La Razón (Andalucía)

«Caso Julen»: dos años sin cicatrizar

Los padres siguen sumidos en la tristeza y perdieron el pasado año el bebé que esperaban, tras haber enterrado a dos hijos

- POR I. NARANJO

Cuando España no se había recuperado aún del estupor y la conmoción que supuso el caso del joven Gabriel Cruz en Almería, asesinado por Ana Julia Quezada en febrero de 2018, otra desaparici­ón en este caso de un menor de apenas dos años de vida en Málaga removió los corazones de todo el país.

El «caso Julen» mantuvo en vilo durante trece días miles de personas a lo largo y ancho de la geografía española pendientes de la que fue llamada mayor obra de ingeniería desplegada para localizar a un niño de dos años a quien la fatalidad hizo ser protagonis­ta de una tragedia sin precedente­s.

Dos años después, aún permanecen abiertas las heridas por una muerte que será difícil olvidar y que tiene sumidos en la más profunda de las tristezas a sus padres, José Roselló y Vicky, que además perdió el pasado año el bebé que esperaba tras haber enterrado a dos hijos; no sólo el pequeño Julen sino un hermano de éste que falleció en 2017 víctima de un infarto.

En medio de ese trance, los abogados de la familia y del único acusado por el fallecimie­nto del menor llegaron a un acuerdo que posibilitó la celebració­n de un juicio que hubiera ahondado más si cabe en las heridas y en el enfrentami­ento de dos familias que hasta aquel fatídico día eran más que amigos, –no en vano José Roselló y la pareja del único acusado mantienen lazos de sangre–.

Con todo, David Serrano, el dueño de la finca, aceptó ser condenado por homicidio imprudente a un año de prisión y a indemnizar a cada uno de los padres con 89.500 euros, montante que habría de abonarse periódicam­ente a razón de 50 euros mensuales.

El fallo judicial condenó igualmente a Serrano a pagar 663.982 euros a la Junta de Andalucía por los gastos en las tareas de rescate, además de a la multa de 300.001 euros acordada por el

Consejo de Gobierno de la Administra­ción regional a instancias de la Secretaría General de Industria, Energía y Minas.

El pasado 11 de enero, un Juzgado de Málaga acordó mantener la suspensión de la pena de prisión a la que fue condenado Serrano, si bien advirtió de que el dueño de la finca deberá ser advertido «de manera personal de su posible revocación» si se producen impagos de la indemnizac­ión a la que fue condenado y no informa de su situación económica al citado órgano judicial. El abogado del condenado señaló que su situación económica es muy precaria e incluso tuvieron que prestarle el dinero para evitar evitar la entrada en prisión por los impagos de la indemnizac­ión.

Los hechos ocurrieron minutos antes de las dos de la tarde del domingo 13 de enero de 2019 en una finca localizada en el cerro conocido como Dolmen de la Corona, en el término municipal de la localidad malagueña de Totalán. Allí, José y Victoria, se habían desplazado para pasar el día junto al propietari­o de la parcela, David Serrano y su pareja, junto a la hija de ambos.

Mientras los progenitor­es preparaban una paella, el niño que encogió los corazones durante varias semanas a toda España, cayó a un pozo de prospecció­n de agua de más de cien metros de profundida­d y 25 centímetro­s de diámetro. Una cavidad tan sumamente estrella, por la que tan sólo hubiera cabido el cuerpo de alguien tan pequeño.

Percatados y alarmados tras perder de vista al menor sus padres emprendier­on una búsqueda nerviosa y desesperad­a hasta toparse con varios senderista­s que dieron cuenta de lo ocurrido al servicio de Emergencia­s 112.

Trece largos y angustioso­s días después llegó el fatal desenlace de madrugada y el cuerpo del pequeño fue rescatado por efectivos de la Guardia Civil que junto a ocho mineros especializ­ados acometiero­n la fase final del rescate.

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LORENZO CARNERO /PUNTOPRESS La casa de los padres de Julen, un santuario de recuerdos

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