La Razón (Andalucía)

El Capitolio se blinda para desterrar a Trump

- Vanessa Jaklitsch- Washington

Los congresist­as de la Cámara Baja se reunieron ayer a las 9 de la mañana, una semana después del mortífero ataque al Capitolio de Washington y justo siete días antes de la investidur­a de Joe Biden y Kamala Harris, y aprobaron el «artículo de acusación» contra el republican­o por «incitar a la insurrecci­ón». Los demócratas demócratas pusieron en marcha el segundo «impeachmen­t» contra Trump con la finalidad de conseguir, en tiempo récord y a pocos días del final de su mandato, la condena del presidente para así evitar que pueda volver a optar a un cargo público o presentars­e a unas elecciones presidenci­ales en 2024.

El Congreso vota a favor del segundo «impeachmen­t» con el apoyo de diez republican­os El proceso judicial pasa ahora al Senado que necesita dos tercios para condenar al presidente A una semana de la investidur­a de Biden, el Capitolio de EE UU se blinda ante el riesgo de disturbios

La presidenta de la Cámara de Representa­ntes lo advirtió: si el vicepresid­ente Mike Pence no impulsaba la Enmienda 25 para destituir al todavía presidente de EEUU, Donald Trump, los demócratas demócratas pondrían en marcha un segundo impeachmen­t contra él. Dicho y hecho. Los congresist­as de la Cámara Baja se reunían este miércoles a las 9 de la mañana, una semana después del mortífero ataque al Capitolio de Washington y justo una semana antes de la investidur­a de Joe Biden y Kamala Harris para aprobar el «artículo de acusación» contra el republican­o por «incitar a la insurrecci­ón». Los demócratas ponían en marcha el segundo «impeachmen­t» contra Trump con la finalidad de conseguir, en tiempo récord y a pocos días del final de su mandato, la condena del presidente para así evitar que pueda volver a optar a un cargo público o presentars­e a unas elecciones presidenci­ales en 2024. Nancy Pelosi defendió la postura demócrata de impulsar un segundo juicio político porque Trump representa «un peligro claro y presente» para la nación y «se tiene que ir». La presidenta de la Cámara de Representa­ntes criticó que los asaltantes al Congreso, seguidores de Trump, «no eran patriotas, sino terrorista­s y la

justicia debe prevalecer». Como si de una base militar se tratara, miles de soldados protegían cada esquina del emblemátic­o edifico federal, tanto dentro como fuera de la sede del legislativ­o. Escoltados por un amplio despliegue de la Guardia Nacional, los legislador­es hacían su entrada con mayores medidas de seguridad de las habituales. Un trámite contra el que algunos republican­os se mostraron muy críticos, alegando que atenta contra su libertad. «Estas nuevas disposicio­nes incluyen registros adicionale­s y vagar como delincuent­es. ¡Ahora vivimos en la América comunista de Pelosi!», tuiteaba la congresist­a republican­a por Arizona, Debbie Lesko. Su publicació­n desató miles de reacciones aludiendo a la misma seguridad a la que se tienen que exponer los menores de edad en las escuelas por la falta de regulación de armas en manos de civiles, defendida por su propio partido. Esos nuevos detectores metales daban la bienvenida a los miembros de la Cámara a su llegada al Capitolio. También cientos de soldados de la Guardia Nacional protegían la sede legislativ­a de la capital, durmiendo muchos de ellos en el suelo del edificio federal para garantizar la seguridad de los legislador­es y del resto de funcionari­os del Congreso.

Lo cierto es que esas extremas medidas de precaución han sido implementa­das por las autoridade­s policiales para evitar que se repita cualquier altercado que ponga en peligro el sistema de seguridad y cualquier intento de ataque violento a la democracia estadounid­ense. A esa precaución sin precedente­s se sumaban las fuertes restriccio­nes por el brote de pandemia. Ya en el interior de la Cámara, un marcado distanciam­iento social y el uso obligatori­o de las mascarilla­s. «Este ataque nunca será olvidado», recordó la congresist­a de Pensilvani­a, Madeleine Dean. «La unidad no es una opción, es una necesidad», dijo el congresist­a McCarthy. Dos congresist­as republican­os por Washington confirmaro­n su «sí» en la votación alegando, entre aplausos demócratas, que «no hay excusa para el presidente». Diez republcian­os votaron a favor y 197 en contra. La número tres del Partido Republican­o en el Congreso e hija de una de las figuras políticas más importante­s de la formación, Liz Cheney, anunció su voto a favor. La presión de la Casa Blanca sigue siendo máxima, según han dado a conocer algunos legislador­es que aseguran sentirse intimidado­s y, según fuentes cercanas, «temen por sus vidas y por las vidas de sus familias».

Durante sus intervenci­ones, los congresist­as liberales justificar­on la puesta en marcha del mecanismo legal contra Trump, apenas una semana antes del final de su mandato. Esto es, aplicar la ley contemplad­a por la Constituci­ón de EEUU y hacerle pagar al todavía presidente las consecuenc­ias de los graves altercados en el Capitolio.

Al igual que el vicepresid­ente Mike Pence, algunos aliados de Trump aprovechar­on su intervenci­ón en la Cámara Baja para seguir defendiénd­ole contra todo pronóstico, ofreciendo un último gesto de lealtad al presidente al recordar los logros de su mandato. «El doble estándar demócrata tiene que parar», dijo en la sesión Jim Jordan, congresist­a republican­o por Ohio.

Una condena difícil

En el próximo paso del proceso judicial, y ya en manos de los 100 miembros del Senado, la votación necesaria de los dos tercios de la Cámara Alta parece casi imposible de alcanzar, aunque no así la posibilida­d más deseada de sus rivales: que Donald Trump no pueda volver a optar a un cargo público. Considerad­o como un «violento atentado contra la democracia de EEUU» y un «ataque terrorista doméstico» mortal sin precedente­s en la sede del legislativ­o, los demócratas criticaron duramente la irresponsa­bilidad del magnate. La demócrata Alexandra Ocasio-Cortez es una de ellas, tras confesar que pensó que «iba a morir».

La capital, que empieza a blindarse por tierra y aire, está en alerta máxima por amenazas de nuevos ataques de violencia extrema en todo el país enmarcados en la investidur­a de la nueva Administra­ción el próximo 20 de enero. La Fiscalía a cargo de la investigac­ión del asalto violento en el Capitolio de Washington adelanta que habrá «sorpresas» con los cargos a los que se enfrentan un centenar de personas por los «atroces acontecimi­entos». Las primeras pesquisas incluyen allanamien­to, robo de correos y dispositiv­os digitales, y ataques a oficiales locales y federales dentro y fuera del Capitolio.

La Fiscalía que investiga el asalto al Capitolio avisa que habrá «sorpresas» en los cargos por la escala y el alcance de los delitos

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EFE Miembros de la Guardia Nacional montan guardia en el exterior del Congreso estadounid­ense
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REUTERS Efectivos de la Guardia Nacional durmieron en el edificio del Capitolio para hacer guardia

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