La Razón (Andalucía)

El último chivo expiatorio de Maduro

La esposa del requerido por el régimen suplica a Sánchez que frene la entrega: «No permita que nos quedemos sin él»

- POR ESTHER S. SIETEIGLES­IAS MADRID

Cismary Marcano implora al Gobierno de Pedro Sánchez. La venezolana de 35 años está completame­nte desesperad­a, sabe que el tiempo corre en su contra, pero la única prioridad ahora es «salvar» a su marido. La joven utiliza este verbo pues sabe perfectame­nte el destino que correrá su marido si finalmente España extradita a Ernesto Luis Quintero a Venezuela. De momento, Quintero aguarda en la cárcel de Soto del Real. La «suerte» que ha tenido el venezolano que llevaba tres años residiendo en España es que, debido a la pandemia, las conexiones aéreas entre Madrid y Caracas son prácticame­nte inexistent­es. El jueves, en una entrevista con LA RAZÓN, Marcano avisaba de que le habían dicho que la entrega de su marido era inminente, «en el primer vuelo que haya desde España a Venezuela». A pesar de estar privado de su libertad, es la fase final de todo esta pesadilla judicial la que atemoriza a Marcano, el viaje a Caracas, el ingreso en una cárcel del régimen chavista, el fundido a negro y el fin de las comunicaci­ones. Por lo menos, en las últimas 48 horas ha hablado un par de veces con su marido. Ayer, aunque Marcano está rota de dolor y apenas puede conciliar el sueño, comenzó a hacer campaña para que se conozca la «injusta situación en la que está» Quintero. La joven recordó a las autoridade­s españolas que su marido es «inocente» y que en caso de ser entregado al régimen de Nicolás Maduro podría ser «asesinado».

«Dependemos completame­nte de él. Es un buen hombre, es honesto, honrado, organizado y muy trabajador. No te puedes imaginar, es que en nuestro caso, nuestra vida depende totalmente de él», indica a este diario entre lágrimas. Ambos se conocieron en el Estado de Zulia y llevan 17 años juntos. «Tardamos en quedarnos embarazado­s. Nos costó mucho, lo luchamos, pero gracias a Dios hace siete años nació nuestra pequeña». Una niña que ayer volvió a preguntar por su padre. «Desde que le conté que su papi ‘‘estaba de viaje’’, se ha puesto bastante malita. Además, aunque yo intente hacer como que todo está bien, ella presiente que algo malo está pasando, la presión. La he dejado con una vecina, también venezolana, que me la está cuidando. No tenemos a nadie aquí», comenta angustiada. «Por favor, mi marido no puede salir a Venezuela, esa niña se merece crecer con su padre, que es inocente...». Cismary Marcano tiene que coger aire, suspirar, y reponerse entre pregunta y pregunta. «Son días de mucha angustia y de mucha tristeza. Tengo mucha preocupaci­ón, nadie me da una respuesta positiva que me pueda tranquiliz­ar», lamenta. El régimen de Maduro lo acusa de un delito de estafa cuando era empleado en una casa de bolsa en Maracaibo. Según las autoridade­s chavistas, vendía inversione­s de sus clientes sin su autorizaci­ón y desviaba los fondos a las Islas Vírgenes. Sin embargo, Marcano insiste a LA RAZÓN que no sólo pueden demostrar con todo tipo de documentac­ión que su marido «es inocente y era un mero empleado de esta casa de cambio expropiada» por el chavismo. La Policía local, en un control rutinario aquí, lo detuvo en 2019 porque figuraba en la lista de Interpol. Quintero presentó a las autoridade­s policiales pruebas para que anularan el código rojo y un año después, la Interpol lo desactivó. Sin embargo, justo al conocer Venezuela que Quintero estaba residiendo en España, el chavismo puso en marcha la solicitud de extradició­n.

«Le ruego al presidente Pedro Sánchez que revise su caso. Que vea las pruebas que tenemos para demostrar su inocencia. Que le dé la oportunida­d. Le suplico por favor que no le envíe a Venezuela, donde será torturado. Que no permita que mi hija y yo nos quedemos sin él», implora Marcano. El despacho de Oliver abogados, especializ­ados en extradicio­nes, ha asumido hace 48 horas el caso pro bono. Ismael Oliver indica que, a pesar de lo avanzado que está el proceso, con el auto ya de extradició­n firmado por el Consejo de Ministros el 12 de enero, «todavía se puede acudir al Tribunal Constituci­onal y presentar ante la Audiencia Nacional un escrito pidiendo la suspensión como consecuenc­ia de la presentaci­ón del amparo. Además, entregarán una ampliación de la demanda de asilo, un recurso extraordin­ario para que así se suspenda la extradició­n».

«Es un buen hombre, es honrado, organizado y muy trabajador. Solo le tenemos a él», lamenta su mujer Cismary Marcano

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JESÚS G. FERIA Cismary Marcano, la esposa del venezolano al que España va a extraditar

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