de conocer la realidad realidad en directo. Incluso en su segundoplieguede segundoplieguede subconsciencia subconsciencia no siempre tan asequible.
Moncho tuvo proyectos de interés: interés: musicales, para escribir un libro sobre sobre el grupo musical U2 (Bono y él fueron grandes amigos). Y elaboró elaboró otro sobre « La Cultura del Mal en EEUU». También quiso conocer el universo mundo de primera mano, con sus idas y venidas venidas por el planeta, con padres y hermanas primero, y en emprendimientos emprendimientos muy diversos después. después.
Tuvo sus sinsabores y amarguras, amarguras, aunque siempre contó con el amor de su hija Chloé. Encontrando Encontrando consuelo en su amplio entorno de amigos de todo el mundo y sobre sobre todo en Madrid, Barcelona, Buenos Aires y Nueva York.
Estos últimos tiempos, Moncho y yo tuvimos una relación mucho más estrecha de la habitual. Nos veíamos a cenar todos los viernes, y hablábamos de todo, de las situaciones situaciones políticas cambiantes. Él siempre buscó lo mejor, o lo menos menos malo. Con visión de inteligencia inteligencia y pulcritud, en la idea de resolver resolver problemas en vez de crearlos.
Sean mis ultimas palabras para decir que, en nuestra familia, la imagen de Moncho a partir de este momento supone un compromiso compromiso de concordia. De una relación renovada de Alicia, Laura, Carmen Carmen y Ramón, todos iluminados por el recuerdo de quien se nos fue.
Mis últimas palabras son para agradecer a los familiares y amigos que están aquí hoy, en la intimidad intimidad de nuestra despedida: la familia familia Tamames-Yraola, con Manolo Manolo al frente; Carmina Rocandio y su cónyuge, Fernando, el gran tapicero de toda su vida. También están amigos de la Universidad Autónoma de Madrid, con el profesor profesor Santos Ruesga y José Manuel Revuelta, del mismo colectivo que yo de Técnicos Comerciales del Estado.
Representando el gran Brasil ha venido la infatigable Aglaé. La familia familia Tamames Redondo llegó con Juan y Mariamor, compañeros compañeros en los últimos tres difíciles y tristes días, con su hijo, gran orador, Emmanuel. Olga y Joaquín Tamames Tamames Meyer trajeron palabras de muy lejos: lejos: «Moncho llegó bien» Y Mariana Leifferman Leifferman Tamames y Tomás Prieto-Castro asistieron más que entristecidos. entristecidos.
Han venido hoy asimismo algunos algunos amigos personales, como Francisco, Gemma y Tirso, que acompañaron a Moncho en los momentos postreros. Y estuvo con nosotros todo el tiempo Begoña, Begoña, mi secretaria desde 1990, como siempre con su eficacia organizativa organizativa y mucho afecto. Gracias. Gracias.
Chloé, la hija de Moncho, estuvo estuvo en Madrid con él hace muy pocos días, en lo que fue un viaje desde Alemania, que pasó a ser, tristemente, su último encuentro. Me despido por último de todos vosotros ya desde esta página del generoso diario LA RAZÓN, y gracias gracias por el consuelo que esperamos esperamos y que seguro vais a proporcionarnos. proporcionarnos.
Adiós, Moncho, hasta siempre, hijo…