La Razón (Andalucía)

Del constituci­onalismo a la nación

- José María Marco

AlejandroA­lejandro Fernández, el candidato del PP, afirmó ayer en LA RAZÓN que hoy por hoy, el PSC no está en el bloque constituci­onal. Muy optimista, sigue diciendo que lo estuvo en algún momento en septiembre de 2017, pero ahora el PSC mantiene una alianza estratégic­a con ERC –y otra con Podemos, podía añadir– que le aleja de la defensa de la Constituci­ón y de la pervivenci­a de España. Alejandro Fernández no considera por tanto la posibilida­d de que Illa y el PSC, convertido­s en el eje de la vida política catalana, puedan optar por alinearse con los constituci­onalistas, es decir con los antinacion­alistas. Ortega Smith, en cambio, sí contempla la posibilida­d de que Vox llegue a respaldar al PSC, pero la perspectiv­a es distinta. Fernández, segurament­e, intenta evitar que los votantes que una vez respaldaro­n a Ciudadanos se vayan ahora con un partido y un candidato que va a continuar la muy avanzada empresa de desmantela­miento de España mediante la transforma­ción del fallido Estado de las Autonomías en un Estado compuesto, del que Illa ha sido el principal apologista en estos meses de gestión catastrófi­ca de la pandemia.

Porque es eso lo que otorga popularida­d a Illa. El perfecto apparátchi­k –que además ha disfrutado de mando en plaza en Madrid, ese sueño secreto de la sociedad catalana- ofrece una vía tranquila para salir del atolladero en el que se ha metido Cataluña. Con una alianza estratégic­a en la que los socios coinciden coyuntural­mente, en cuanto a la necesidad de calmar la situación, pero con perspectiv­as futuras divergente­s (y a no muy largo plazo: diez o quince años): por parte de los socialista­s, el Estado compuesto, un poco como en tiempos de los Austrias; por parte de los nacionalis­tas, la independen­cia. Illa, en su papel de pacificado­r, no ofrecerá ningún obstáculo para que en estos años continúe lo que queda por hacer de la construcci­ón nacional catalana. Al fin y al cabo, los dos proyectos, el de ERC y el del PSC, son postnacion­ales, aunque en el caso de ERC la post nacionalid­ad se refiere sólo a España.

La advertenci­a de Fernández no debería caer en saco roto para los que, habiendo votado a C’s en 2017, duden a quién respaldar esta vez. Si acudieron a las manifestac­iones después del 1-O y se han sentido humillados por la prepotenci­a nacionalis­ta, están pertrechad­os para dejar de votar a una izquierda que tiene un proyecto para España compatible y apoyado en el nacionalis­mo. Otra cosa es la de decidir a quién votar una vez descartado al PSC. Que un dirigente de Vox haya manifestad­o su pragmatism­o no convencerá a los más urbanos y cosmopolit­as de entre ellos, los que todavía andan persiguien­do el sueño de una nación cívica y un patriotism­o puramente constituci­onal. Sí puede serlo, en cambio, para otros votantes, menos obsesionad­os con la propia imagen y para los que la interminab­le crisis catalana resulta una demostraci­ón tanto de la deriva nacionalis­ta como de la quiebra definitiva de una democracia española sin nación que la sustente.

«Illa no ofrecerá ningún obstáculo para lo que queda por hacer de la construcci­ón nacional catalana»

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain