Remontada a medias
El Athletic iguala el gol inicial del Levante pero comenzará la vuelta en desventaja
Igual que en sus tres partidos anteriores, el Athletic comenzó perdiendo en la Copa y rescató el resultado gracias a un cabezazo salvador, en este caso de Íñigo Martínez. El Levante se adelantó mediante Melero en una magnífica primera parte pero no aguantó el empuje de los vascos tras el descanso. La resolución será en Valencia dentro de tres semanas y la ventaja, exigua como la merienda de un anacoreta, es para el conjunto granota. En realidad, todo está por decidirse.
Regaló el Athletic la primera mitad, 45 minutos en los que los leones fueron mininos a merced de un Levante osado hasta la insolencia. Ausente Campaña, Radoja y Melero conforman un doble pivote de fuste que alimenta a su trío de medias puntas y pisa área para finalizar. Una aventura de Coke por la derecha, por ejemplo, que conectó con De Frutos y el centro de éste cayó a los pies del centrocampista madrileño, que se enredó en la primera intentona y fusiló a Unai Simón en la segunda. Marcelino fumaba en pipa, no sólo por encajar ese gol en casa que tanto duele, sino porque el fútbol de sus chicos era del todo inofensivo
Tan mal lo veía el técnico asturiano, que hizo tres cambios en el descanso, un mensaje cristalino de que aquello no podía seguir así que se tradujo en un asedio sobre la portería de Cárdenas, heroico para repeler los remates sucesivos de Raúl García, Berenguer y Williams, todos en posición franca. No pudo el joven portero granota con el cabezazo de Íñigo Martínez, soberbio, a la salida de un córner lanzado como acostumbra a hacerlo Muniain, de forma magistral. Cuando se atasca, al conjunto vizcaíno siempre le queda el recurso del balón parado.
La igualada parecía dejar conforme a ambos o, más bien, el miedo a encajar un segundo gol empujó a ambos técnicos a la prudencia. Quería más el Athletic, pero sin destaparse, y estaba el Levante encantado con un marcador que, de inicio, lo clasificará en la vuelta. La espera para jugar una semifinal ha sido de casi noventa años y no era plan de cargarse el invento por un exceso de ambición. Paco López metió a Vezo, un tercer cañón antiaéreo para los últimos balones colgados que pudiera dispensar Munian. De hecho, todavía tuvo un remate el equipo local, en el enésimo saque de esquina botado por su capitán directo a la cabeza de Yeray, cuyo remate picado murió en las manos de Cárdenas tras rozar el brazo de Morales. El VAR escrutó la acción con el mimo con el que estudia cada posible beneficio al grande pero no había manera esta vez.