Los hospitalizados por coronavirus bajan por primera vez en un mes
El Gobierno andaluz trabaja en un plan de ayuda para la hostelería que estará ultimado en febrero, con especial incidencia en Málaga por el «duro golpe del cierre obligado»
Un dato para la esperanza. Los hospitalizados por coronavirus han bajado por primera vez en un mes en Andalucía, un síntoma de que la curva de la tercera ola de la pandemia empieza a doblegarse. Los expertos señalan que se entra en una fase de «picos de sierra», según señaló el presidente andaluz, Juanma Moreno. En concreto, permanecen ingresados 4.911 pacientes, 69 menos que la víspera. No obstante, continúa siendo un registro abultado que mantiene en jaque a los sanitarios y a los directores de los hospitales, que reorganizan recursos y espacios casi a diario para atender el aluvión de ingresos. La cifra de pacientes que permanecen en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) también ha bajado sensiblemente. Hay 702, tres menos que el martes pero 96 más que hace una semana.
Por contra, los nuevos positivos repuntan tras varios días bajando. Ayer se contabilizaron 5.000, un dato superior a los 3.795 contagios del martes y los 4.286 del lunes. Estas cifras arrojan una tasa de incidencia de 894,3 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días, que son 29,8 puntos menos que la que se registró el martes (924,1) y 21 puntos inferior a la del miércoles de la semana pasada (915,3). En cuanto a los fallecimientos, hay que anotar un total de 88. Málaga y Cádiz son las provincias que más decesos suman, con 21 en cada una, seguidas de Granada con doce, Sevilla con diez, Almería y Córdoba con nueve y Jaén con seis. Huelva es la única provincia sin muertes.
Ayer fue la primera jornada de cierre de la actividad no esencial en grandes ciudades como Málaga, Dos Hermanas o Marbella. La petición del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, de revisar esta medida y no esperar a los 14 días no ha tenido ningún respaldo en el seno del Gobierno andaluz. El presidente de la Junta, Juanma Moreno, argumentó que el Ejecutivo autonómico trabaja en estos casos con «parámetros que no marcamos los políticos» y esgrimió en este sentido que «por encima de los 1.000 casos es tremendamente preocupante y se cierra la actividad no esencial».
Tras insistir en «escuchar a los expertos y darles la palabra en la toma de decisiones», Moreno subrayó que «si adelantamos etapas podemos vivir con frustración».
Igualmente, expresó su pesar por el cierre de la actividad de la hostelería en Málaga e instó a «seguir los consejos de los expertos, de los científicos», tras apelar a que «se consolide la caída de los infectados que nos garantice la movilidad y la actividad del comercio y la restauración». Para intentar paliar esta situación, Moreno anunció que el Gobierno andaluz trabaja en una iniciativa de ayuda al sector. «Preparamos un plan de ayuda que esperamos tener ultimado en este mes de febrero para la hostelería y la restauración», remarcando que esta iniciativa «en Málaga tendrá una especial incidencia por el duro golpe del cierre obligado».
En la misma línea se expresó el vicepresidente de la Junta, Juan Marín, quien confirmó que modificar el cierre perimetral de los municipios en caso de que mejore su tasa de contagio «no está sobre la mesa del Consejo de Gobierno», tras argumentar que la decisión es una competencia de Salud Pública que se adopta «en función de criterios que no son solo la tasa de 500/1.000 contagios por cada 100.000 habitantes». «Son muchos los ítems a la hora de valorar el cierre perimetral de un municipio», insistió.
Ante el cierre «injusto» de la actividad no esencial, comerciantes y hosteleros volvieron a lanzar una nueva petición de auxilio a las administraciones públicas. «No podemos más» es el resumen de ese grito desesperado que, admiten, está llevando ya a muchas familias a no tener capacidad económica para salir adelante. Muchos empresarios de la hostelería malagueña no se resignan ante este nuevo «varapalo» y tratan de seguir trabajando con pedidos a domicilio.