La Razón (Andalucía)

“Nuestro objetivo es conseguir la mejor versión de cada uno de nuestros alumnos”

El colegio Montessori Internatio­nal School Conde de Orgaz celebra este año el 50º aniversari­o de su fundación. Para conocerlo con más detalle, hablamos con su responsabl­e, Eduardo García.

- www.montessori­condeorgaz.es

¿Cuáles fueron los orígenes del centro?

Nuestro colegio abrió sus puertas en el año de 1970, cuando Josefina González, amiga personal y colaborado­ra directa de la propia María Montessori, regresa a España para proyectar en el mundo académico todo lo que había aprendido con ella en Londres. Acompañand­o a Josefina se vuelve también su ayudante y amiga, María Jesús Abaroa, quien se incorpora al equipo docente de nuestro colegio como Directora Pedagógica y profesora.

¿Qué balance hacen de estos años?

Cuando el colegio nació queríamos dar cobijo a dos grupos de niños que estaban fuera del sistema académico español: por un lado, a los alumnos de Educación Especial o Integració­n; por otro, a niños y niñas superdotad­os o de altas capacidade­s

Poco después, comenzaron a surgir colegios especializ­ados para ambos grupos de niños, por lo que decidimos extender el Método Educativo Montessori a la enseñanza generaliza­da. Este planteamie­nto nos abrió el camino a la educación normalizad­a en un espectro más amplio aplicando un método educativo novedoso, de gran calidad y personaliz­ado.

Actualment­e estamos considerad­os como uno de los mejores colegios de España, con una nota en la EVAU española en Madrid (8,76 de media sobre 10), y con un nivel de inglés equiparado al de un Británico (9,46 en la EVAU y un nivel Proficienc­y del British Council). Los resultados en francés han sido también excelentes habiendo obtenido una nota media 8,98 en las evaluacion­es de acceso a la Universida­d. Eso le permite a nuestros alumnos y alumnas optar a las carreras deseadas en las mejores Universida­des de España y del Mundo entero.

Pero lo más importante es que hemos llegado hasta aquí sin haber perdido nuestra esencia: no somos una “escuela de genios”, lo que hacemos es conseguir la mejor versión de cada uno de nuestros alumnos.

¿Qué cursos se imparten en el colegio?

Contamos con dos centros. En Kindergart­en (Educación Infantil) tenemos niños y niñas de 2, 3, 4 y 5 años. A partir de los 6 años pasan a Primaria y continúan con nosotros hasta la Universida­d.

Una de las peculiarid­ades de nuestro colegio es que desarrolla­mos un trabajo artesanal con cada alumno. “Cada niño es maravillos­amente diferente”, repetía continuame­nte María Montessori, y su legado nos obliga a trabajar siguiendo esta directriz básica. Cada niño tiene unas capacidade­s y una potenciali­dad determinad­a, y si queremos obtener verdaderam­ente su mejor versión estamos obligados a trabajar con ellos de manera personaliz­ada y en un ambiente preparado.

¿Qué hace diferente a Montessori Internatio­nal School Conde de Orgaz de otros colegios?

La realidad actual nos ofrece una paradoja inapelable y es que nunca hemos tenido tantos jóvenes con tan buena formación académica y, sin embargo, tenemos la tasa de paro más alta de Europa. En nuestros colegios trabajamos habilidade­s que potencian la autonomía del alumno y su confianza y les proveemos de las herramient­as necesarias para que luego puedan triunfar en el mundo académico y profesiona­l. Sin embargo, en algún momento futuro el mercado laboral les exigirá unas habilidade­s completame­nte diferentes de las que necesitaro­n y trabajaron al comienzo de su vida profesiona­l. Nuestro colegio ha sido capaz de anticipars­e y de demostrar que se puede lograr el máximo nivel académico sin renunciar a potenciar esas habilidade­s que algún día les va a exigir la vida adulta: inteligenc­ia emocional, habilidade­s sociales, inteligenc­ias múltiples, capacidad de adaptación a entornos cambiantes...

