Suspenso general al Gobierno
Hay más rechazo a la alianza con ERC y Bildu que a la coalición con Podemos. Si bien, el 50,6 por ciento apoya que Pedro Sánchez rompa su acuerdo con Pablo Iglesias. El mayor apoyo está en el votante joven
El Gobierno de coalición suspende en su gestión política y económica en su primer año de mandato. Ni en un ámbito ni en el otro el Gabinete de Sánchez llega al aprobado. La gestión política recibe una nota de 3,9. Y la económica se queda en el 3,7.
Los partidos que se presentaron a las urnas bajo el eslogan de que «nadie se quedará atrás» se han visto superados por la fuerza del golpe de la pandemia, sin margen para desarrollar su programa de gobierno ni sus medidas sociales, más allá de buscar cortocircuitos de urgencia para las primeras consecuencias económicas de la pandemia.
El votante más receptivo con la gestión de la coalición es el más joven. Los menores de 34 años le dan la puntuación más alta, siempre dentro del suspenso, según el sondeo de NC Report realizado entre el 8 y el 9 de enero, con motivo del primer aniversario del Gobierno.
También hay mayoría que defiende la ruptura de la coalición. Un 50,6 por ciento se declara a favor de que Pedro Sánchez rompa su acuerdo con Pablo Iglesias, del que forma parte, asimismo, la mayoría de investidura que incluye a partidos nacionalistas e independentistas. Un 38,1 por ciento, sin embargo, apoya ese pacto que permitió a Sánchez llegar al Gobierno, primero tras la moción de censura al Gabinete de Rajoy, y, después, tras la repetida prueba electoral.
En todas las preguntas del sondeo se constata que las reticencias a las decisiones, a la gestión a los apoyos de Sánchez aumentan con la edad del votante. El Gobierno de coalición tiene más apoyos, en general, entre la población más joven que entre los mayores de 55 años.
Si a favor de la ruptura de la coalición se declara la mitad de los encuestados, el rechazo a la alianza con ERC y EH Bildu, sutanciada de nuevo en la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), se eleva hasta el 62,2 por ciento.
Esas alianzas sólo las respaldan el 28,7 por ciento de los entrevistados. Esta realidad demoscópica confirma el temor en la organización socialista, más allá de las paredes de Moncloa, al coste electoral en los territorios de estos apoyos. Moncloa prima el pragmatismo y la necesidad imperiosa de mantener una mayoría, para la que no tiene alternativa, y de la que depende para conservar el poder. Los números no dan con Ciudadanos y no es viable la entente Podemos, Cs y PSOE por más que se aferren al eslogan de la geometría variable.
En cualquier caso, las próximas elecciones están lejos y en el PSOE quieren confiar en que una vez aprobados los Presupuestos, Sánchez marque con más contundencia el terreno a Iglesias y éste deje de apropiarse de la agenda social. Si hay algo claro en casi todas las partes es que la Legislatura puede agotarse, y, hasta entonces, hay muchas variables sin controlar que pueden echar por tierra todos los futuribles con los que se trabaje. La situación económica y política es excepcional.
Ante la pregunta de si Sánchez debería buscar pactos de Estado con el PP y con Ciudadanos, el electorado se divide en partes muy proporcionales. La mayoría defiende esos acuerdos, un 44,5 por ciento. Pero hay otro 40,1 por ciento que, sin embargo, se declara en contra.
En todas las decisiones estratégicas socialistas ha pesado hasta ahora el criterio electoral de que su votante prefería el acuerdo de la izquierda, es decir, con Podemos, antes que el entendimiento con el principal partido de la oposición. Y cualquier suma con Ciudadanos exigiría hoy, y, salvo sorpresa, en el futuro, que entre también en la ecuación la figura de Pablo Casado.
La encuesta también preguny