La Razón (1ª Edición)

Nuevos «viejos» cultivos que ayudan a combatir la sequía

► Algarrobas o garbanzos; varios centros de investigac­ión experiment­an con variedades de leguminosa­s olvidadas para rentabiliz­ar el secano. Mientras, los regadíos aplican tecnología para reducir sus necesidade­s hídricas

- Eva M. Rull.

Alholva,Alholva, algarroba, garbanzo, alverjón. Son algunos de los cultivos con los que se experiment­an en el Instituto de Investigac­ión y De-sarrollo De-sarrollo Rural, Agrario y Alimenta-rio Alimenta-rio (IMIDRA) de la Comunidad de Madrid. Resisten tan bien a la se-quía, se-quía, dice Roberto Sainz, experto en cultivos del centro, que el pasa-do pasa-do año prácticame­nte sin lluvia, sobrevivie­ron. Hace ahora tres años, los investigad­ores del Imidra empezaron a trabajar con legumi-nosas. legumi-nosas. « Algunas eran variedades que se conocían solo en los libros y de las que se sabe que se cultiva-ban cultiva-ban incluso hace 5.000 años (la alholva se ha encontrado en algu-nos algu-nos enterramie­ntos de Egipto). Pedimos semillas al Centro de Re-cursos Re-cursos Fitogenéti­cos y Agricultur­a Sostenible de Alcalá de Henares. Nos dieron un puñado y, en este tiempo, hemos conseguido tener una cantidad suficiente para hacer microensay­os y estudiar su resis-tencia resis-tencia hídrica. En periodos de se-quía se-quía es clave mantener el suelo y las legumbres son interesant­es para hacer rotación de cultivos».

La investigac­ión se ha llevado a cabo en la finca experiment­al La Chimenea (Aranjuez), que cuenta con un espacio de 15.000 m para experiment­ación: « Buscamos cómo hacer que el secano sea ren-table ren-table y no siga descendien­do el número de hectáreas», dice el téc-nico. téc-nico. En definitiva, que los agricul-tores agricul-tores no abandonen cultivos como el de los cereales, por sus dificul-tades dificul-tades y es que no solo les afectan las sequías, sino también los pre-cios pre-cios de venta que se mantienen siempre bajos mientras los costes de producción aumentan. « Hay variedades de secano que no inte-resa inte-resa cultivar, porque lo que llega de terceros países es mucho más barato. Si la importació­n devalúa el precio es normal que el agricul-tor agricul-tor abandone», comenta Sainz.

Siguiendo los datos de la super-ficie super-ficie agraria útil en España, entre un 20-23% de cultivos pertenecen a regadío y el resto a secano. Sin embargo, la superficie de regadío ha aumentado en unas 500.000 hectáreas en la última década (la tierra es hasta tres y cuatro veces más productiva cuando se pasa a riego). Un cuarto de la tierra en España produce el 65% de la cose-cha cose-cha española, dicen los defensores del regadío; sin embargo, se come el 80% de los recursos hídricos del país, dicen sus detractore­s. Y es que cada vez que hay sequía surge el debate, ¿se tiene que plantear qué y cómo cultivar? ¿Puede llegar a desparecer del campo el arroz en favor de los frutos secos? Nuestro país soporta un nivel alto de estrés hídrico como afirma el World Resources Resources Institute, pero es que las previsione­s de cambio climático no dibujan un futuro nada halagüeño halagüeño para el país. La Agencia Europea del Medio Ambiente indica indica que el sur y el centro de Europa Europa se volverán más secos y cálidos según avance el siglo y muchos análisis afirman que estas condicione­s condicione­s tendrán su consecuenc­ia en el rendimient­o agrícola. Según el reciente estudio « Plants adaptabili­ty adaptabili­ty to climate change and dry stress for crop growth and produc

Solo el 20-23% de la superficie agraria pertenece a regadío, que sigue creciendo frente al secano

En la Península, tierras tradiciona­les de cereal o viñedo están apostando por pistacho o almendro

tion», entre 1980 y 2015, la sequía ha reducido los rendimient­os del trigo y el maíz hasta en un 40% en todo el mundo. Con cada grado de más, se pierde un 6 % en la producción producción mundial de trigo.

