Díaz no dejará que la «quiten» y emplaza a los críticos a las primarias
Ábalos ve «normal» que el partido se «rearme» y dice que tiene «muchos cargos» que pueden tener papeles protagonistas
La secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, va a demostrar en los próximos meses de qué hay estar hecho para soportar presiones. El ruido interno en el partido ha ido creciendo, tras conocerse el avance del calendario congresual, y ayer la expectación era máxima cuando se supo por la mañana que la socialista había convocado a la prensa. Los que abogan por pasar ya la página de su liderazgo quisieron ver en la llamada la urgencia de la confirmación de su salida y el resto la ratificación rápida de lo contrario, para evitar el estruendo. Fue lo segundo. «Cuando se convoque el congreso evidentemente voy a presentar mi candidatura a la Secretaría General», dejó claro. En sus planes no entra dar un paso atrás. «Esto no va de que se quite nadie», dijo, para admitir que le resultó «desconcertante» escuchar el pasado miércoles al vicepresidente del Congreso y secretario de Relaciones Institucionales de la Ejecutiva federal, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, compararla con su «compañero» Miquel Iceta, quien «sigue siendo secretario general del PSC», deslizó. Y recordó luego que «los resultados electorales» en Cataluña «no son como los de Andalucía» y que ella ganó en las dos citas con las urnas en las que fue cabeza de cartel en la región, «y por mucha distancia con el resto de partidos». Gómez de
Celis le replicó más tarde, como se puede comprobar en su perfil de la red social Twitter, que él había agradecido a Iceta «que actuara con visión de conjunto y ayudara a dar credibilidad e impulso» al proyecto socialista, y que no había señalado a «ningún compañero». compañero». El origen de la actual versión balbuceante del PSOE-A hay que buscarlo en diciembre de 2018, cuando, aunque no perdieron los comicios regionales como apuntó Díaz, tampoco recabaron los suficientes votos como para evitar que un pacto entre el PP y Ciudadanos, más una alianza parlamentaria con Vox, hicieran posible el desalojo de los socialistas de la Junta tras 37 años en el poder. En la oposición hace frío y son variadas las voces críticas que apuestan por una renovación en la dirección autonómica de la formación, para romper con un pasado que incluye varias «macrocausas» por corrupción. A ellos se dirigió Díaz ayer para instarlos a decir «quién va a ser su candidato», con quién se tendrá que medir, ya que, «cuando llegue el congreso, los militantes en libertad elegirán quién es la persona que tiene que encabezar la Secretaría General del partido y la candidatura a la Junta de Andalucía». «Las primarias vinieron para quedarse», buscó zanjar. También aseveró que seguía contando con la «lealtad», el «apoyo» y la «colaboración» del secretario general del partido, Pedro Sánchez, como él con el suyo.
Pero el «punto y final» que pretende la máxima dirigente del PSOE-A va a ser difícil de poner.
Se prevé que el congreso regional se celebre a finales de 2020 o principios de 2021 y hasta entonces se sucederán las maniobras para «hacerle ver que echarse a un lado es su mejor opción», según condensaron fuentes socialistas a LA RAZÓN. Si bien, un año es mucho tiempo para estar mirándose «el ombligo», en palabras de la propia Díaz, y el desgaste para unas siglas ya desdibujadas en Andalucía puede ser mucho. Mientras Díaz marcaba posición en la sede regional del PSOE-A, en otro punto de Sevilla, el ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, mantenía ante el alcalde de la capital, Juan Espadas –un habitual en las quinielas sucesorias– que «es normal» que el partido tenga un debate sobre «cómo rearmarse en todos los sentidos para volver a conseguir la confianza» del electorado. «Si algo tiene el partido en Andalucía son muchos cuadros políticos, muchos cargos a todos los niveles que pueden tener un papel protagonista en el presente y en el futuro de la federación», lanzó. Con todo, matizó que la organización tiene sus «procesos, muy bien señalados», como las primarias, y que «se irán resolviendo» de acuerdo a «la voluntad y el papel que cada uno quiera jugar y de la confianza que reciba de la militancia». El diputado nacional por Jaén Felipe Sicilia se la trabajará, según su entorno, y los críticos de la corriente Hacer Más PSOE han pedido a Ábalos que en el caso de Andalucía, las primarias se fijen antes del próximo verano para evitar «el ambiente de crispación interna».