La Razón (Andalucía)

Von der Leyen entona el mea culpa en las vacunas

Admite haber sobrestima­do la capacidad de producción de los laboratori­os

- Mirentxu Arroqui - Bruselas

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha entonado el mea culpa, ante el descredito ocasionado por la lentitud en la campaña de vacunación europea. La política alemana compareció ayer ante el pleno del Parlamento Europeo para hacer un acto de contrición por los errores cometidos, pero también para mantener que los laboratori­os no están cumpliendo los contratos firmados. «Hemos sido demasiado optimistas con la capacidad de producción y quizás estábamos demasiado seguros de que lo que habíamos encargado y pagado se nos iba entregar a tiempo», aseguró Von der Leyen. Bruselas ha vivido estas pasadas semanas una guerra sin cuartel con la farmacéuti­ca AstraZenec­a después de que el laboratori­o anunciara un recorte en un 75% respeto a las reservas encargadas por los Veintisiet­e.

Hasta ahora, Bruselas ha conseguido un ligero aumento que tan solo supone la mitad de lo prometido por la firma británica.

La brecha en el ritmo de vacunación respecto a Reino Unido o países como Israel han sacado los colores de la Comisión, que sigue manteniend­o el objetivo de que el 70% de la población europea haya sido vacunada en verano. Von der Leyen terminó el año con buen sabor de boca, después de haber liderado la estrategia de compra conjunta de las vacunas por parte de los Veintisiet­e. El objetivo era y sigue siendo no repetir los mismos errores que durante la primera oleada de la pandemia, cuando los Estados miembros se pusieron zancadilla­s para acaparar material médico como mascarilla­s y test.

La política alemana recalcó ayer que, sin esta iniciativa de compra centraliza­da, «los Estados miembros más grandes hubieran garantizad­o su distribuci­ón distribuci­ón de las vacunas y hubieran dejado a los demás en la cuneta», lo que hubiese supuesto el fin del proyecto europeo. Pero tras los serios reveses con los laboratori­os, Von der Leyen se enfrenta a su crisis más honda desde que cogió el testigo de Jean Claude Juncker hace más de un año. En estas semanas ha sufrido a una catarata de críticas y se ha puesto en cuestión su capacidad para llevar la batuta del club comunitari­o en tiempos de zozobra. Quizás el mayor error tuvo que ver con la puesta en marcha de un mecanismo para controlar la exportació­n de vacunas, con el objetivo de comprobar que los laboratori­os no desvíen a terceros países los antídotos comprometi­das con los Veintisiet­e.

El gran problema radica en que Bruselas invocó una cláusula del acuerdo del Brexit que permite imponer controles fronterizo­s entre las dos Irlandas. Una posibilida­d que desató las iras de Reino Unido e Irlanda, ante la amenaza de que esto derivase en el fin de la paz en el Ulster. «Lo lamento profundame­nte», aseguró la presidenta de la Comisión Europea. Aunque Von der Leyen reaccionó con rapidez a este error, sus explicacio­nes posteriore­s dañaron profundame­nte su imagen en Bruselas, donde no cuenta con demasiados aliados.

Se le acusa de haberse encerrado en su equipo de confianza –el mismo que durante su etapa como ministra de Defensa alemana– y de haber desdeñado el consejo de funcionari­os veteranos y de otros miembros de la Comisión. En la burbuja comunitari­a se asegura que muchos miembros el Ejecutivo comunitari­o apenas se enteran de las grandes decisiones hasta que están ya cocinadas por el sanedrín de Von der Leyen. Hasta Juncker ha criticado públicamen­te a su sucesora.

La política alemana, consciente de que comienza a tener demasiados voces en contra, ha emprendido estos días una campaña de apaciguami­ento en la capital comunitari­a. Ha puesto en marcha un grupo de trabajo para aumentar la producción de las vacunas comandado por el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, y, antes de su comparecen­cia, se reunió con los grupos del Parlamento Europeo para explicarle­s los problemas en la estrategia de vacunación. Unas maniobras que, si bien no han disipado todas las dudas, han atemperado las críticas.

En el hemiciclo europeo tuvo que enfrentars­e ayer a las protestas de todos los grupos políticos que volvieron a pedir la publicació­n sin censura de todos los contratos suscritos con las farmacéuti­cas. Hasta el momento, tan solo se conoce de manera parcial los convenios con AstraZenec­a, Curevac y Sanofi y se desconocen muchos aspectos cruciale, como el precio por dosis, el calendario de entrega o sobre quién recae la responsabi­lidad civil.

Para calmar los ánimos, Von der Leyen prometió la puesta en marcha de un grupo de enlace con el Parlamento Europeo. En el debate de ayer, populares, socialista­s y los liberales de Renew Europe dieron un voto de confianza a la presidenta, a pesar de las críticas. El tono menos complacien­te llegó por parte de la izquierda europea, que defiende la liberación de las patentes por parte de los laboratori­os y que la vacuna sea declarada un bien público. De momento, Bruselas confía en seguir negociando con los laboratori­os para que aumenten su capacidad de producción y que lo acontecido en las últimas semanas sea un traspiés en una carrera de fondo. «La ciencia ha superado a la industria», explicó la política alemana como análisis de la situación.

LAS FRASES

Hemos sido demasiado optimistas con la capacidad de producción y quizás estábamos demasiado seguros de que lo que habíamos encargado y pagado se nos iba entregar a tiempo»

Tenemos que saber que todavía quedan tiempos duros para superar el virus y las mutaciones que se están produciend­o»

Ursula von der Leyen

Presidenta de la Comisión Europea

 ?? AP ?? La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ayer en el Parlamento Europeo
AP La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ayer en el Parlamento Europeo

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