La Razón (1ª Edición)

«La última Montarco» se despide de Ciudad Rodrigo

► Ana de Rojas asegura que su apellido se irá con ella. Insiste en que Alejandra de Rojas no es su hermana

- Fran Gómez.

AunosAunos 90 kilómetros de la ciudad de Sala-manca Sala-manca y muy cerca de la frontera con Portugal se levanta Ciudad Rodrigo, una pequeña lo-calidad lo-calidad cuya historia se remonta a cientos de años atrás y muy liga-da liga-da a una de las casas nobiliaria­s más importante­s de España: la Montarco. Su huella se aprecia en cada rincón de la villa, un impor-tante impor-tante legado que la máxima repre-sentante repre-sentante de la familia, Ana de Ro-jas, Ro-jas, hija de María del Consuelo Pardo-manuel de Villena y Eduar-do Eduar-do de Rojas y Ordóñez, V conde de Montarco, pretende recoger en su libro: «Ciudad Rodrigo y el Palacio de Montarco».

La escritora, que todavía vive allí, explica en exclusiva a LA RA-ZÓN RA-ZÓN que su intención es «dejar constancia de la huella que deja-ron deja-ron los Montarco en esta tierra, porque fueron muy benefactor­es y gente que hizo mucho por Ciu-dad Ciu-dad Rodrigo». Un asentamien­to de nobles repleto de palacios y casas señoriales, pero de cuyos moradores apenas se conocen detalles. Ahora, Ana de Rojas lle-ga lle-ga dispuesta a contar su inédita historia: « Me apetecía hacer algo profundo sobre mi familia, quizás la que más vivió en el pueblo y tuvo más contacto con los veci-nos». veci-nos».

Para ella es importante recalcar que un título no ennoblece a la persona, sino que «es la persona quien ennoblece al título con sus actos», y la obra cuya publicació­n se espera «muy pronto» enumera varios ejemplos: « Mi familia hizo muchas cosas bonitas aquí. Hay un hospital en la ciudad que sobrevivió sobrevivió gracias a la donación de mi tatarabuel­o. La condesa de Montarco, mi bisabuela, cedió muchas tierras para que los vecinos vecinos las pudieran trabajar y que la gente no tuviera que emigrar».

El complot Windsor

Sin embargo, es el nombre de su padre quien más vinculado está a la historia de Ciudad Rodrigo, entre cuyos anales se encuentran episodios tan destacable­s como un intento de complot durante la II Guerra Mundial que implicó al entonces duque de Windsor, Eduardo VIII, quien años antes abdicó en su hermano Jorge VI, el padre de la Reina Isabel II. Enfrentado Enfrentado a su familia por su romance romance con Wallis Simpson, una mujer doblemente divorciada, el ministro de Asuntos Exteriores de Hitler le convenció de que le restituirí­an restituirí­an como soberano del Reino Reino Unido tras ganar la contienda si, a cambio, proclamaba al mundo mundo a través de un mensaje de radio radio las virtudes de una alianza angloalema­na, dos naciones enfrentada­s. enfrentada­s. Como escenario de esa transmisió­n, Ramón Serrano Suñer, Suñer, ministro de Asuntos Exteriores Exteriores del Gobierno de Franco –amigo –amigo del III Reich–, propone a su secretario político, el conde de Montarco, que le preste su palacio palacio en Ciudad Rodrigo por su cercanía cercanía a la frontera con Portugal, por si eran descubiert­os y tenían que huir en el último momento. Finalmente, el MI6 descubrió los planes y trasladó de inmediato al duque de Windsor y a su polémica polémica pareja a las Bahamas, y aunque el complot nunca llegó a buen puerto, alcanzó tal repercusió­n que años después el conde de

Montarco fue entrevista­do sobre este asunto por la BBC.

Pese a estos lazos con el Gobierno Gobierno franquista y la Alemania nazi, Ana de Rojas recuerda a su padre como un hombre que no se cerraba cerraba a nuevas ideas y que disfrutaba empapándos­e de todo tipo de corrientes: corrientes: « Él fundó la Falange y hoy sería un facha para todo el mundo, pero era muy liberal. En casa teníamos siempre dos periódicos, periódicos, el ‘‘Abc” y “Le Monde”, que recibía por correo sellado porque estaba prohibido en aquella época. época. “Le Monde” era su periódico

de cabecera, y eso dice mucho de la personalid­ad de mi padre. Tenía la mente abierta y estaba dispuesto dispuesto a escuchar todas las ideas».

El libro que De Rojas está ultimando ultimando muestra un fiel retrato del conde de Montarco, más apasionado apasionado de la prensa que de las letras en general. « No le gustaba leer mucho, lo hacía porque no le quedaba quedaba otro remedio, y tampoco escribía. De hecho, decidió escribir escribir sus memorias, pero no era capaz capaz de escribir más de una cuartilla cuartilla en todo un día. Su verdadera pasión era el periódico “La gaceta rural”, donde yo trabajé con él 10 años y los últimos cinco lo dirigí yo. Yo traté de mantenerlo, pero ahora es un blog. También me quedé con la yeguada de Montarco, Montarco, de Pura Raza Española y con mucho prestigio. Ahora está revitaliza­da, revitaliza­da, la lleva un amigo mío veterinari­o», explica Ana, navegando navegando en los recuerdos de su octogenari­a octogenari­a vida.

«La última Montarco»

Recuerdos que le ilusiona compartir compartir en su libro, que se toma como «una despedida de los Montarco Montarco de Ciudad Rodrigo». Sin intención de entrar en polémicas, Ana de Rojas recalca que ella es «la última Montarco de mi generación generación porque, desgraciad­amente, desgraciad­amente, se han muerto todos. Solo quedan quedan los más jóvenes: mi hermano Julio, mis hijos, mis sobrinos y los hijos de ambos. Pero después de mí, no queda nadie que pertenezca pertenezca directamen­te a la familia De Rojas».

Sobre Alejandra de Rojas, oficialmen­te oficialmen­te hija del conde de Montarco Montarco y su segunda mujer, Charo Palacios, que recienteme­nte confirmó confirmó a LA RAZÓN que heredó de su padre la pasión por las letras, Ana de Rojas se muestra tajante: « La considero algo imprudente en su reiteració­n sobre la figura de mi padre, si se refiere a él, teniendo en cuenta que hay antecedent­es de duda pública, y forzar la situación situación puede llevar a que alguien desee informació­n verificada».

Evita profundiza­r en la polémica, polémica, pero Ana de Rojas se muestra firme a la hora de tomar las medidas medidas que sean necesarias para demostrar demostrar su verdad: solo tiene cinco cinco hermanos, los fallecidos Blanca, Juan Manuel, Carlos y Fernando; Fernando; y Julio, el único que le queda. queda. « El apellido De Rojas se irá conmigo», sentencia.

«Alejandra de Rojas es imprudente en su reiteració­n sobre mi padre, habiendo antecedent­es de duda»

«Mi padre sería visto como un facha, pero era muy liberal. Tenía la mente abierta a otras ideas»

 ?? ?? Ana de Rojas, hija del V conde de Montarco
Ana de Rojas, hija del V conde de Montarco
 ?? ?? Eduardo de Rojas leyendo «La gaceta rural», su periódico
Eduardo de Rojas leyendo «La gaceta rural», su periódico
 ?? ?? El conde, con el Rey Juan Carlos
El conde, con el Rey Juan Carlos
 ?? ?? Eduardo de Rojas, V conde de Montarco
Eduardo de Rojas, V conde de Montarco
 ?? ?? El conde era un apasionado del campo
El conde era un apasionado del campo

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain