La Razón (1ª Edición)

La izquierda realmente inexistent­e

► ¿Cómo se le podría ocurrir a nadie que un individuo como Pedro Sánchez pudiera emponzoñar tan límpido manantial como el de la izquierda?

- José María Albert de Paco.

PedroPedro Sánchez no es de iz-quierdas. iz-quierdas. ¿Cómo se le podría ocu-rrir ocu-rrir a nadie que un indivi-duo indivi-duo como él, que ha he-cho he-cho bandera de la doblez, de la ausencia de escrúpu-los, escrúpu-los, pudiera emponzoñar tan límpido manantial? «Grosso modo», tal es la objeción (de conciencia) del progresism­o adánico al sanchismo. En la pala-brería pala-brería del presidente bor-botean bor-botean sintagmas como «escudo social» o «gobier-no «gobier-no de la gente», sí, pero eso no lo convierte en uno de los nuestros, vienen a de-cir de-cir los hacedores del bien. Así, el ex columnista de « El Mundo» Pedro Cuar-tango Cuar-tango (ah, aquellos artícu-los artícu-los alfombrado­s de hoja-rasca hoja-rasca en pleno «procés»), que se santiguó recienteme­nte en « El Español» ante Lorena G. Maldo-nado: Maldo-nado: «Yo no considero a Sánchez una persona de izquierdas. Es una persona aferrada al poder. Una persona para la que el fin justifica los medios. Una persona que está dispuesta a convertir el Parlamen-to Parlamen-to en un mercado persa. Por tanto, no es de izquierdas». « Por tanto», proclamaba el silogista, que ni siquiera se privó de abrochar su dictamen con el redondeo al uso: « Para mí, ser de izquierdas o de derechas significa de-fender de-fender principios». Aún más conmovedor fue su colofón: « Le conocí cuan-do cuan-do estaba en la oposición, le traté mucho y teníamos buena relación personal. Me creí sus promesas de regeneraci­ón ética. Es más, te voy a decir una cosa: le voté». No cabe des-cartar des-cartar que cuando le votó (y si fue en las generales de 2019, lo hizo en abril y en noviembre) supiera ya que se trataba del mismo Sán-chez Sán-chez que en Google daba un alud de resultados bajo las premisas « urnas » + «cortina». Una geolocali-zación geolocali-zación moral a la que lue-go lue-go se añadiría una moción de censura fundada en hechos no probados. Y la celebérrim­a coautoría de « Innovacion­es de la diplomacia diplomacia económica española». española». A ese izquierdis­ta, en efecto, dio Cuartango su confianza porque «creyó «creyó en sus promesas de regeneraci­ón ética, y que iba a aportar un aire nuevo a la política».

Al parecer, y según he oído últimament­e, tampoco tampoco la amnistía es de izquierdas. izquierdas. Ni la amnistía, ni subir la alambrada a los inmigrante­s, ni la devolución devolución en caliente de menores menores a Marruecos, ni la entrega entrega a Marruecos del Sáhara Occidental. Cuánto me gustaría profesar una fe cuyos efectos tóxicos pudieran pudieran ser imputados, toco y me voy, a la iglesia de enfrente; enfrente; estar imbuido, en fin, de la clase de certidumbr­e certidumbr­e que escinde a los Ultrasur Ultrasur del Real Madrid, a los hamases de los gazatíes, a los sanchistas de los socialista­s. socialista­s. Aun a ETA de los vascos, vascos, como el atribulado Ibarreche proclamó tras los atentados atentados del 11M. ¿Vascos? ¡Acabáramos! ¡Acabáramos! Ni vascos ni nacionalis­tas ni de izquierdas; terrorista­s sin aditivos aditivos ni atributos, psychokill­ers químicamen­te químicamen­te puros que habrían abrazado (¡anecdótica­mente!) el exótico ideal de convertir las Vascongada­s Vascongada­s en un fortín comunista, en una suerte de Albaniak incontamin­ada incontamin­ada de placeres culpables, tipo doble cheeseburg­er en Lekeitio. Lekeitio. Dígase que gentes que no parecían parecían estrictame­nte imbéciles llegaron a esculpir, magnánimos, magnánimos, que ETA no era de izquierdas ni de derechas, gavilán o paloma.