« El secano es un cultivo que se considera de subsistenc­ia, para ir tirando; los precios de los cereales no suben desde hace años. Para aumentar su rentabilid­ad hay varias varias estrategia­s: pasarse al cultivo ecológico; entrar a formar parte de alguna denominaci­ón de origen como en el caso de la vid (los vinos de calidad se riegan poco), y la tercera tercera posibilida­d es pasarse a cultivos cultivos adaptados a las sequías», dice Esaú Martínez, investigad­or del Chaparrill­o, centro del Instituto Instituto Regional de Investigac­ión y Desarrollo Desarrollo Agroalimen­tario y Forestal Forestal (Iriaf) de Castilla-la Mancha.

Lo que está pasando en muchas de las tradiciona­les zonas cerealista­s cerealista­s de España es precisamen­te esto último: se cambia de cultivos. Desde 2004, la Encuesta del Ministerio Ministerio de Agricultur­a Pesca y Alimentaci­ón Alimentaci­ón señala una tendencia de disminució­n de superficie dedicada dedicada a cereales y viñedos y un aumento de cultivos leñosos como el olivar, el almendro o el pistacho, que requieren menos agua y generan generan más rentabilid­ad. Es el caso del pistacho que vive un verdadero boom. En los próximos diez años

España se convertirá en el cuarto productor del mundo de este fruto seco.la producción entre 2021 y 2022 fue de 16.725 toneladas, frente frente a la media de los últimos cinco años que está en los 9.763 toneladas. toneladas. Estamos lejos del gran productor, productor, EE UU, pero es uno de los cultivos que más está creciendo en el país. « El pistacho se cultiva en Irán y Turquía, California en los EE UU o Sicilia, es decir, en zonas áridas, áridas, incluso volcánicas donde en las primeras capas de la tierra no hay agua. Así que con sus raíces tiene buena adaptación a la sequía», sequía», argumenta Javier Gallego, director de Sostenibil­idad e Innovación Innovación de Aagróptimu­m, empresa espacialis­ta en el cultivo de este fruto seco, al que se le augura un buen futuro en nuestro país. Y es que solo en Europa comemos unas 150.000 toneladas anuales de pistacho.

El espejismo del algarrobo

Otro cultivo que ha llamado la atención en los últimos tiempos es el algarrobo. Este vivió una auténtica auténtica fiebre en 2022 cuando se disparó disparó el precio de venta hasta alcanzar alcanzar los 1,65 euros, cuando lo habitual es que ronde los 0,65. Ahora ha vuelto a su precio habitual habitual y el interés por el algarrobo ha desapareci­do a pesar de ser un cultivo milenario y muy resistente a la sequía. « Esa subida de 2022 parece que tuvo que ver con los que almacenan el garrofín que lo acumularon para subir el precio, es decir, que hubo especulaci­ón. Del árbol se sacan varios productos: productos: la pulpa de la vaina negra que se utiliza para alimentaci­ón animal animal y la semilla de la que se obtienen, obtienen, por ejemplo el espesante E410 que se usa en helados o en papillas. Ahora se está empezando a utilizar la vaina para fabricar productos productos para diabéticos y se está revaloriza­ndo algo, pero creo que la producción se va a mantener estable, aunque sí que cada vez se usa más para alimentaci­ón humana», humana», comenta Armando Boullosa, responsabl­e de la sectorial de frutos frutos secos de la Asociación Valenciana Valenciana de Agricultor­es (AVA-ASAJA). (AVA-ASAJA). El técnico. además, recuerda que el cultivo del algarrobo es ecológico, ecológico, bueno para fijar CO2 y nitrógeno nitrógeno porque «aunque no es cien por cien una leguminosa tiene tiene unas caracterís­ticas», matiza.

Escatimar agua

Más allá de si regadío sí o no, ¿cómo tiene que se tiene que cultivar cultivar en estas superficie­s para garantizar garantizar el mínimo uso de agua? . Muchos centros de I+D en la Península Península y cada vez más campos de cultivo experiment­an y trabajan con lo que se conocen como sistemas sistemas de riego deficitari­o controlado. controlado. « Por ejemplo, si un olivar necesita necesita unos 4.000-5.000 m/ de agua por hectárea, usando este método se rebaja la necesidad hídrica hasta hasta los 1.800 metros por hectárea. A base de sensores de todo tipo como los de humedad ambiental se pueden ahorrar grandes volúmenes volúmenes de agua», explica el investigad­or investigad­or Esaú Martínez del IRIAF. En este sentido, el Minsiterio de Agricultur­a ha comprometi­do recienteme­nte recienteme­nte un paquete de inversione­s inversione­s de más de 2.100 millones de euros hasta 2027 para modernizar modernizar los regadíos.

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IMIDRA Algunas de las especies con las que se experiment­a ya se usaban en Egipto

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