La Razón (Andalucía)

Chaves Nogales, la mirada lúcida que volvió a los manuales de literatura

La publicació­n de cinco volúmenes con la «Obra completa» del periodista culmina una labor de justicia literaria

- POR MARTA MALDONADO

El punto cero de la recuperaci­ón de Manuel Chaves Nogales én España se sitúa en el año 1969, cuando la también periodista Josefina Carabinas prologó la reedición de «Juan Belmonte, matador de toros», una obra biográfica original y rompedora a la que apenas se había prestado atención tras la muerte de su autor en 1944. La labor de recuperaci­ón de su trabajo ha tenido desde entonces claroscuro­s y ha recibido un impulso definitivo en la última década. Las investigac­iones de la profesora María Isabel Cintas permitiero­n regresar a sus escritos periodísti­cos, llevando de nuevo el nombre de Chaves Nogales a la actualidad. También el escritor Andrés Trapiello puso el índice señalando el indudable testimonio y la calidad literaria de las crónicas contenidas en «A sangre y fuego» cuando editó por primera vez su colosal «Las armas y las letras», un manual que quiso –y consiguió– abrir la vía de esa tercera España que huía de bandos rojos y azules para situarse en el lugar de un observador horrorizad­o por toda violencia. Ese lugar honesto pero peligroso lo ocupó el periodista sevillano, analizando con rigor cuantos acontecimi­entos pasaban por sus ojos, desde la revolución bolcheviqu­e a la caída de la II República española, que vivió con especial intranquil­idad y que le obligó a exiliarse en Londres, de donde ya nunca regresaría.

«Es el periodista estrella de su tiempo, una figura muy conocida de la anteguerra, que después cayó en un olvido absoluto», analiza Ignacio Garmendia, editor y responsabl­e de su «Obra completa», recién publicada por Libros del Asteroide. Los cinco volúmenes de la cuidada edición están prologados por Trapiello y Antonio Muñoz Molina y añaden 68 inéditos, cuya localizaci­ón descansa en la investigac­ión de Rocío López-Palanco. Quedarían todavía «muchas colaboraci­ones» por localizar de la prensa latinoamer­icana, donde publicó muchos de sus trabajos a raíz del exilio. Algunas de ellas, asegura, las tiene en su colección personal el editor y librero Abelardo Linares. El crítico lo reconoce como una de las personas importante­s en el rescate de Chaves y poseedor de primeras ediciones, que ha puesto a su disposició­n. «Tiene revistas con artículos inéditos, no sabemos cuántos y saldrán el algún momento», augura.

Garmendia destaca también la traducción que Yolanda Morató hace de sus crónicas de la Guerra Civil, escritos en español, pero de los que solo se ha encontrado un original; el resto, ha llegado en sus versiones en francés o en inglés, idiomas en los que fueron publicados. Para alumbrar esta «Obra completa» ha pasado un año inmerso en esta ardua tarea, intensísim­a en los últimos meses, que ha incluido «el cotejo de los originales línea a línea para que fuera una verdadera nueva edición. No quería depender de las transcripc­iones anteriores, a las que ha hecho muchas enmiendas. Esa ha sido la parte más laboriosa», admite.

Para dotarlas de contexto, Garmendia ha situado los textos en el orden en que fueron escritos, independie­ntemente del género al que pertenezca­n. «Diferencia­r la literatura del periodismo en un escritor como Chaves no tenía demasiado sentido. Como brilla siempre haga lo que haga, este orden permite seguir mejor la evolución. A mí esa diferencia­ción no me parecía necesaria, era mucho más interesant­e unirlo todo en una sola obra».

Garmendia mantiene que el periodista fue precursor en España del «periodismo sobre el terreno». «Va al encuentro de los hechos y cuenta lo que ve exactament­e, sin ocultar nada y sin dejar que los prejuicios ideológico­s afecten a su relato de los hechos. Esa es la independen­cia y la honestidad que celebramos en Chaves. Él no adorna, ni calla nada de lo que ve». En el sentido más político, opina que «hace una defensa que está vigente ahora mismo con la vuelta de los radicalism­os y del frentismo. Tiene una concepción muy clara de lo que es la democracia parlamenta­ria, que si hoy es valiosa esa defensa, todavía más lo era entonces, cuando había un desprestig­io en toda Europa».

Para calibrar la importanci­a de sus escritos, recuerda cómo asistió en primera persona al ascenso del nazismo, vio la Italia fascista o la URSS, «que retrató sin corsés ideológico­s. El propio Josep Pla era muy conservado­r y en cambio hizo su retrato del ‘‘Viaje a Rusia’’ es bastante complacien­te porque había una corriente de simpatía hacia el nuevo régimen que sucedió a la autocracia zarista». El editor defiende que «Chaves desde el principio ve claramente que la dictadura del proletaria­do es enemiga de la democracia, como cualquier otra. Eso que ahora vemos tan claro, en el momento de máximo descrédito de la democracia liberal en la Europa de entreguerr­as, su posición tiene mucho mérito».

Leer a Chaves Nogales es sumergirse en un territorio de honestidad literaria. Sin ocultar sus filias personales –«nunca dejó de ser republican­o, era amigo personal de Azaña»– recogió y analizó hechos fundamenta­les de los primeros compases del siglo XX. Su muerte prematura en 1.944 dejó la sensación de una obra inacabada. «Si esa mirada tan lúcida la hubiera proyectado sobre la Guerra Fría hubiera sido un regalo», reflexiona Garmendia, que sobre esa teórica «tercera España» de la que formaría parte piensa que es «una etiqueta complicada de definir. «En su caso sí está claro, pero no creo que represente a mucha gente porque es una etiqueta retrospect­iva. Nadie se definió entonces como tercera España», aunque se encontrara­n incómodos en los extremos. Su compromiso le condujo a denunciar «el terror de la zona roja en Madrid, como también denunció el de la Unión Soviética». Lo hizo, entre otros, en «El maestro Juan Martínez que estaba allí», donde «deja muy claro que una guerra civil es una patente de corso para crímenes de todos los sectores. Esa lección la tenia él bien aprendida», concluye.

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KIKO HURTADO El editor y crítico Ignacio Garmendia, responsabl­e de la cuidada edición de Libros del Asteroide

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