«LA TERAPIA MÁS AGRESIVA QUITA LAS GANAS DE COMER»
-¿Hay que variar la dieta durante la quimioterapia? -La mayoría de alimentos consumidos en dieta equilibradas no entorpecen las estrategias terapéuticas contra el cáncer; sin embargo, sí debemos tener en cuenta la ingesta de grandes cantidades de ciertos alimentos y determinados tipos de tumores. Por ejemplo, la soja no debe consumirse en altas dosis ni en forma de suplementos en cáncer de mama durante el tratamiento con hormonoterapia ni quimioterápicos tipo taxano (docetaxel, paclitaxel…) también con estos últimos. El zumo de pomelo también afecta a la concentración de ciertos quimioterápicos… Por eso siempre se aconseja la supervisión y acompañamiento dietético. Debemos recordar cocinar y lavar bien los alimentos, evitar carnes procesadas no cocinadas, ya que durante el tratamiento el sistema inmune se encuentra más deprimido. ¿Requieren los tumores metastásicos una alimentación más específica?
-Solamente por este hecho no. Sí requerirá una alimentación específica y personalizada según sus necesidades y conforme éstas vayan cambiando tendrán que ir ajustándose, al igual que el resto de pacientes con cáncer, por eso es tan importante el seguimiento a lo largo de todo el proceso. Aunque siempre un tratamiento más agresivo y duradero requiere una alimentación más específica. -¿Es mejor que se realicen varias comidas al día en pequeñas cantidades?
-Siempre es recomendable realizar este tipo de esquema, así conseguimos asegurar un buen aporte nutricional, evitamos la saciedad precoz así como otros efectos adversos que puede conllevar una comida copiosa. Cuanto más duraderos y agresivos son los tratamientos de los tumores más les quitan a los pacientes las ganas de comer. Ya hemos visto que se les alteran los olores y los sabores y puede que solo el aroma de una comida demasiado copiosa les quite el apetito. Para conseguir que coman y evitar su desnutrición es preciso ofrecerles comer varias veces al día y en pequeñas cantidades.