Para quienes ambicionan ambicionan un mundo feliz no hay extravío que no lleve inscrita inscrita su propia redención. Véase la corriente «woke», esa sórdida ortodoxia identitari­a que, invocando el antirracis­mo, el antifascis­mo antifascis­mo y el anticapita­lismo, ha convertido las universida­des universida­des en correccion­ales con ínfulas, en arcadias de proximidad donde quienes quienes no se ciñen al dogma se exponen a escraches, cancelacio­nes y despidos. Convendrá el lector en que el «wokismo» es el último grito del ingenio izquierdis­ta, izquierdis­ta, la enésima reinvenció­n reinvenció­n de una ideología que sobrevivió a la caída del Muro a base de desplazar

el sujeto revolucion­ario del proletaria­do proletaria­do industrial a Paca la Piraña. Ya no. Susan Neiman, en « Izquierda Izquierda no es woke», ha trazado la frontera frontera definitiva: « Lamentable­mente, Lamentable­mente, muchos de los que criticaron las celebracio­nes generaliza­das del terror de Hamás, y los actos de antisemiti­smo que las acompañaro­n acompañaro­n [sic], los calificaro­n de fracasos de la izquierda internacio­nal. Eso es un grave error. Más bien fue un momento que demostró hasta qué punto el poscolonia­lismo “woke” ha abandonado todos los principios principios liberales o de izquierdas que necesitamo­s para mantenerno­s rectos». El problema de Neiman, obviamente, radica en el término «generaliza­das», que desborda semánticam­ente a la criaturill­a « poscolonia­lismo “woke”». Y ya que estamos: qué es el antisemiti­smo antisemiti­smo de izquierdas sino otra ilusión ilusión sensorial. La izquierda «contextual­iza» «contextual­iza» el terrorismo palestino para convertirl­o en una respuesta casi inexorable (poco menos que en una decantació­n ética) frente a lo que tilda de nazismo redivivo; la izquierda boicotea a Israel escudándos­e escudándos­e en parámetros similares a los del boicot a la Sudáfrica racista... racista... Pero, ¿antisemita? ¿Cómo vamos a ser antisemita­s, si anhelamos anhelamos el fin de la opresión, si no vemos el momento de soplar la fragua que el hombre libre ha de forjar? Cómo, si tengo un amigo maricón.

¿Silencio o simpleza?

Sea como sea, no ha habido impugnació­n impugnació­n más delicada de la crítica crítica al comunismo que la que aireó, en ese prontuario de revilladas que es el Follonero, Ana Belén, que hizo bueno aquello de que el silencio es preferible a la simpleza. En un valeroso valeroso arranque de indignació­n, y tras los preceptivo­s «me too» y «a mis 72, ¡habrase visto!, ya no me llaman para hacer de Fortunata», Ayuso se le fue de las manos como a un Bolaños de la vida. « El comunismo, comunismo, en España, ¿a ti te ha hecho algo malo?». Sabíamos que la camisa camisa de la esperanza no era blanca, sino roja; que no había razón más poderosa para la suspensión de la incredulid­ad que el hombre del piano y a la sombra de un león; también «Balancé» y «La muralla», canciones del verano a su pesar. Nunca en una plaza de toros se ha escuchado a la multitud susurrar, y digo bien, susurrar, una expectativ­a expectativ­a de placer tan honesta e indecente indecente como el «sola y sin marido». Conozco cubanos exiliados que en las sobremesas cantan por Silvio Rodríguez y Pablo Milanés. Es más, soy yo, haciendo valer la coartada de que hay que separar a la obra del artista, quien los anima a ello. Coartada, digo, porque en el caso de Silvio no hay canción que no sea una absoluta bellísima barbaridad. barbaridad. «Iba matando canallas con su fusil de futuro», coreamos, y al punto nos indignamos porque esta chica Itziar cante «Sarri sarri». Al kilómetro sentimenta­l le sigue el kilómetro musical.

Pero entiendo a Ana Belén. O, por decirlo en su idioma, me solidarizo solidarizo con ella. ¡Soy su abajofirma­nte! abajofirma­nte! Siquiera por las muchas veces que mi abuelo, ante las recurrente­s recurrente­s impugnacio­nes del franquismo franquismo de los interviús que iba acumulando en el revistero de su barbería, me fue diciendo: « Pues a mí Franco, lo que es malo, no me hizo nada malo». Una postilla que solo alcancé a entender cuando mi madre, viéndome sollozar por una derrota del Español, me dijo: «Pero vamos a ver, a ti el Español, ¿qué te da, eh, qué te da?».

«En cada generación hay un selecto selecto grupo de idiotas convencido­s de que el fracaso del colectivis­mo se debió a que no lo dirigieron ellos». Lo dejo escrito en Twitter (antiguo X) don Javier Pérez-Cepeda, Pérez-Cepeda, para el que va, in memoriam, este artículo.

«Al parecer, y según he oído últimament­e, tampoco la amnistía es de izquierdas»

«Se boicotea a Israel escudándos­e en parámetros similares a los del boicot a la Sudáfrica racista»

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GONZALO PÉREZ
Manifestac­ión en favor de Palestina en la Puerta del Sol de Madrid GONZALO PÉREZ
 ?? ?? Ana Belén en el programa de Jordi Évole, donde se mostró muy crítica con los que combaten el comunismo
Ana Belén en el programa de Jordi Évole, donde se mostró muy crítica con los que combaten el comunismo
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