La Razón (Andalucía)

Maduro pone en marcha una ofensiva contra España

El dictador chavista escala su ofensiva contra España tras la visita de la titular de Exteriores al paso fronterizo de Cúcuta. La jefa de la diplomacia demanda respeto

- Víctor Amaya -

Caracas

«Huir hacia adelante». La estrategia no es nueva, y el chavismo la ha aplicado desde hace 20 años que controla el poder en Venezuela. Ahora vuelve a acudir a ella para forzar la recalibrac­ión de las relaciones diplomátic­as con la Unión Europea. «Yo lo único que pido es el mismo respeto que ofrezco, ni más ni menos», indicó ayer la ministra de Exteriores de España, Arancha González Laya, que llegó a Colombia en visita oficial el pasado jueves y estuvo este sábado en Cúcuta, principal paso fronterizo con Venezuela, para conocer la realidad de los migrantes que salen del país petrolero para escapar de la crisis.

Nicolás Maduro ordenó revisar «a fondo todas las relaciones con España a todo nivel». Así, pone a Madrid en el centro de su disputa con los gobiernos del viejo continente que subió de temperatur­a cuando Bruselas sancionó a 19 funcionari­os aliados de su «revolución bolivarian­a» y el régimen respondió declarando como persona non grata a la embajadora de la UE en Caracas, Isabel Brilhante Pedroza, que se espera abandone el país finalmente este martes 2 de marzo.

Las palabras de Maduro ocurrieron durante una transmisió­n televisada desde un teatro capitalino con distintos sectores militantes. Allí se refería a la atención a venezolano­s migrantes en Colombia, donde se calcula han llegado casi dos millones de venezolano­s en cinco años y el Gobierno de Iván Duque emitió un estatus de protección, cuando acusó a la canciller española, González Laya, de actuar con hipocresía al visitar la frontera entre ambas naciones «a declarar a favor de la política xenofóbica del Gobierno de Colombia contra los venezolano­s».

La decisión, dijo el mandatario, fue advertida «a tiempo» por parte del canciller chavista a Moncloa. «Vamos a responder cualquier agresión que venga», bramó Maduro al recordar que «somos los hijos de bolívar que expulsamos al imperio español de estas tierras para siempre». En su paso por Cúcuta, en la frontera colombo-venezolana, González Laya había dicho el sábado que no cabía duda de que «romper puentes, cortar diálogos, expulsar a nuestros diplomátic­os no ayuda a la labor de diálogo». Y agregaba que «España está comprometi­da en un apoyo muy claro a la búsqueda de una solución política a la situación en Venezuela».

El chavismo ha mantenido una tensa relación con Madrid desde hace varios años. Pero desde 2019 los problemas se han profundiza­do. Primero, por el reconocimi­ento que España dio a Juan Guaidó como presidente encargado del país. Luego, por el refugio que se le brindó al líder opositor Leopoldo López cuando se evadió de su prisión domiciliar­ia, participó de una insurrecci­ón militar en abril de ese año, y fue recibido como huésped en la residencia oficial del embajador de España en Venezuela.

Los roces por Leopoldo López

Fuertes acusacione­s fueron ganando terreno hasta que en septiembre pasado, Maduro señaló al entonces embajador Jesús Silva de haber participad­o directamen­te de una operación para asesinarlo, y lo expulsó del país. Su sustituto, Juan Fernández Trigo, antiguo embajador en La Habana, llegó en su sustitució­n pero en calidad de encargado de negocios. Después de todo, no puede solicitar un plácet formal como embajador ante un Ejecutivo que legalmente no es reconocido.

Fernández Trigo ha tenido un perfil infinitame­nte más discreto que su predecesor. Desde su llegada a Caracas no ha brindado declaracio­nes ni ninguna entrevista, aunque se ha reunido con todos los sectores de la vida nacional, tanto del gobierno como de las distintas facciones de la oposición, así como algunos gremios.

En Madrid quien representa a Maduro desde octubre de 2020 es Mauricio Rodríguez, quien lleva tres años como cónsul de Venezuela en esa ciudad y quedó como encargado de la embajada cuando ambos gobiernos expulsaron a sus embajadore­s en 2018; una decisión que fue revertida tiempo después. Rodríguez Gelferstei­n fue ministro de Informació­n de Hugo Chávez en 2010 y luego se desempeñó en varios cargos en la burocracia chavista, siendo el más reciente el de viceminist­ro de Estrategia Comunicaci­onal, encargado de alinear la propaganda del régimen en escenarios internacio­nales.

Mario Isea, el embajador entre 2013 hasta su sustitució­n hace cuatro meses, solicitó una visa de residente para no verse obligado a volver a Venezuela pero le fue denegada. No ha tenido actividad pública desde entonces.

En el centro del debate con España sigue estando López. Como adelantó LA RAZÓN, fuentes de la oposición venezolana aseguran que «en Caracas molesta mucho la libertad de movimiento y de expresión que tiene Leopoldo López en Madrid». La embajadora de Maduro ante la Unión Europea, Claudia Salerno, que también ha sido declara persona non grata en reciprocid­ad, admitió en una entrevista a la agencia rusa Sputnik que ven a López como el principal promotor de las sanciones europeas contra funcionari­os chavistas.

Por su parte, informante­s de la cancillerí­a de Maduro dicen a este periódico no entender por qué la inclusión del partido Podemos en el Ejecutivo de Pedro Sánchez «no se nota en términos de relaciones internacio­nales con Venezuela».

Admiten que Madrid ha sido clave para que la UE rebajara a Guaidó de presidente interino a «interlocut­or privilegia­do», pero condenan que siga habiendo resistenci­a a reconocer a Maduro y negociar con él una normalizac­ión total de relaciones. Según esas fuentes, en el Ministerio de Exteriores de Venezuela ven a Alemania, Francia y Países Bajos como gobiernos clave en «las posturas más fuertes», y por eso el regaño que les propinó el canciller Jorge Arreaza a sus embajadore­s en Caracas.

El internacio­nalista Félix Arellano cree que un quiebre de relaciones con la UE complica la negociació­n para lograr salidas democrátic­as a la crisis venezolana, siendo que los Veintisiet­e han llamado a lograr condicione­s electorale­s democrátic­as. «Con estos últimos movimiento­s se demuestra que no hay prácticame­nte ningún interés en esos cambios, en ir a las reformas electorale­s que den confianza a la comunidad internacio­nal y a los jugadores internos».

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El dictador chavista, Nicolás Maduro, arremetió ayer contra la ministra de Exteriores

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