Acabar con la tuberculosis es nuestra responsabilidad
Sí,Sí, se puede acabar con la tuberculosis y además es nuestra responsabilidad. La primera parte de esta frase vuel-ve vuel-ve a ser este año el lema escogido por la OMS para conmemorar el Día Mundial de la Tuberculosis que se celebra hoy. Y es cierto, hoy más que nunca se puede afirmar que podemos acabar con la tuberculosis: contamos con los avances en las técnicas molecu-lares molecu-lares que facilitan un diagnóstico más rápido tanto de la enferme-dad enferme-dad como del perfil de resisten-cias. resisten-cias. También disponemos de nuevos fármacos para las multidrogorresistencias que per-miten per-miten tratamientos orales y más cortos.
Sin duda, es un hálito de espe-ranza, espe-ranza, pero me permitirán, sin dejar por ello de ser optimista y positivo, que en una conmemo-ración conmemo-ración como esta pongamos el foco en todo aquello que nos queda por hacer, que no es poco pero que sin duda podremos rea-lizar rea-lizar si actuamos de manera comprometida, solidaria, res-ponsable res-ponsable y, sobre todo, de forma conjunta.
Porque la tuberculosis es a día de hoy (sí, sí, todavía) la enferme-dad enferme-dad infecciosa que más azota a la humanidad: 3.500 personas mueren en el mundo cada día por su causa, y otras 30.000 en-ferman en-ferman a diario.
En pleno siglo XXI y cuando no solo se trata de una enfermedad prevenible sino que hace déca-das, déca-das, muchas para nombrarlas sin sentir algo de vergüenza, que tie-ne tie-ne cura.
Por eso mismo no podemos quedarnos solo con los avances médicos (aunque bienvenidos son, claro que sí). Debemos pres-tar pres-tar atención a los condicionantes sociales que provocan la enfer-medad enfer-medad y promueven su propa-gación propa-gación epidémica: la pobreza, la desnutrición, la vivienda preca-ria, preca-ria, la exclusión social, la margi-nación margi-nación y el estigma.
La tuberculosis nace de la po-breza po-breza y genera pobreza: nace de la desigualdad y genera nuestra vergüenza.
Esta enfermedad tiene uno de los tratamientos más costoefectivos. costoefectivos. Pero lamentablemente su abordaje hace mucho que dejó de considerarse una inversión. Aunque hoy, como les decía al principio, la esperanza es más fuerte que el desánimo: en septiembre septiembre la reunión de alto nivel mantenida en Naciones Unidas dio como fruto el compromiso político de hacer un esfuerzo mayor. mayor. Y la OMS cuenta con un plan de acción 2023-2027.
Precisamente la directora del Programa Global de Tuberculosis Tuberculosis de la OMS, Tereza Kasaeva, se dirigía a los asistentes a la 12ª Jornada de Actualización de la Red contra la Tuberculosis y por la Solidaridad (Red TBS-Stop Epidemias), que hemos celebrado celebrado esta semana en Madrid, para pedir públicamente un mayor esfuerzo. Contamos con los compromisos compromisos políticos y ahora debemos debemos conseguir que se materialicen materialicen en acciones tangibles.
Y cuanto antes, mejor, porque también un representante de la OMS, el doctor Ernesto Jaramillo, alertaba en la citada reunión de que el cambio climático puede incidir de manera muy significativa, significativa, a través por ejemplo de la inseguridad alimentaria, y hacernos hacernos perder los avances conseguidos conseguidos para erradicar esta enfermedad enfermedad de la injusticia.
La solidaridad deberá ser ahora ahora algo más que una palabra preciosa. preciosa.
Está en nuestras manos poner fin a la tuberculosis, debemos sumar esfuerzos. Hacerle frente es a la vez la mejor manera de mejorar el planeta, porque los avances científicos aquí nada pueden hacer por sí solos: necesitamos necesitamos revertir las desigualdades desigualdades y sembrar la equidad, es imprescindible imprescindible mejorar las condiciones sociales y facilitar un acceso a la sanidad más global. global. Sí, podemos acabar con la tuberculosis: es nuestra responsabilidad. responsabilidad.
Julio Ancochea Bermúdez
es presidente del Comité Científico de la Red TBS-Stop Epidemias