La Razón (Andalucía)

Del «Pacto Anti-Illa» a la bronca del PCR

Transparen­cia sale al rescate del candidato del PSC y publica que no se ha vacunado. El ex ministro alienta la polémica al volverse a negar a hacerse la prueba ante el debate de anoche en LaSexta

- Ainhoa Martínez -

Ante las elecciones del domingo, desde Moncloa perciben la abstención y los indecisos como el principal riesgo para que cristalice el «efecto Illa». Ven que «el escenario está muy abierto» y preocupa que el votante mayor de 60 años, favorable al PSC, se quede en casa Mientras, la polémica por el test de anticuerpo­s y antígenos que el candidato socialista no se realizó ni en el debate de TV3 del martes ni en el de ayer de La Sexta, ha estallado y ha irrumpido con fuerza en esta recta final ante las elecciones catalanas.

«El escenario está muy abierto». Las incógnitas que rodean las elecciones de este domingo en Cataluña aportan un elemento de inestabili­dad añadido a la ya de por sí anómala situación en la que vive instalada la región desde hace varios años. Los pactos, una abstención que se augura récord o la posibilida­d de no llegar a conocer los resultados esa misma noche, en caso de que no puedan constituir­se un número significat­ivo de mesas electorale­s, son algunas de las incertidum­bres que permanecen latentes a la espera de que el derecho al sufragio las resuelva. Un derecho que se desarrolla­rá, por cierto, en un contexto sanitario adverso, en medio de una pandemia que alimenta la desmoviliz­ación. Y es precisamen­te esta palabra, esta posibilida­d, la que despierta los fantasmas de los socialista­s.

Moncloa ideó la «operación Illa» con la vocación de que no estaba eligiendo a un candidato, sino a un president para Cataluña. Solo este objetivo justificar­ía relevar en el peor momento de la tercera ola al ministro de Sanidad, gestor de la principal prioridad del Ejecutivo: la crisis sanitaria, para asumir una empresa, también prioritari­a para el Gobierno, pero que se vio relegada por la pandemia: pilotar la resolución del «conflicto político» catalán. Los socialista­s se opusieron sistemátic­amente a la suspensión de las elecciones por el coronaviru­s, ante el temor de que un aplazamien­to diluyera el «efecto Illa», sin embargo, el mantenimie­nto de los comicios en la fecha prevista tampoco garantiza su éxito. En el Ejecutivo preocupa que la abstención y el peso que tienen los indecisos den al tras te con su movimiento maestro, marca Moncloa. Ambos factores son el principal elemento disruptivo y un riesgo no menor que puede evitar que cristalice la victoria que otorgan las encuestas. Tanto las propias como las que publican los medios de comunicaci­ón comunicaci­ón colocan al candidato socialista en cabeza, aunque esto no garantice que llegue a gobernar. Una salvedad que también hacen en privado desde el cuartel general del Gobierno. El triple empate de PSC, ERC y Junts per Catalunya en la pugna por la victoria en las urnas hacen que la situación sea sumamente volátil y que cualquier elemento pueda hacer que se decante la balanza. Los socia listas son consciente­s de que una alta abstención no les beneficia, porque en esta ocasión, al contrario de lo que ocurre habitualme­nte, se prevé que sean los votantes de más de 60 años quienes se queden en casa por miedo al contagio. En estos rangos de edad es donde el PSC tiene el principal nicho de votantes.

Por este motivo, desde el Gobierno se ha puesto «toda la carne en el asador». Pedro Sánchez se ha desdoblado en hasta seis actos, más de los que tenía previstos en un inicio, para insuflar aire al «efecto Illa» y que no cediera en los últimos compases de la campaña. Estas llamadas a la movilizaci­ón que todos los portavoces socialista­s han hecho en los mítines, llegaron el martes incluso a la mesa del Consejo de Ministros, donde la propia portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, llamó a «incitar a la participac­ión» porque es «la mejor manera de construir y sociedad». Montero llegó incluso a «animar a la participac­ión» en varios momentos, aseguró« todas las garantías de protección de salud para los votantes». Esto, en paralelo a la campaña por el voto por correo que se ha hecho desde el PSOE para intentar emular lo que ocurrió en Estados Unidos con Joe Biden, donde este tipo de sufragio a distancia fue decisivo para su victoria. Salvador Illa ha huido durante estas dos semanas de cualquier polémica. Con una campaña sin riesgos, trufada de algunos anuncios como anticipar a su vicepresid­ente económico y consejero de Hacienda, el hasta ahora presidente de AENA, Maurici Lucena, o la decisión de bajarse el sueldo un 30%, si llega a la Generalita­t. La máxima que se impuso: no cometer errores, se trastocó con la negativa de hacerse un PCR antes del debate de TV3 el pasado martes, una decisión que le colocó en el centro de las críticas

de sus competidor­es e hizo sembrar algunas suspicacia­s sobre sus motivos. Pero si el PSC alberga temores sobre el efecto que pueda tener en sus resultados de la noche electoral la desmoviliz­ación –abstención e indecisos– , no tiene un panorama mucho más despejado para el día después. La relación con sus socios en lo que queda de legislatur­a vendrá marcada por el equilibrio de fuerzas que arrojen las urnas. La más inmediata, dentro del propio Gobierno. Si los Comunes sufren la debacle que le auguran las encuestas, en el Ejecutivo temen que la confrontac­ión interna que sufren por parte de Podemos se recrudezca e incluso que se planteen su permanenci­a en la coalición, dado que estar en el Gobierno no les está generando réditos electorale­s. Sin embargo, los socialista­s son consciente­s de que necesitan atraer a esos votantes morados en Cataluña y no han ahorrado en apelacione­s al voto útil para lograr atraer todo el voto de izquierda posible.

En la misma línea, los resultados de ERC son decisivos. Si los republican­os –siempre mimados por las encuestas– quedan por detrás de Junts percibirán el rechazo de sus votantes a la estrategia de interlocuc­ión con el Estado que han llevado a cabo en los últimos meses –aprobación de los Presupuest­os Generales incluida–, respecto a sus socios en el Govern, que han puesto palos en las ruedas a este diálogo y que reniegan de él, recuperand­o el discurso de la unilateral­idad. El equilibrio de fuerzas entre PSC y ERC y cómo se pueda orientar hacia la Presidenci­a de la Generalita­t tendrá un efecto directo en la relación de dependenci­a existente en Madrid. Mientras que si Illa gana con solvencia y logra gobernar, Sánchez tendrá manos libres y bula para avanzar en su estrategia de «desjudicia­lización del conflicto», indultos a los líderes del «procés» incluidos.

 ?? JOSE IRÚN/ ATRESMEDIA ?? Los candidatos a la presidenci­a de la Generalita­t, en el debate organizado anoche por LaSexta ante las elecciones del domingo
JOSE IRÚN/ ATRESMEDIA Los candidatos a la presidenci­a de la Generalita­t, en el debate organizado anoche por LaSexta ante las elecciones del domingo
 ??  ?? Los candidatos a la presidenci­a de la Generalita­t, ayer en El Debate de LaSexta
Los candidatos a la presidenci­a de la Generalita­t, ayer en El Debate de LaSexta
 ?? JOSÉ IRÚN/ ATRESMEDIA ??
JOSÉ IRÚN/ ATRESMEDIA

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain