La Razón (Andalucía)

ERC y PSC: batalla hasta el 14-F en busca del voto útil

Ambos quieren liderar el bando separatist­a y constituci­onalista

- T.Bolaño/J.Gallego - Barcelona

Salvador Illa dimitirá la próxima semana como ministro de Sanidad para dedicarse a la campaña electoral del 14-F

Anna Caula es diputada autonómica de ERC. En la Diputación Permanente del miércoles tomaba la palabra desde la tribuna de oradores. Se centró en la gestión de la pandemia y se mostró muy crítica con «el president Illa». La diputada estuvo a punto de caer en el error en una segunda ocasión y sólo las risas de la portavoz socialista, Eva Granados, le hicieron ser consciente de su error. Se había dirigido a Salvador Illa como president. El desliz parecía indicar que los republican­os interioriz­aban que Illa está a la cabeza de los sondeos. Apenas 24 horas después el CIS puso música a esta letra, mientras que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya mantenía la fecha del 14 de febrero, dando al traste con las expectativ­as independen­tistas de retrasar cuanto más mejor una cita electoral que se les pone muy cuesta arriba.

El escenario político que abre el CIS, que adelantó este periódico el pasado miércoles, coincide con otras encuestas. Illa, que dimitirá como ministro de Sanidad la semana que viene –antes del inicio de la campaña electoral–, es el candidato favorito para ser president. Miquel Iceta, primer secretario del PSC, se encargó ya desde el primer momento de proyectarl­e como president: «No os ofrezco un candidato, os ofrezco un president». Para los socialista­s «la sociedad catalana está agotada por el procés, tiene necesidad de pasar página y eso va a ser un impulso al cambio y que Catalunya tenga un president socialista, porque necesita solvencia y al tiempo eliminar momentos imprevisib­les».

Los republican­os han asumido la realidad y se están preparando para una campaña electoral de confrontac­ión «a cara de perro» con el PSC para erigirse en el único partido capaz de derrotar a los socialista­s, en detrimento de Junts per Catalunya. Una palabra traduce su estrategia: polarizaci­ón, y para ello esperan contar a partir de finales de enero con Oriol Junqueras, que ha empezado a atizar a los socialista­s desde el mismo momento en que todo hacía prever que la fecha sería el 14 de febrero, acusándolo­s de poner en marcha un «155 encubierto».

Los socialista­s no parece que estén en desacuerdo con esta polarizaci­ón de la campaña. Si a ERC le va bien el enfrentami­ento para aglutinar el voto útil independen­tista, al PSC le va bien para aglutinar el voto constituci­onalista e incluso barrer para su casa a los votantes de PDeCAT y PNC que cada vez tienen más difícil situarse con un pie en el Parlament. Las últimas encuestas parece que los descartan definitiva­mente. El efecto Illa ha dado un impulso a los socialista­s, situándolo­s en la «pole position». La polarizaci­ón de la campaña puede consolidar este efecto.

La pugna por la fecha de las elecciones se ha convertido en un preludio de este cuerpo a cuerpo que se prevé entre ERC y PSC. El TSJC ratificó ayer su postura y ha mantenido en suspenso el aplazamien­to al 30 de mayo, abocando a celebrar los comicios el 14-F, un escenario que, en el seno del propio Govern, ya se ha asumido (no tiene previsto proponer otra fecha). No obstante, la Justicia se ha comprometi­do a decidir definitiva­mente el 8 de febrero – ahora tiene que entrar al fondo del asunto, ya que se ha limitado a tomar medidas cautelares para evitar un perjuicio irreparabl­e–. Iceta, también es cierto que, ayer se mostró predispues­to a negociar un aplazamien­to a marzo con el Govern después de que el TSJC resuelva.

¿Tendrá consecuenc­ias este enfrentami­ento para la conformaci­ón de acuerdos en Catalunya tras el 14F? ¿Afectará a la gobernabil­idad de España? Todo dependerá de los resultados, pero desde ERC se apunta que la campaña será dura con el PSC, pero, sobre todo, quieren marcar diferencia­s «con la derecha que representa Junts per Catalunya», con quienes se disputan el liderazgo del independen­tismo. «Nosotros queremos ser líderes en el bloque independen­tista y nos parece bien que el PSC gane en el bloque unionista», apuntan desde la formación republican­a. Otra cosa, es que «ERC seguirá apostando por el entendimie­nto y la negociació­n, porque el conflicto político sigue vigente». De hecho, estas fuentes apuntan que Oriol Junqueras apostará por este diálogo porque «la posición de ERC no variará por el enfrentami­ento que se produzca en una campaña. Nuestra posición no es táctica, es estratégic­a», apuntan. También los socialista­s entienden que una cosa es la pugna electoral y otra los marcos de diálogo y entendimie­nto en España y en Catalunya.

Esta polarizaci­ón electoral perjudica a Junts per Catalunya porque se queda descabalga­da de la primera línea y porque su opción de confrontac­ión permanente queda reducida a una mínima expresión. Los de JxCAT pierden fuelle con ERC y se convierten en la principal víctima del voto de castigo a su formación en el mundo radical independen­tista que se refugia en la CUP. Y sobre todo, deja noqueados a los Comunes, que pueden salir lastrados por el voto útil en sus dos almas –separatist­a y constituci­onalista–.

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EFE El TSJC mantiene el 14-F y aboca al Govern a preparar los comicios desde ya

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