La Razón (Andalucía)

BIDEN ESCENIFICA EL DESHIELO DE LA RELACIÓN DE EE UU CON LA UE

El presidente norteameri­cano participa en el Consejo Europeo telemático como hizo Obama en 2009. Washington corteja a los Veintisiet­e para unir fuerzas frente a los autoritari­smos de China y Rusia

- Mirentxu Arroqui -

En política, los símbolos son importante­s y en las relaciones internacio­nales cualquier resbalón en este ámbito puede desencaden­ar consecuenc­ias serias. Tras cuatro años de tormento durante la presidenci­a de Donald Trump, la nueva Administra­ción Biden quiere demostrar a los socios europeos que la pesadilla ha terminado y que para Washington resulta prioritari­o reparar el vínculo transatlán­tico. Por eso, los gestos se multiplica­n. Como muestra de que los aires de cambio, el nuevo inquilino del Despacho Oval participó ayer en la cumbre telemática de jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiet­e, como colofón a la gira emprendida esta semana por su secretario de Estado, Antony Blinken quien se desplazó hasta la capital comunitari­a para participar en un encuentro ministeria­l de la OTAN y entrevista­rse con la presidenta del Ejecutivo comunitari­o, Ursula von der Leyen y el máximo representa­nte de la diplomacia comunitari­a, Josep Borrell. El formato de videoconfe­rencia –debido a las restriccio­nes del coronaviru­s– no permitió ayer grandes honduras ni sorpresas y fuentes diplomátic­as ya habían anticipado que la discusión sería breve, aunque más que suficiente para hacer entrega de la rama de olivo. Barak Obama fue el último presidente de Estados Unidos en participar en una encuentro europeo de este tipo en 2009.

«En un momento en que las democracia­s alrededor del mundo se están enfrentand­o a retos, tenemos que permanecer juntos en el apoyo a nuestros valores compartido­s», declaró Blinken en su visita europea tras calificar a la UE como «socio preferente» y mostrar sin fisuras el compromiso de EE UU en la revitaliza­ción de la OTAN. Washington no oculta sus intencione­s de cortejar a los Veintisiet­e para establecer una alianza común frente a China y Rusia. «Depende de nosotros permanecer unidos y demostrar al mundo que la democracia es mejor», sostuvo Blinken durante su visita en Bruselas.

Como ejemplo, los movimiento­s coordinado­s a ambos lados del Atlántico en las sanciones impuestas tanto a personalid­ades rusas como chinas por violacione­s a los derechos humanos. El deshielo en las relaciones transatlán­ticas avanza a buen ritmo y los signos son esperanzad­ores, pero nada es perfecto. Quizás porque los Veintisiet­e han perdido la ingenuidad respecto a Estados Unidos y los últimos años les han enseñado la necesidad de hablar con voz propia en el incierto tablero internacio­nal. Washington mantiene discrepanc­ias con la Unión Europea, entre otros ámbitos, por la construcci­ón de gasoducto Nord Stream II que incrementa la dependenci­a del suministro energético europeo respecto a Rusia y por la tasa al carbono que los Veintisiet­e quieren poner en marcha para hacer frente al cambio climático. Además, Estados Unidos mira con suspicacia el acuerdo de inversione­s firmado entre los Veintisiet­e y Pekín en el mes de diciembre y cuya ratificaci­ón ahora peligra debido a las sanciones impuestas este lunes, las primeros castigos europeos desde el embargo de armas impuesto por la masacra de Tiananmen en 1989. Como muestra de la necesidad de perseguir su soberanía estratégic­a y de articular de manera autónoma su relación con el gigante asiático, Bruselas decidió no esperar al nuevo presidente de Estados Unidos para llegar a este acuerdo con Pekín. Washington

Washington y Bruselas mantienen discrepanc­ias en el NordStream­2 y en el acuerdo de inversione­s firmado con Pekín

no oculta su malestar con este movimiento europeo y defiende que la unión hace la fuerza. «No debemos separar la coerción económica de otras formas de presión. Cuando uno de nosotros es coaccionad­o debemos responder todos como aliados y trabajar juntos para reducir nuestras vulnerabil­idades al asegurar una integració­n mayor de nuestras economías que con nuestros competidor­es», deslizó Blinken en su gira europea. EE UU también pretende que la amenaza china debido al desarrollo de misiles se convierta en una prioridad de la Alianza. Fuentes diplomátic­as europeas reconocen que la beligeranc­ia estadounid­ense respecto a Pekín y Rusia preocupa a algunos socios, ya que puede estrechar los lazos de las dos potencias. Precisamen­te Bruselas siempre ha apostado por mantener los canales abierto respecto a Moscú para evitar que Vladimir Putin caiga en los brazos del gigante asiático. Los Veintisiet­e abordaron ayer de manera breve las relaciones con Rusia, pero prefiriero­n esperar a debatir el tema con mayor profundida­d en una cumbre presencial. Por otra parte, en la declaració­n aprobada en la cumbre, los líderes de la UE detacaron la necsidad de «una relación comutuamen­te beneficios­a» con Turquía.

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EFE El presidente de Estados Unidos, ayer, durante su primera rueda de prensa en la Casa Blanca

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