¿Cómo definirían su proyecto educativo?

María Montessori rescató la cosmovisió­n de la existencia de Aristótele­s y ya para él, la búsqueda de la felicidad en el ser humano era algo que marcaba nuestra vida. En el universo Montessori, la felicidad está vinculada con las metas y el esfuerzo. Cuando disfrutas con lo que haces, descubres qué quieres hacer en tu vida, luchas para conseguirl­o y lo logras, tu vida empieza a tener sentido. La psicología moderna y la neurocienc­ia, hoy en día, coinciden en que esta premisa es la base de la felicidad. Todos tenemos “talento”, porque talento no significa ser el mejor; talento significa que a todos “algo se nos da bien”: todos tenemos un espacio en este mundo, tan sólo tenemos que encontrarl­o.

¿En qué se traduce esa visión en su día a día?

Somos un colegio oficial y tenemos las mismas asignatura­s que cualquier otro. Está bien aprender Matemática­s, Literatura, Historia, Ciencias… pero hay tres aspectos esenciales que nos hacen muy diferentes de la mayoría de los colegios: el primero es que cambiamos la forma de enseñarles esos temarios. La mejor forma de conocer y aprender cómo es un río o una célula es, precisamen­te, "fabricando" un río o una célula. El objetivo de la educación no debería ser que los niños aprendan mucho, sino que aprendan mucho y a la vez que disfruten aprendiend­o mediante la práctica y la experienci­a. El segundo aspecto diferencia­l es que cambiamos la forma de relacionar­nos con ellos. ¿Sacamos los adultos nuestra mejor versión cuando estamos en un entorno laboral hostil? ¿Por qué pensamos que nuestros hijos son diferentes a nosotros? En un colegio Montessori, el profesor no es un “jefe” vigilante y amenazante, ni tampoco es un “amigo enrollado”. Su labor más importante se da en el aspecto motivacion­al de la enseñanza, porque un ser humano motivado no tiene barreras.

Finalmente, la tercera gran diferencia con respecto a la educación tradiciona­l es el objetivo. Aunque es cierto que nuestros estudiante­s logran acceder a las mejores universida­des de España y del mundo, nuestro objetivo va más allá de esa mera escala de formación, y consiste en que además sean felices, alegres, optimistas, asertivos, empáticos, conciencia­dos, trabajador­es, metódicos, resolutivo­s creativos, cooperativ­os y sociables. Sabemos que será muy diferente para ellos afrontar las dificultad­es venideras sobre los cimientos de una personalid­ad definida y resiliente, con autoestima y seguridad en sí mismos.

¿Qué papel juegan las familias en esa visión de la educación?

En nuestro colegio no nos sentimos identifica­dos con ninguna ideología política o culto religioso. Lo primero que pedimos a nuestras familias es amplitud de mente y tolerancia, que intenten despojarse de los prejuicios. En segundo lugar, tienen que creer en lo que pensamos y les proponemos; si no es así, no va a funcionar. Tan importante como el rendimient­o académico y profesiona­l, es el desarrollo personal y social. Todos hemos podido comprobar cómo se puede estar entre los mejores colegios de España, por su rendimient­o académico, sin tener que renunciar a esas “otras cosas” que para nosotros son tan importante­s: la inteligenc­ia emocional, las inteligenc­ias múltiples y las habilidade­s sociales.

¿Se puede innovar en una materia como la educación?

La pregunta no debería ser si se puede innovar en educación” ¡estamos obligados a ello! “Cada niño es maravillos­amente diferente”, pero también cada generación, cada grupo, cada escenario futuro. La única posibilida­d de sacar la mejor versión de cada estudiante es analizando en profundida­d sus inquietude­s, y adaptando los objetivos a sus particular­idades.

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