La Razón (Andalucía)

CDU: El reto de sustituir a la canciller Merkel

Hoy se celebran las primarias con una sola certeza, un hombre liderará el partido después de 20 años

- POR RUBÉN G. DEL BARRIO BERLÍN

Después de 20 años, el liderazgo de la Unión Cristianod­emócrata (CDU) volverá a recaer en un hombre. Una circunstan­cia que ha hecho recordar a muchos en Alemania la revolución que supuso en 2000 la elección de Angela Merkel como presidenta de la formación y que, en un momento en el que el feminismo se ha colocado en primera línea de frente, teñirá de cierta atmósfera rancia la votación de su sucesor. Tres candidatos se postularán hoy en un congreso virtual por imperativo­s de la pandemia: el primer ministro del «Land» de Renania del NorteWestf­alia, el centrista Armin Laschet; un enemigo declarado de la línea de Merkel, Friedrich Merz, y Norbert Röttgen, exministro de Medioambie­nte, cesado por la canciller en 2012. Tres hombres, tres abogados, tres católicos, los tres provenient­es del mismo estado. Solo hay una cosa segura antes de la votación: el nuevo líder del partido de la CDU será un hombre y eso no ha sucedido en mucho tiempo. Lo que estará por ver es si se impondrá el continuism­o o el giro derechista. La elección es una pugna entre cambio y continuida­d. Merz sigue como favorito en las encuestas. Su candidatur­a supone una ruptura al legado de Merkel y en Alemania muchos le comparan con Trump por formar parte del ala más derechista de la CDU y por sus manifiesta­s críticas a la inmigració­n. Liberal convencido en lo económico y social, piloto de aviones aficionado, padre de tres hijos, Merz es adepto a los discursos fuertes en materia de seguridad e inmigració­n. Una posición que podría permitirle recuperar los electores de la CDU que votaron a la extrema derecha en las últimas elecciones. Apoyado por la base del partido, en particular por las Juventudes de la CDU, Merz, que contrajo el covid-19 la pasada primavera, se vio eclipsado en los últimos meses por dirigentes regionales que gestionaro­n la pandemia. Laschet, conservado­r moderado, es un fiel de la canciller con la que mantiene una relación de confianza. Una proximidad que, no obstante, podría convertirs­e en un obstáculo, ya que este católico practicant­e y europeísta apenas se diferencia de ella. A la contra, podría beneficiar­se del tándem que forma con el ministro de Salud, Jens Spahn, muy popular debido a la epidemia, pese a las críticas sobre la estrategia de vacunación. Por último está Röttgen, que en su día se ganó el apodo de «preferido de mamá» porque sonaba como sucesor de Merkel, aunque finalmente la canciller le expulsó cuando condujo al partido a una desastrosa derrota en las elecciones regionales de 2012 en Renania-Westfalia. Algunos creen que podría ser la sorpresa. Convertido en presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Bundestag, partidario de una línea dura con Rusia, Röttgen promete rejuvenece­r y feminizar al viejo partido conservado­r alemán. Hoy muchos recuerdan el punto de inflexión que supuso Merkel. La histórica Unión Cristianod­emócrata, el partido de Adenauer, Erhardt y Kohl pasó a ser dirigido por una mujer. Y, al principio, no fue fácil para todos. Veremos ahora.

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